martes, 2 de junio de 2020

No jodan: negocios son negocios


Por si no quedó claro, las ferias del libro son negocios. En primer lugar, para los organizadores que, por ejemplo, cobran cifras millonarias a los países o ciudades “invitadas de honor”. También a los expositores y a los concesionarios de los distintos servicios que ofrecen. Los expositores, por su parte, las utilizan para promocionar sus libros –raramente las ferias dan verdaderas ganancias– sobre todo ante el público que no va a las librerías, pero que se acerca a las ferias del libro con la misma lógica que va a las exposiciones del agro, de la industria, del automóvil, etc. Se trata de un paseo, generalmente familiar y punto. Pero para disimular su naturaleza comercial, algunas ferias del libro, apoyándose muchas veces en la necesidad o la vanidad de quienes escriben, disimulan sus propósitos con actos culturales. Estos incluyen la presentación de un libro sobre la psicoprofilaxis de la lactancia materna, la biografía no autorizada de una vedette del espectáculo, la sesuda investigación de un periodista de televisión, un youtuber, etc. Entonces, sin demasiada necesidad de explicar nada, la fachada que esconde al negocio es la suma de libro + acto, como si ambas cosas malamente conectadas tuvieran que ver con la cultura.

Por supuesto hay matices: la Feria del Libro de Frankfurt sólo abre dos días al público. El resto del tiempo se trata de editores y agentes comprando y vendiendo. El papel que cumplen los pocos escritores invitados en ese marco es más bien patético porque, a decir verdad, nadie los tiene en cuenta. Prácticamente no hay “actos culturales”, salvo que se quiera suponer que la firma de contratos tiene algo que ver con la cultura.

Toda esta parrafada viene a cuenta de la nota, firmada por Daniel Gigena, en el diario La Nación, de Buenos Aires, publicada el pasado 28 de mayo, con un título optimista, pero de ningún modo comprobado, donde se anuncia la realización, en octubre próximo, de las ferias del libro de Frankfurt y de la de Madrid.

Ferias del Libro de Madrid y Frankfurt:
lo peor de la pandemia 
empieza a quedar atrás

Los anuncios hechos casi en simultáneo indican que, para los organizadores de grandes eventos en Europa, lo peor de la pandemia de coronavirus empieza a quedar atrás. Tanto el director de la Feria del Libro de Madrid , Manuel Gil, como el de la Feria del Libro de Frankfurt, Juergen Boos, anunciaron que ambos encuentros se realizarán en octubre.

Hoy, en una conferencia de prensa que se transmitió por YouTube, Boos se mostró confiado en que la 72ª edición de la Feria del Libro de Frankfurt, la más importante del mundo, se celebrará entre el 14 y el 18 de octubre. Esas eran las fechas originales previstas. “Todavía no podemos decir cómo será, pero está claro que será un evento especial –dijo Boos–. Estamos incorporando las medidas que se debaten a nivel nacional y estatal en nuestra planificación de forma continua, ya que nuestra máxima prioridad es la salud de nuestros expositores, visitantes extranjeros y el público”. Según adelantó, esta “edición especial” combinará el programa clásico con propuestas digitales. La digitalización del encuentro estaría orientada a la negociación de derechos, charlas, conferencias y actividades para profesionales.

Según comentó, varios agentes y editores se mostraron interesados en asistir a Frankfurt aun en medio de “estas terribles circunstancias”. No obstante, advirtió que la presencia de representantes de Estados Unidos, América Latina y algunos países asiáticos no estaba asegurada. “Es una situación muy cambiante”, agregó. Se limitará el ingreso de visitantes, habrá cambios en la logística y en la distribución de stands, y no se descarta la utilización de sedes alternativas. “Este año, es más importante que nunca que la Feria se celebre –declaró Boos vía Zoom–. Habrá una programación in situ combinada con una oferta digital orientada al futuro”.

Los detalles del programa “Future Frankfurt” recién se anunciarán a fines de junio. Los miembros del comité ejecutivo adelantaron que se tendrán en cuenta todas las medidas de prevención; una cuestión nada menor es decidir si los visitantes extranjeros deberán cumplir con un periodo de aislamiento una vez que arriben a Alemania. Algunos editores esperan que esta edición tenga una escala menor a la habitual; otros creen que si los grandes expositores internacionales como Penguin Random House, Harper Collins y Hachette no pueden asistir, la feria no tendría mucho sentido.

El país invitado de honor en 2020 es Canadá, cuya participación tampoco está asegurada. En Frankfurt se debate la idea de aplazar por un año la presencia institucional canadiense, con lo cual España (invitado de honor en 2021) sería homenajeada en 2022.

Madrid agasaja a las escritoras
Por su parte, a medida que avanza el desconfinamiento en España, los organizadores de la Feria del Libro de Madrid compartieron días atrás la imagen de su 79ª edición, que se prevé celebrar entre el 2 y el 18 de octubre en el Parque de El Retiro. Las fechas originales de la feria madrileña iban del 29 de mayo al 14 de junio, pero a causa de la pandemia la inauguración debió postergarse . El país invitado de honor en esta ocasión es Colombia aunque, debido a que América del Sur será por varias semanas epicentro de la pandemia de coronavirus , no está confirmada la participación de la delegación colombiana (con más de cincuenta escritores de ficción y no ficción invitados, sin contar la comitiva de editores del país de Gabriel García Márquez).

El diseño y dibujo del cartel de la edición 2020 de la Feria estuvo a cargo de Nuria Riaza, una ilustradora que asoció la lectura y la escritura como símbolos de empoderamiento de las mujeres. Manuel Gil, director de la Feria, señaló que en la obra de Riaza “prima y brilla la relación emocional que se establece entre una escritora y un libro”. Por razones sanitarias, la presentación del cartel de la Feria se hizo en forma virtual con los hashtags #FLMadrid20 y #LaCulturaEnPie .

En palabras del director de la feria madrileña, en esta edición se rendirá homenaje a las escritoras que, a lo largo de la historia de la literatura, “han tenido que escribir bajo la condición de anónimo, debiendo ocultar su nombre, crear bajo seudónimo y es por extensión, también un homenaje a las mujeres lectoras, hoy mayoritarias en su acercamiento al libro, la literatura, y la lectura”. El dibujo, pintado con bolígrafo azul y bordados en hilo de algodón, intenta evocar a creadoras de universos literarios indelebles como Mary Ann Evans (George Eliot),las hermanas Brontë, Louisa May Alcott, Violet Paget (Vernon Lee), Karen Blixen (Isak Dinesen), Colette, Rosalía de Castro, J. K. Rowling y, por supuesto, Jane Austen.

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