El poeta y traductor mexicano Francisco Segovia tiene, desde
hace ya varios años, una columna en el Periódico
de Poesía, que edita Pedro Serrano para la
UNAM. Se
llama “Atanor. Notas de poesía”, y ésta que sigue es un fragmento de la que
apareció en el número 80 de la publicación, en junio de 2015.
Pound lector, traductor,
adaptador
(Cuernavaca,
16/04/2004) ~ Podría decirse que Pound pone al día
la cultura de su tiempo. Lo dice él mismo: “No vendrán más/ los viejos de
encantadores modales” y “La época exigía una imagen/ de su acelerada mueca,/
algo para la escena actual,/ no gracia ática”... Para Pound, poner al día su
cultura significaba informarla sobre cosas del pasado que esa misma cultura
pasaba por alto o despreciaba. Pero esta información no se contentaba con ser
la obra de un erudito, de un académico, sino que reclamaba para sí las
credenciales del creador. Así pasan a formar parte de la obra de Pound algunos
poemas ajenos (de Safo, Propercio, Li Po, Arnaut Daniel, Cavalcanti, Heine,
Gourmont, etc.). Esta empresa es típicamente moderna: promueve la humilde tarea
del traductor a obra plena de creación... con todo y derechos de autor.
Así, la traducción
se vuelve experimentación en el cuerpo de la obra del poeta. De las libertades
que se toma con los originales (que ahora pasan por “licencias poéticas”)
proviene el prurito de llamarversiones a esas traducciones (por ejemplo,
Octavio Paz). Pero Pound las consideraba obras legítimas suyas, y las incluía
en sus libros. Tal vez ello se debiera un poco a la encomienda que le hizo la
viuda de Fenollosa. Al poner en manos de Pound las notas inéditas de su marido,
le pidió que las tratara como literatura, no como filología. Se trataba de una
empresa cortada a la medida para Pound, que no sólo halló en los poemas de Li
Po (o Rihaku, como era conocido en Japón) un buen ejemplo de imaginismo poético
sino que se sintió impulsado a desarrollar una teoría poética de la escritura
ideográfica.
Los ideogramas, en efecto, tienen su lugar en los Cantares de Pound, por lo que puede decirse que Cathay es el justo medio entre el imaginismo
de Personae y el
vorticismo de los Cantares.Cathay ha
tenido una gran influencia sobre la poesía anglosajona del siglo XX, pero
también la ha tenido sobre la labor de muchos sinólogos en cuanto traductores
de poesía, y no es disparatado afirmar que ha legitimado las traducciones que
otros poetas han hecho de lenguas que no conocen (como las que hizo Paz de
poetas chinos, japoneses, húngaros, etc., reproducidas en Versiones y diversiones). Con
todo, el libro tiene un afán hasta cierto punto didáctico, como se ve en la
nota que Pound añade al “Lamento de la escalera de gemas”, de Rihaku.
Transcribo el poema:
Lamento de la escalera de gemas
Los peldaños enjoyados casi blancos están por el rocío, es tan tarde que el rocío empapa mis medias de gasa,
bajo la cortina de cristal
y observo la luna a través del límpido otoño.
Sigue ahora la
“Nota” de Pound:
"Escalera de gemas, por tanto un palacio. Lamento, por tanto hay algo de
qué quejarse. Medias de gasa, por tanto una dama de la corte y no una
sirvienta quien se queja. Límpido otoño, por tanto él no tiene excusa debido al
tiempo. También ella ha llegado temprano, porque el rocío no sólo ha blanqueado
los peldaños, sino que ha empapado sus medias. El poema es especialmente
apreciado porque ella no profiere ningún reproche directo."
¿Por qué Pound dice
que “también ella ha llegado temprano”, cuando el poema deja claro que “es tan
tarde que el rocío empapa mis medias de seda”? Quizá es ella quien ha llegado
tarde, al amanecer, y por eso “no profiere ningún reproche”... Pero Pound sabe
más... En cualquier caso, Pound aprovecha este poema para aleccionar a sus
contemporáneos sobre la economía de la poesía china y japonesa, como Tablada
aprovechó el haikú para hacer lo mismo entre nosotros. Pero, en este sentido,
su revolución no es una verdadera innovación sino una vuelta a la salud de los
orígenes. Tal vez sea siempre así. También Eliot veía las revoluciones como un
regreso a los orígenes (cosa que más tarde repetirían Paz y un montón de poetas
e historiadores mexicanos). Eliot lo dice así en “La música de la poesía”:
“Toda revolución en poesía tiende a ser, y a veces se anuncia como, un retorno
al habla común”.
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