martes, 4 de mayo de 2021

Una encuesta sobre género y traducción (11)

Undécima y última entrada sobre la encuesta de género y traducción.


Gabriela Villalba
(traductora argentina residente en Buenos Aires)

1) ¿Existe algún rasgo genérico en la traducción?
–Sin lugar a dudas. Pero es un tema complejo que requiere de desarrollos profundos. Como toda variable ideológica, el género atraviesa nuestras prácticas discursivas y sociales en los campos específicos en los que nos movemos (en este caso, el campo literario y, dentro de él, la práctica de la traducción, tanto en cómo escribimos como en cómo nos relacionamos y en los gestos que hacemos).

2) Si así fuera, ¿podría comentar brevemente en qué consiste?
–Se puede observar, por ejemplo, en la naturalización, institucionalización y hegemonía del uso del masculino genérico (que abarca no solo los morfemas de género y el léxico masculino sino también sintagmas como "los hombres" para referirse a toda la humanidad, disposiciones sintácticas, campos semánticos, cuestiones enunciativas, elecciones ideológicas, etc.), incluso en traducciones cuyos textos fuente tienen cuidado de no utilizarlo; en la proporción de varones que traducen en el campo literario, en cuanto espacio de mayor prestigio, en comparación con la cantidad de mujeres que ejercen la profesión en general; en el extendido respeto a la figura autoral, que impide un trabajo más autónomo sobre la enunciación de lxs traductorxs; en el rechazo que generan formas novedosas o siquiera levemente disruptivas; etc.

3) ¿Se topó alguna vez con algún texto que no haya podido traducir por esa circunstancia?
–No. Pero no soy de las que crean en o se debatan sobre las imposibilidades o limitaciones de la traducción. Es tan amplio el horizonte de posibilidades que tenemos para indagar, jugar y ampliar, ¿no? Ya sea que haya decidido reproducir las variables patriarcales de un texto o que las haya subvertido o intervenido (en realidad, siempre se interviene, aunque sea para reproducir la norma predominante), siempre pude.


Pedro Serrano (traductor mexicano residente en Ciudad de México, México)

1) ¿Existe algún rasgo genérico en la traducción?
–Existen varios pero como todo en traducción nada es lineal. Vladimir Nabokov, a la vez un sofisticado traductor y un teórico dogmático, consideraba que quien tradujera a un hombre debía ser hombre y quien tradujera a una mujer debía ser mujer. Sin entrar en rígidas normativas, es cierto es que una mujer va a ver aspectos de un poema que un hombre quizás no vea. Pero esa es la gran virtud de la traducción: que demuestra que un mismo texto es a la vez varios, y que tan fiel puede ser una traducción como la otra. Y que tener una buena traducción hecha por una mujer va a lanzar líneas de perspectiva que la traducción del mismo poema, hecha por un hombre, no va a alcanzar.

2) Si así fuera, ¿podría comentar brevemente en qué consiste?
–Un texto proyecta siempre su propia sombra. Y el punto desde el que se traduce, inevitablemente, la va a tener en un lado y no en otro. Emily Wilson, autora de la primera traducción hecha por una mujer de la Odisea al inglés, le dio a la participación de Telémaco un temblor adolescente que ningún otro traductor anterior había detectado. ¿Lo hizo por ser mujer y porque veía a Telémaco desde los ojos de Penélope y no desde los de Ulises? No lo sé, pero el hecho es que ella vio algo que sucedía en la Odisea, en el original, que otros no habían alcanzado a ver.
Por otro lado, cada lengua tiene sus propios cauces genéricos, no siempre patriarcales. The Jacaranda, en inglés, se traduce en México como "la jacaranda"" y en Argentina como "el jacarandá". El género másculino y femenino de esta misma palabra está dado por el lugar de su acentuación. Una palabra grave terminada en "a" normativamente va en femenino, mientras que si es esdrújula va en masculino. Si el árbol en cuestión es visto en masculino en un poema escrito en inglés, la ductilidad intrínseca de quien traduce debería llevarle a aprovechar los recursos de la lengua y a escoger no la norma de su región sino la propuesta más cercana que la lengua ofrece.

3) ¿Se topó alguna vez con algún texto que no haya podido traducir por esa circunstancia?
–Mi respuesta anterior lleva ya la respuesta de esta pregunta. Traducir es ponerse en zapatos ajenos, y caminar con ellos, sean sandalias de pescador, zapatos gucci de cardenal o tacones de mujer. Uno de los poemas que más disfruté traducir fue uno de la serie “Psoriasis” de Sarah Maguire, en que describe cómo se le desprende la piel de las rodillas frotando contra la alfombra al hacer el amor. Ver esa escena gozosa, y traducir una perspectiva que yo nunca hubiera podido tener, fue un inmenso privilegio.


Julieta Canedo
(traductora argentina residente en Córdoba, Argentina)

1) ¿Existe algún rasgo genérico en la traducción? Si así fuera, podría comentar brevemente en qué consiste?
2) Si así fuera, ¿podría comentar brevemente en qué consiste?
3) ¿Se topó alguna vez con algún texto que no haya podido traducir por esa circunstancia?
–No creo que exista un rasgo genérico en la traducción porque no creo que exista un rasgo genérico en la literatura en general. Las dificultades o los obstáculos con los que suelo encontrarme no tienen que ver con el género de quien escribió el texto, sino con cuestiones lingüísticas o culturales más amplias.
Considero que idealmente lxs traductorxs debemos elegir a lxs autorxs que traducimos por afinidades estéticas o ideológicas, no por su género. Sí hay, en mi caso, un deseo mayor por traducir y editar autoras, sobre todo aquellas que no han sido profusamente traducidas o publicadas, tanto en su idioma original como en castellano, porque me interesa visibilizar su trabajo.


Florenica Garramuño
(traductora argentina residente en Buenos Aires, Argentina)

1)¿Existe algún rasgo genérico en la traducción?
–En el caso del portugués al castellano, que es donde más trabajo, no veo problemas relacionados con el género. En otras lenguas sí existe este problema: ship, en inglés, por ejemplo, es “femenino” y en castellano, si lo tradujéramos por barco, deberíamos usar el género masculino. En esos casos, sigo el género de la palabra que se traduce en castellano, y si hay varias, intento elegir la que tiene el mismo género que en inglés si funciona.

2) Si así fuera, ¿podría comentar brevemente en qué consiste?
3) ¿Se topó alguna vez con algún texto que no haya podido traducir por esa circunstancia?
–Me he topado con estudios teóricos del inglés que ha sido difícil traducir al castellano por las razones expuestas arriba. A veces, además, el inglés utiliza el uso alternativo del pronombre femenino o masculino para evitar el androcentrismo. Y en el caso del castellano inclusivo, ahora es muy difícil traducir la “e”.


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