Valeria
Tentoni (foto) publicó el 12 de julio la siguiente entrada en el blog de la librería y
editorial Eterna Cadencia. En la presentación de su artículo se lee: “Directo del polaco y del
francés, Dobra Robota y ExtremContemporáneo hacen sus versiones. ¿Qué
diferencias hay entre una traducción al español y una al rioplatense? ‘Abrirse
al mundo en nuestra lengua’, es lo que se proponen al tomar este camino”.
Traducir al rioplantense.
La apuesta de dos sellos
jóvenes
¡Buen trabajo! Eso
quiere decir "Dobra robota" en polaco. Hace unos días publicamos uno de los relatos de Las tiendas de color canela, de Bruno Schulz, autor que
estaba disponible hasta ahora, en español, en sellos como Hueders,
de Chile o en antologías como
la que preparó a fines de los sesenta Sergio Pitol, en México. El escritor sin tumba ahora tiene, sí, una versión en
la primera colección de ese sello: "Se llama (des)formas polacas y está
compuesta por nuevas y a veces primeras traducciones al español de literatura
polaca", tanto de prosa como de obras de teatro.
¿Por qué decidieron encarar un proyecto de traducción del
polaco al "rioplatense"? "La idea es generar nuevas versiones de
los textos, más amigables, despegarse del consumo de traducciones generadas por
el mercado editorial español y, de ese modo, producir nuestra propia versión,
con nuestros propios tonos y acentos, tratando de no caer en un obvio
regionalismo", se lee en su web.
Gabriela de Mola en edición y Enrique Mittelstaedt en
traducción se encontraron con un panorama ante el que quisieron responder de
ese modo: "Veníamos leyendo mucha literatura del este de Europa traducida
por editoriales españolas. El mercado de la traducción hace tiempo que está
nucleado en España, entonces leemos traducciones hechas allá, con su propio
tono que, aunque no queramos, en algún punto siempre nos resulta ajeno, más
cuando el original tiene jerga y hay que traducirla. En el caso de encarar la
colección, cuando rastreamos las traducciones ya hechas de Schulz nos encontramos
con algunas de los 70 del polaco al inglés y del inglés al español, y otra
hecha del polaco al español, que era extremadamente cara. Quisimos retraducir a
Schulz y presentar un texto más ameno a la lectura, con la posibilidad de
vosear, con palabras no tan españolas. De todos modos Schulz no tiene jerga, es
un texto más neutro en ese sentido. Pero también era traerlo de nuevo, es un
autor de culto que muchos conocen solo de nombre", explican del amigo de
Gombrowicz, compañero de conversación suyo que partió en barco para Argentina
un buen día de 1939 y aquí se quedó por años.
Dobra Robota no reconoce un ejemplo puntual en esta tarea,
pero sí destaca un interés por "la concepción de traducción de Daniel
Durand y Matías Heer, cómo traducían poesía desde los sonidos de las
palabras", por ejemplo. "La traducción es en algún punto reescritura,
es crear un texto nuevo sobre una cierta base original. Es un trabajo creativo,
por eso hay tantas versiones distintas de lo mismo. Tiene que haber un equilibrio
entre lo que dice el texto y lo que traducís, que muchas veces no puede ser
literal porque no se entendería, no tendría sentido. Cuando en narrativa hay
una frase que no entendemos, es muy probable que se deba a una traducción
literal. El riesgo es que no se entienda o que se deforme lo que el autor dijo
o quiso transmitir. Al mismo tiempo, el traductor tiene que captar la sonoridad
y la cadencia del texto original y después buscar la manera de transmitir ese
mismo ritmo a la lengua a la que traduce. Lograr esto sin tergiversar las
palabras del autor ni anular su estilo: ahí es donde más se nota el trabajo
artístico, casi poético, del traductor", repasan, a la vez que avanzan lo
que seguirá apareciendo en su catálogo (des)forme: más autores polacos modernos. Dos obras de
teatro de Witkiewicz, dramaturgo de la misma época de Gombrowicz y Schulz,
"y estamos preparando también el otro libro de Schulz, Sanatorio bajo la
clepsidra". En el futuro, tienen en vista a Tadeusz Kantor,
Marek Kochan y Olga Tokarczuk.
Desde el francés, hay otra ola nueva rompiendo
con la misma fuerza: ExtremContemporáneo,
una idea que nació entre la
poeta, slamera y actriz francesa Anne Gauthey y Sol Gil, investigadora y
docente argentina de literatura francesa, con el apoyo de Matías Reck, editor
de Milena Caserola. Diario del
afuera/La vida exterior de
Annie Ernaux se pueden encontrar en las librerías hoy, y un extracto leerse acá. Gil había listado, durante su estancia
formativa en aquel país, una serie de autores actuales inéditos todavía en
castellano o totalmente desconocidos en Argentina: "El proyecto surge
entonces de la constatación de que había muy pocas traducciones de escritores
franceses y francófonos actuales circulando en las librerías argentinas.
Queríamos 'llenar ese hueco', mostrar que la literatura francesa no se quedó en
el Nouveau Roman y que hoy en día no existe sólo Michel Houellebecq, dando a
conocer nuevas formas que surgieron en las últimas décadas -más allá de la
llamada autoficción- como alguna vez lo hizo, a su manera, el grupo Sur.
Nuestra intención es mostrar la diversidad de propuestas que tienen para
ofrecernos estos nuevos autores que están por fuera de cualquier
etiqueta", explican. Y dan un detalle del diagnóstico que hicieron: "La mayoría
de los autores franceses actuales 'importantes' fueron acaparados, por decirlo
de alguna manera, por la editorial española Anagrama, pero quedan muchos
autores muy reconocidos por descubrir". En esa oferta de las letras
francesas que se proponen hacer al público latinoamericano buscarán incluir no
sólo autores franceses sino también africanos, canadienses y caribeños.
"Traducciones en nuestra variedad pero conservando a la vez todo lo
extranjero, tanto en el plano formal de la lengua como en el de las referencias
culturales. Elegimos autores que trabajan y transforman el lenguaje de un modo
particular, con una poética propia, y nos gusta que eso se 'note' en la traducción",
agregan.
¿Qué significa, para ellos, esta tarea? "El acto de
traducir oscila entre una disciplina exacta y la creación artística, una
ciencia y un arte literario. Un buen traductor es primero alguien que lee y
escribe con toda su idiosincrasia, que siente una fascinación estética por la
obra original que le parece ser una innovación estilística e intelectual, que
tiene un sentido en la Historia... El traductor posee habilidades técnicas pero
también una sensibilidad, una 'sensualidad', un punto de vista que implica hacer
elecciones. Recurre a la imaginación, a la interpretación, a la precisión y a
la destreza, hasta que la olvida. Y si hay elección, hay también acto
artístico. La traducción es una interpretación con restricciones, el traductor
está al servicio de la expresión y del pensamiento de un autor. No sólo se
choca con problemas de sentido, también con las paredes del tiempo y el lugar.
Está sometido a una serie de problemas cuando traduce términos que no existen
en su cultura y de este encuentro, de este choque, nace la paradoja de la
traducción y la traición. El traductor es entonces autor, es decir, el
responsable de una creación original en su propia lengua que siempre apunta a
volver límpida, legible, la voz del autor que traduce. El traductor no se limita
al rol de simple vector que permite decir la misma cosa en un sistema de signos
diferentes Es un intérprete que asimila lo lingüístico, pero también lo
cultural, con las ideas, los movimientos del pensamiento, la musicalidad, el
ritmo, de una lengua a otra, de un país a otro", y es por eso que
entienden es una tarea que debe dejarse a cargo de verdaderos "artesanos de la lengua que hacen
acto de escritor". En el catálogo de ExtremConteporáneo lo que vendrá es: Daewoo, de François Bon y otro dos-en-uno, esta
vez de Manuela Draeger. Para el 2017, tienen en mente a Canadá y al
Caribe.
En su caso, la financiación es suavizada por aportes de un
programa específico de la Embajada de Francia y por el CNL (Centre
National du Livre), que ayuda a la traducción. La versión de Schulz de
Dobra Robota también contó con el apoyo del Instituto del Libro de Polonia, como también de la
embajada de esa nación.
Pero ¿qué diferencias hay entre una traducción "al
español", una "al castellano" y una "al rioplatense"?
¿Con qué elementos se trabaja este último registro? "Creemos que las
variantes del español empiezan a notarse realmente cuando tenés mucha jerga y
en determinadas palabras, no en todas partes, si no sería otra lengua y, en
realidad, es la misma, solo con distintas variantes. El rioplatense te permite
usar el voseo en la persona y en los verbos; si tenés algún insulto podés optar
por los propios o, ante alguna palabra que en España se dice de una forma y acá
de otra, optás por nuestra forma", explican desde Dobra Robota. Pero
salvan: "Tampoco se trata de imponer nada, no queremos hacer el mismo
movimiento que España en términos de traducción y que todo sea rioplatense. La
idea es que el texto no nos resulte tan lejano. Es parte de la edición también
lograr esa fluidez".
"La industria editorial suele
pedir a los traductores traducir a un español neutro. Traducir al rioplatense
significa para nosotros simplemente traducir de forma natural, como cuando
hablamos... Me sale poner 'remera' en vez de 'camiseta' y pongo 'remera';
hablamos voceando, entonces mis personajes vocean. También es una sintaxis, un
ritmo, o una manera de formular cuando se trata de diálogos. Y queremos que sea
igualmente natural para el lector", delinean Gil y Gauthey.
Como disparan desde el manifiesto de
ExtremContemporáneo, el objetivo es "abrirse al mundo en nuestra
lengua". Estos son dos ejemplos entre los sellos nuevos, pero hay otros que
también tienen una posición al respecto, tal el caso de Ediciones Godot: "En
las traducciones buscamos una identidad/sonoridad latinoamericana. Cuando nos
topamos con palabras que se traducen de distinta forma para Colombia, Chile y
Argentina intentamos un punto medio. Muchas veces no se puede lograr en una
palabra, ya sea porque no existe o porque la sonoridad del texto te lo impide o
porque simplemente el personaje nunca usaría esa palabra. Entonces optamos por
la que mejor sonaría la oído rioplatense. Creo que dentro de latinoamérica
Argentina es uno de los pocos lugares donde se dice 'valija' en lugar de
'maleta'. En ese caso elegimos 'valija'. De todas formas, preferimos evitar las
referencias relacionadas al Río de la Plata cada vez que es posible" como
explica Victor Malumián, uno de sus responsables.
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