Karl Dedecius |
El
pasado 6 de junio, el traductor cubano José
Aníbal Campos publicó en El Trujamán la siguiente columna dedicada a Karl Dedecius, traductor del polaco y
del ruso al alemán, a quien el autor considera “uno de los traductores europeos
más importantes del pasado siglo”.
Karl Dedecius:
las vidas de un traductor
El 26 de febrero
de 2016 moría en Fráncfort del Meno uno de los grandes intelectuales europeos
del siglo xx: Karl Dedecius.
¿He dicho «intelectual»? Pues debo precisar: quien falleció en Fráncfort es uno
de los traductores europeos más importantes del pasado siglo.
Nacido y crecido
en el seno de la comunidad de habla alemana de Łódź, a los dieciocho años
Dedecius se vio arrastrado a una guerra que no era la suya y que vino a
interrumpir el acariciado sueño de estudiar teatro. Fue en esa época cuando
encontró en la traducción no solo un modo de sobrevivir en medio del horror,
sino de renacer una y otra vez para convertirse en el gran divulgador de la
literatura polaca en los países germanófonos.
El propio lema de
su ciudad natal, Ex navicula navis (‘De una barca, un
barco’), cuyo escudo de armas muestra tan solo una sencilla embarcación de
remos, parece haberlo predestinado para el oficio de barquero al que dedicaría
una de sus muchas vidas. Su impresionante obra como traductor y promotor la
realizó, en su mayor parte, fuera de los horarios de oficina, en los más de
veinte años que trabajó como empleado en una compañía de seguros en la
metrópoli a orillas del Meno.
Cuando en los años
cincuenta y sesenta nadie había oído hablar en Occidente de figuras como las de
Stanisław Jerzy Lec, Zbigniew Herbert, Czesław Miłosz o Wisława Szymborska,
Dedecius peregrinaba por las editoriales alemanas con sus propuestas de
publicación de poetas y escritores polacos y rusos.
Siendo prisionero
de los soviéticos —recuerda Dedecius en su destacable libro de memorias, Ein Europäer aus Lodz [‘Un
europeo de Lodz’] (Suhrkamp 2006)— «encontré la medicina efectiva para mí: la
traducción». Todo empezó con unos versos de Lérmontov: «Yo buscaba e indagaba
intentando hallar paralelismos. Reflexionando sobre las heridas juveniles de
Lérmontov, conseguía olvidar las propias. Con el tiempo, fui ganando fuerzas y
aprendí de nuevo a erguirme y a caminar. Con la ayuda de esos versos
extranjeros, con las muletas de la poesía».
Aparte de las
decenas de publicaciones individuales, antologías y ensayos sobre literatura
polaca (y eslava en general), son dos los grandes proyectos de Dedecius que
resumen y definen su labor como mediador entre las culturas de habla alemana y
la polaca: la Biblioteca Polaca de la editorial Suhrkamp (cincuenta volúmenes
de obras literarias de distinto género y estilo a través de los cuales el
lector obtiene un amplio panorama de la evolución cultural de Polonia desde la
Edad Media hasta la actualidad) y el Instituto Polaco-Alemán, en el que, desde
su fundación oficial en 1980 (y recalco lo de «oficial» porque en realidad ya
Dedecius venía asumiendo en solitario desde los cincuenta, sin apoyos
oficiales, la labor que luego encabezaría la nueva institución), se han formado
centenares de traductores del polaco al alemán (o a la inversa), convirtiéndose
en el centro de información y documentación por excelencia para miles de
periodistas y polonistas alemanes y europeos.
Demasiado
«idealista». Fue ese el descalificativo que Dedecius hubo de oír durante
décadas cuando, en los sesenta y setenta, trató la creación de este instituto
con varias personalidades de la vida pública. Pero el «idealismo», acompañado
de pasos concretos, representado por un hombre con la tenacidad de Dedecius, puede
arrojar resultados más que palpables.
En una época en que percibo, para mi pesar, ciertos peligrosos síntomas que apuntan a una pragmática «tecnocratificación» de la traducción de obras de valor cultural, vale la pena echar una ojeada a la biografía de este gran traductor europeo.
En una época en que percibo, para mi pesar, ciertos peligrosos síntomas que apuntan a una pragmática «tecnocratificación» de la traducción de obras de valor cultural, vale la pena echar una ojeada a la biografía de este gran traductor europeo.
Un fuerte abrazo, Jorge. Gracias por compartir el articulito...
ResponderEliminar