El 26 de junio pasado, el diario La Nación, de Buenos Aires, publicó sin
firma la noticia de la reconversión en cooperativa de la librería Adán
Buenosayres, evitando de ese modo su cierre. En la misma nota se lee lo que
está ocurriendo con otras librerías de la ciudad y con las tiradas de los
libros argentinos desde la asunción del actual gobierno argentino.
La librería Adán Buenosayres no cierra: se convierte en una cooperativa
Hace 20 días la noticia conmovió
a los amantes de la literatura y
los románticos que aún sienten el placer de leer desde las páginas de un libro. "Cierra Adán Buenosayres",
fueron las tres palabras que sintetizaron la crisis de una de las librerías más
emblemáticas de la calle Corrientes, provocada por la asfixia económica de un
combo letal: caída de las ventas y aumento de las tarifas.
Sin pensarlo, su propietario
generó una respuesta inmediata en las redes sociales, el mismo ámbito donde hoy
el clamor popular le pide a Lionel Messi que no renuncie a la selección. En el
caso de la librería, fue el combustible que provocó la reacción y el cambio de
opinión. Finalmente, el tradicional reducto permanecerá abierto, pero
transformado en una cooperativa.
Así lo anunció David Esteban De
Vita, el propietario de la librería situada en Corrientes 1671, por medio de
las mismas vías de comunicación. "Esta etapa de construcción demanda que
nos despojemos de los sayos de misas anteriores para crear la nueva liturgia",
escribió en su perfil de Facebook. "La decisión está tomada. Adán
Buenosayres Libros será un espacio más de la economía social. Daremos en
adelante los pasos que sean necesarios para convertirnos en una cooperativa de
trabajo. ¡Adán Buenosayres no cierra!", agregó en el mensaje.
El hasta ahora capitán del barco
será un integrante más de la cooperativa de la que formarán parte los empleados
del local (tres efectivos y otros cinco que se sumaban cuando se organizaban
eventos o ferias especiales).
La reconversión fue la respuesta
que esperaba el colectivo de lectores movilizado en las redes sociales cuando
se hicieron públicas las ofertas por el cierre del local.
Tres ejemplares por $ 60 era una
de las propuestas ofrecidas en los estantes de la librería colmada por
nostálgicos del libro. Ellos, sin saberlo, se convirtieron en el salvataje del
comercio que lleva el nombre de la novela de Leopoldo Marechal, una de las
piezas más relevantes de la literatura argentina.
Crisis del rubro
"Los precios de los libros
aumentaron y, al cambiar la composición de la canasta básica de la gente, los
libros pasaron a ser secundarios –explicó oportunamente De Vita–. Por eso este
espacio perdió sustentabilidad." A esa situación se le sumaron el tarifazo
y los costos fijos mensuales que debe afrontar el reducto cultural.
Entre alquiler y expensas, Adán
Buenosayres tiene un gasto de $ 50.000 mensuales, además de las cargas sociales
de los empleados y sus respectivos haberes. Pero el principal motivo que
originó el anuncio del cierre fue la caída de un 50% en las ventas.
La crisis no sólo afectó a las
librerías de la calle Corrientes, muchas de las cuales comercializan ejemplares
usados. Semanas atrás cerraron sus puertas Prometeo, en el barrio de Palermo, y
la sucursal de Distal en Caballito, lo que puso en alerta al sector.
Hace quince días, un informe de
la Cámara Argentina del Libro (CAL) sobre el estado de la industria editorial
durante el primer cuatrimestre de 2016 reveló que las editoriales nacionales
redujeron sus tiradas. Pero hubo un dato mucho más preocupante. Además de la
cantidad de ejemplares, en mayo se redujo el número de novedades publicadas. La
CAL sostuvo que, además de los cambios económicos, impactó que el Estado haya
dejado de comprar libros como lo hacía hasta el año pasado.
"Para nosotros es una
decisión muy dolorosa. Fui librero toda la vida y lo seguiré siendo aunque no
tenga una librería", se lamentaba De Vita. Pero ahora podrá continuar con
el negocio familiar que desde hace diez años funciona en el centro porteño,
aunque antes pasó por otros barrios, como Villa Crespo.
La noticia se festejó en las
redes sociales, convertidas en un nexo poderoso entre los lectores y Adán
Buenosayres. "Siento mucha emoción con la noticia. Apoyaré en todo lo que
pueda. ¡Gracias por la corajuda decisión!", respondió ayer Norma en
Facebook. "Hay que inventarnos una historia para vivir", aportó
Carlos. La noticia había sido compartida más de 140 veces.
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