miércoles, 24 de junio de 2020

Como decíamos ayer...

El pasado 19 de julio, en el sitio Chilango, de México, Mauricio Nava publicó un artículo cuya bajada dice: “La librería A Través del Espejo se despide de CDMX, tras 22 años de historia, con algunos libros gratis y el resto de su catálogo a mitad de precio”. La ubicación para quien no sepa es Avenida Álvaro Obregón número 118-A, Col. Roma, CDMX

A Través del Espejo se despide
regalando y rebajando sus libros

Una muy querida librería chilanga dice adiós; antes de irse, hay algunos libros gratis en A Través del Espejo y todos los demás tienen 50 por ciento de descuento.

La librería está obsequiando los títulos que tiene afuera de su local, ubicado en la Roma, mientras que el resto de su catálogo lo ofrece a mitad de precio.

Libros usados, antiguos, raros y fuera de circulación en Ciudad de México (y el mundo) era lo que podías encontrar entre sus estantes. La librería A Través del Espejo permaneció abierta desde 1995 sobre la avenida Álvaro Obregón.

La tradición de la librería de viejo no se fue ni con la partida de su fundadora, Silvia López Casilla, o tras los estragos del 19s en Ciudad de México. Los chilangos mostraron solidaridad en ese momento para llevarse libros desde 10 pesos.

Hoy algunos libros gratis en A Través del Espejo y el descuento de 50 % son una manera de despedirse de sus lectores y la ciudad, que le dieron vida durante 22 años.

En sus buenos tiempos, este espacio para lectores logró reunir hasta 120 mil ejemplares de todo tipo. Recientemente abrió sus puertas con medidas de sana distancia y protocolos sanitarios, para que puedas conseguir un ejemplar que contiene historia digna de quedarse para siempre en tu hogar. Un recuerdo que formará parte de ti y la historia de A Través del Espejo.

Jean Paul Sartre bien puede convivir en el mismo espacio que Stephen King o Charles Bukowski. Ciencia ficción, fantasía y suspenso convergen junto al teatro, la filosofía o las artes.

El mayor placer de un melómano es excavar entre vinilos de antaño; el de un lector, el olor a historias entre los pasillos de viejo.

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