El pasado 6 de septiembre, Natalia Blanc publicó el siguiente artículo sobre los autores argentinos más traducidos a otras lenguas, en el diario La Nación, de Buenos Aires.
En un imaginario Mundial de Autores Argentinos Traducidos, Jorge Luis Borges ganaría por goleada. Según coinciden traductores literarios, editores y demás especialistas, el autor de Ficciones es, por lejos, el argentino favorito de los lectores en los cinco continentes. A diferencia de otros escritores nacionales, vivos o muertos, que se ponen “de moda” en el exterior a raíz de causas varias que podrían resumirse en la agenda temática global del momento, como el feminismo, la pasión internacional por Borges se mantiene firme, más allá del contexto histórico.
Como en el país no existe un registro único de traducciones literarias, el indicador más certero para establecer qué autores y cuáles títulos son requeridos en el extranjero es el Programa Sur, que depende de la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería argentina y otorga subsidios a editoriales extranjeras para traducir obras de producción local. Desde su creación en 2009, apoyó a más de 1500 obras que fueron traducidas a 49 idiomas en 51 países. “Es un promedio de entre 140 y 150 títulos anuales”, calcula Diego Lorenzo, coordinador del programa nacional de apoyo a las traducciones.
“Al recorrer el listado completo se advierte que se ha ampliado mucho la demanda de autores. Antes había un elenco consolidado y nombres, como el de Roberto Alrt, que explotaron cuando se liberaron los derechos, en especial en mercado pequeños, como el del este europeo. Al principio estaban cabeza a cabeza Borges y Cortázar seguidos por Aira y Piglia y, después, obras relacionadas con otros productos culturales, como el cine, en los casos de Claudia Piñeiro, Eduardo Sacheri y Guillermo Martínez. En el medio, se ubican un montón de autores, algunos más afamados que otros, como Luisa Valenzuela que tiene cierta trayectoria en el exterior y otros jóvenes como Félix Bruzzone. Samanta Schweblin empezó a escalar, especialmente, desde que se fue a vivir a Europa. Es un caso parecido al de Ariana Harwicz”, agregó Lorenzo.
Aunque todavía no está cerrada la selección de 2021, entre los pedidos de subsidios ya aprobados figura una edición de seis mil ejemplares de El Eternauta, de Héctor Oesterheld, para lectores chinos. Entre las traducciones al inglés se destaca la tirada de cinco mil copias que hará New York Books Review de El silenciero, de Antonio Di Benedetto. Zama, novela del mismo autor adaptada al cine por Lucrecia Martel, estará disponible el año próximo para 600 lectores daneses. Y unos dos mil turcos podrán leer El entenado, de Juan José Saer. En inglés, también habrá dos ediciones de cinco mil ejemplares cada una de Milongas, de Edgardo Cozarinsky, y Animales, de Hebe Uhart, a cargo de Archipiélago Books.
Borges
hasta en la China
Al buscar los libros de Borges en el listado general de
traducciones entre 2009 y 2020 aparecen datos curiosos que apoyan la idea de
que el gran poeta nacional
es el goleador del seleccionado argentino. Entre las lenguas a las
que fueron traducidas sus obras se destacan, además del inglés, el francés, el alemán y el portugués, idiomas
como el búlgaro, el macedonio, el
hindi, el filipino, el malayo, el armenio, el georgiano, el tailandés, el
ucraniano, el montenegrino, el noruego, el sueco, el checo y el albanés. Poemas,
cuentos y ensayos: toda la obra de Borges fue requerida en distintos momentos
por editores de distintas partes del mundo, según el registro del Programa Sur.
En 2017 un informe de la agencia Télam señalaba que Borges era por entonces el autor de América latina más traducido al mandarín, seguido por Julio Cortázar y Adolfo Bioy Casares. “La gravitación de lo oriental en su obra -desde una aproximación poética-, y la tensión filosófica general que atraviesa sus textos pueden explicar la predilección de los lectores de China por Borges; en general, los chinos eligen “El jardín de los senderos que se bifurcan”, “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” y “El Aleph” como sus piezas favoritas debido a su ambigüedad, misterio intelectual y profundidad”, declaró entonces Juan Manuel Cortelletti, consejero cultural de la Embajada Argentina en China. El funcionario, que continúa en el mismo cargo, sumó una perlita al furor chino por Borges: “Como parte del fenómeno, el autor argentino se convirtió también en objeto de consumo de los fanáticos. Una importante librería de la capital china, entre otros souvenirs, vende a sus clientes remeras negras con una frase en caracteres chinos blancos que dice: ‘Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca’, Jorge Luis Borges”.
Cortázar post boom
Si bien, de acuerdo a Jorge Fondebrider, escritor, gestor cultural, traductor y fundador del Club de Traductores Literarios, el furor internacional por Julio Cortázar ya pasó, en la lista completa del Programa Sur aparecen varias editoriales extranjeras que obtuvieron desde 2009 los subsidios del programa de la Cancillería argentina (con un tope de 3200 dólares por título) para traducir sus cuentos y novelas. Rayuela, Las armas secretas y Todos los fuegos, el fuego, por ejemplo, se publicaron en armenio; Clases de literatura, Queremos tanto a Glenda y Un tal Lucas, en griego; Los autonautas de la cosmopista, en danés; 62 / Modelo para armar y Los premios, en serbio; y Bestiario, en búlgaro.
En 2014, cuando se cumplió el centenario del nacimiento del autor de Rayuela, hubo un homenaje en el stand argentino del Salón del Libro de París. Como suele suceder, las efemérides (y las muertes) disparan las ventas de ejemplares y es por eso que ese año Cortázar aparecía primero en el listado del Programa Sur. Según un informe de Télam, de marzo de 2014, Cortázar era por entonces el escritor argentino más requerido por las editoriales extranjeras. Entre los títulos seleccionados por el Programa Sur en la primera parte de 2021 figura Historias de Cronopios y de Famas, que será publicado en Ucrania con una tirada de mil ejemplares.
Piglia: diarios en croata y vietnamita
Junto con Borges y Cortázar, Ricardo Piglia integra el podio de los autores argentinos más traducidos desde que existe el Programa Sur. Once de sus títulos, entre novelas, cuentos reunidos, ensayos literarios y los diarios que firmó como Emilio Renzi, se publicaron en más de veinte idiomas que van desde el inglés, el francés, el italiano y el alemán hasta el macedonio, griego, hebreo, rumano, turco, húngaro, croata, ruso, chino y vietnamita.
Entre sus libros más requeridos por editoriales extranjeras figuran Blanco nocturno (con versiones en nueve idiomas, según el registro oficial); Plata quemada (que se vende en Bulgaria, Croacia, Rusia, Francia, China y Vietnam); El camino de Ida (con cinco ediciones distintas) y Respiración artificial (en cuatro lenguas, incluido el macedonio).
En el primer semestre de este año, una editorial europea se anotó en el programa local para traducir Nombre falso al italiano e imprimir 2500 ejemplares.
El caso Aira
El de César Aira es un caso especial no solo por su amplia producción literaria sino por la atención que le prestan al autor de Coronel Pringles en el exterior desde hace años. “Candidato” permanente al premio Nobel de Literatura (nadie sabe bien cómo empezó, pero todos los años Aira aparece en las apuestas para el prestigioso premio).
De bajo perfil y alejado de la vidriera cultural local, Aira es leído por lectores de China, Francia, Inglaterra, Holanda, Alemania, Hungría, Bulgaria, Croacia, Serbia, Lituania y Grecia, entre otros países. Este año se sumó una editorial sueca, que hará tiradas de 1200 ejemplares de los títulos Las conversaciones y Margarita, un recuerdo. Por su parte, editores turcos publicarán dos mil ejemplares de El cerebro musical.
Arlt, al igbo, una lengua nigeriana
En marzo de 2020, a través del Programa Sur, se presentaron en el 2º Festival Hispano de Kolkata, Calcuta, República de la India, las traducciones al bengalí de El juguete rabioso, de Roberto Arlt, y de Don Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes.
El “año Arlt” para las traducciones fue 2013: al cumplirse setenta años de su muerte, se liberaron los derechos de sus obras. Entonces, editoriales de Bulgaria, Italia e Inglaterra se presentaron para traducir a sus respectivos idiomas títulos como Los siete locos, El jorobadito y otros cuentos y Los lanzallamas.
Este año, las Aguafuertes cariocas, libro que reúne el trabajo del escritor como corresponsal en Río de Janeiro, figura entre los aprobados para recibir subsidio para su traducción al italiano en una tirada de dos mil ejemplares. Pero la perlita de 2021 llegó de Nigeria: una editorial de ese país africano editará 300 copias de El juguete rabioso en igbo, una lengua hablaba por unas 18 millones de personas de la etnia del mismo nombre.
Quino, con Mafalda en búlgaro y guaraní
“Mbaeinchapa, che ha´e Mafalda ha ko´aga añe´ema guaraníme” (“¿Cómo están? Soy Mafalda y ahora hablo en guaraní”): así se presentó en 2017 la traducción al guaraní de la célebre tira creada por Quino. Desde que se publicó por primera vez, en 1964, Mafalda fue traducida a 27 idiomas: entre ellos, armenio, búlgaro, chino, griego, hebreo y polaco. En el registro del Programa Sur figura un pedido de subsidio para la versión de la historieta al búlgaro. Y en la página oficial del autor se cuenta la trastienda de la adaptación de las peripecias de Mafalda y sus amigos al braille, un proyecto de un fanático de tira, que logró publicar en 2016 Descubriendo a Mafalda para lectores ciegos con el apoyo de la Editora Nacional Braille y Libro Parlante, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Consultado por La Nación por su experiencia como traductor literario y gran conocedor del mercado europeo del libro, en especial de Francia, Fondebrider ubicó a Samanta Schweblin y a Ariana Harwicz en el podio de las autoras nacionales más leídas en Europa en la actualidad. Al buscar en el registro oficial desde 2009 aparece que Matate amor, de Harwicz, fue traducida al inglés, turco y georgiano y que las ficciones de Schweblin, en formato cuento o novela, tienen versiones en albanés, croata, serbio, georgiano, italiano, inglés, alemán, francés, húngaro, checo, macedonio y chino.
En 2022 llegarán a las librerías de Grecia y Suecia ficciones de tres de las autoras jóvenes más mentadas de los últimos tiempos: Matate amor, en griego, Nuestra parte de noche, de Mariana Enríquez, en sueco, y Cometierra, de Dolores Reyes, que saldrá en sueco y también tendrá una edición en portugués para Brasil.
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