En 2016, la Academia Argentina de Letras preparó una antología, titulada Borges esencial, que publicó la Real Academia Española, conmemorando los treinta años del fallecimiento del autor de El Aleph. Sin duda, se trató de un esfuerzo encomiable, que de ninguna manera remedia lo que Borges pensaba sobre la RAE.
Así, quien quiera enterarse, puede recurrir al prólogo de Elogio de la sombra, uno de los libros de poemas del autor, donde, luego de escribir "psalmos", aclara en una nota: "Deliberadamente escribo psalmos. Los individuos de la Real Academia Española quieren imponer a este continente sus incapacidades fonéticas; nos aconsejan el empleo de formas rústicas, neuma, sicología, síquico. Últimamente se les ha ocurrido escribir vikingo por viking. Sospecho que muy pronto oiremos habla de la obra de Kiplingo". Estas líneas, incluidas en un prólogo que se repetirá una y otra vez con cada nueva edición de Elogio de la sombra, son inapelables.
No es la única mención. En diversas entrevistas se refirió a la RAE y a sus miembros. Por ejemplo, en una de 1974, donde se lee: "Quienes elaboran el diccionario de la Real Academia Española son un grupo de desacreditados empeñados en que cada nueva edición sea más grande que la edición anterior". Luego, en 1985, dijo: "En la última edición de su abultado diccionario, la Real Academia Española hospeda demagógicamente las voces gongo, vikingo, salmo, sicoanálisis, sicología, sicológico, sicólogo, siquiatra y síquico". Más tarde, el mismo año, añadió: "El diccionario de la Real Academia Española es un espectáculo necrológico deliberado".
Todos estos datos son muy difíciles de refutar, incluso al cabo de los años, cuando la demagogia y estupidez manifiesta de los miembros de la Real Academia Española se ha intensificado, a pesar de que los mismos periodistas españoles han demostrado que la academia en cuestión no es más que un negocio y un instrumento de dominación (ver especialmente la entrada del 7 de febrero de 2020, en este mismo blog).
Más allá de las buenas intenciones, triste destino el de Borges: ser homenajeado por la institución que denostó y por la que no sintió ningún respeto.
Jorge Fondebrider
Triste lo de la RAE, que lo homenajea sin haberlo leído.
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