miércoles, 7 de julio de 2021

Fusca faemina vestimentis albis ornata

Marietta Gargatagli tuvo una idea genial. Es tan pero tan buena, que nadie la va a llevar a cabo, lo cual es una pena. Pero un diccionario como el  que ella propone en el siguiente artículo, sería extraordinario.


Mosca (en leche)

I

Escribiendo una vez sobre el influjo en el Hamlet de Shakespeare de las Artes de la Inquisición española de Reinaldo Montano (traducido al inglés en 1568 como Reginaldus Gonsalvius Montanus: A Discoverynand Playne Declarationn of sundry subtill practises of the Holy Inquisition of Spayne, por el editor John Day), encontré la palabra “mosca”.

 

Lo que en las Artes llamaban “mosca” o “mouche” cumplía la misma función que debería cumplir el criado de Polonio en el Acto II: insinuar defectos y virtudes de Laertes entre los daneses de París para tirarles de la lengua y obtener información. Ese proceder figuraba ya en la fuente de las Artes, el Manual de Inquisidores de Nicolau Eymeric (siglo XIV) donde se sugería sonsacar el secreto a algún amigo del reo, fingiendo ser “del mismo dictamen que el hereje”.

 

Eltema del delator atraviesa ficciones y filmsy convertido en batidor, batilana, ortiba, cantor, buchón, alcahuete, victimario, víctima o traidorllega aEl juguete rabioso de Roberto Arlt, revive en la versión de Borges de la novela de Arlt: “El indigno”, esdespués Molina en El beso de la mujer araña de Manuel Puig, aunque Molina elijaamar antes de hacer de mosca.

 

Mosca. Acepción de la palabraque busqué en vano. Los diccionarios de la rae, cuando se abren,escenificanen general el episodio “La Soberbia” de Los siete pecados capitales, la película franco-italiana de 1952, donde Michèle Morgan muestra el contenido de su carterita de fiesta ocupada por canapés robados. Siempre algo inesperado. Por ejemplo, esta acepción de “mosca” no figura, aunque sí las consecuentes: “batidor”, “batilana” y no sé si no está incluso “ortiba”. Siempre combinando el estilo misterioso con la guía de trenes: Arg., Bol., Chile, Par. y Ur. Para en todas las estaciones al sur del Río Bravo.

 

La mosca inquisitorial no está. Tampoco casi ningún detalle preciso sobre el funcionamiento del Santo Oficio. Como si lo hubieran inventado otros y no los reyes católicos, tan españoles como los diccionarios de la rae. Existen otras moscas en compensación, qué digo, existían. Como en las novelas malas donde los personajes se eliminan sin ninguna explicación, así desapareció una“mosca en leche” que antes de la pandemia se nos definía así.

 

Mosca en leche.

1.      f. coloq. Mujer morena vestida de blanco.

La “mosca en leche” figura como ejemplo en tesis e investigaciones sobre la lengua y en numerosos diccionarios online, que citan como fuente a la rae, no la rae de hoy mismo. Sí la de unos dieciocho diccionarios anteriores. Desde 1734 la acompañaba incluso una traducción al latín: Fusca faemina vestimentis albis ornata. No encontré (tampoco busqué mucho) una explicación. “Trabajar como un negro”, solicitada por numerosos amigos orientales desde hace años, sigue estando ahí. La“mosca en leche”, cuya vivacidad ejemplar reconstruye el pasado de esclavitud y clasismo de las minorías dominantes en la Península, se esfumó entre las brumas digitales.

En cualquier caso, la expresión no significa lo ahora borrado. En el excelente Diccionario del español de México (https://dem.colmex.mx) se lee: “Verse alguien como mosca en leche Destacar notablemente la apariencia o el color oscuro de la piel de una persona en cierta situación.” Más cerca del significado corriente. Sentirse como “mosca en leche” quiere decir: estar ostensiblemente fuera de lugar en alguna parte, llamar la atención sin querer, ser trágicamente llamativo.

 

II

 

La Inquisición, en esencia una metodología de la tortura mental, produjo —por la original invención del anonimato de las delaciones y lo oculto de los cargos—, escrituras de estremecedoras consecuencias literarias. Sería interesante un diccionario que reconstruyera esas voces (“mosca”, entre otras). También el colonialismo, la esclavitud, el antisemitismo, las leyes contra el lujo suntuario (que obligaban a sefarditas a usar ciertas prendas y no otras) o las leyes más tardías que no dejaban que los esclavos llevaran joyaso que los indígenas anduvieran a caballo.O, por fin,el lenguaje de la censura, tantos siglos que documentar los sutiles matices de los informes y de las prohibiciones. Etcétera.

 

Sería interesantísimo un diccionario así. Como existen en otras lenguas. Cualquier país de América Latina puede hacerlo. Interesaría a los traductores extranjeros para entender los matices profundos o los sobreentendidos de las palabras de los textos en castellano, entusiasmaría a los lectores, a los hablantes.

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