miércoles, 27 de julio de 2022

"Yo prefiero que mis cosas sean permanentes"

Marina Amabile publicó el siguiente artículo en la revista Caras y Caretas, hace unas tres semanas. En la bajada se lee: “Los libros de Quino se editaron en países tan disímiles como Italia, China o Japón. El humor de una Argentina convulsionada en los años 60 y 70 logró traspasar todas las barreras para transformarse en universal.”

Traducción fiel

Un día, por casualidad, Quino se enteró de que Mafalda estaba traducido al chino, sin autorización previa. “Finalmente la editorial lo contactó y esos libros se siguen publicando. Cuando Quino preguntó por el tema de la traducción le dijeron que los había hecho una traductora y que habían quitado todas las tiras que estaban vinculadas al comunismo y algunas cosas las habían resuelto como les pareció”, cuenta Julieta Colombo, legataria y sobrina de Joaquín Salvador Lavado Tejón, o sea, Quino. Su rol en relación con el trabajo de Quino es el de representar su obra: mantenerla vigente, difundirla, respetar los mensajes y los formatos. Como Quino es conocido mundialmente, no trabaja sólo con la Argentina, incluso se reparte las labores con los territorios de habla no hispana (Europa, Asia y Quebec) con su par italiano, Ivan Giovannucci. “A pesar de que Quino ya no está y de que todos lo extrañamos, su obra aún sigue muy vigente y seguimos trabajando casi tanto o más que cuando él estaba”, cuenta.

Pero, ¿cómo llega un artista a hacerse conocido en todo el mundo? En el caso de Quino, si bien tanto en Mafalda como en sus obras de humor hay vestigios de la realidad argentina, su búsqueda nunca fue la coyuntura. En una entrevista con Joaquín Soler en 1977, Quino dijo: “Aunque yo he tratado siempre de no hacer una actualidad rigurosa porque hay gente muy buena en la Argentina que lo hace, es un trabajo perdido. Hablan por ejemplo sobre un ministro que a los dos meses ya no está más, y ese chiste ya no se entiende. Yo prefiero que mis cosas sean permanentes. Por eso mis temas siempre son de un señor detrás de un escritorio y un señor bajito delante, esa relación entre poderosos y débiles, esos temas me gustan mucho”.

Su sobrina rescata el rol que tuvieron y que tienen las embajadas de la Argentina en otros países para visibilizar el legado de Quino, como en el caso de Japón y de Armenia. Ambos países formaron parte del Programa Sur, que tradujo y editó más de mil obras de autores nacionales a 43 idiomas.

En 2017, Mafalda fue traducida al guaraní. Colombo destacó el rol que tuvo la traductora María Gloria Pereira Jacquet: “En la traducción que se hizo para Paraguay hubo un trabajo del traductor que es muy personal y uno ahí no participa. Lo que trato es de buscar buenos traductores, esta persona tiene un cargo importante como traductora en Paraguay y además le encanta Mafalda, entonces se tomó el trabajo de investigar. En una entrevista que le hicieron, ella dijo: ‘Yo lo que descubrí es que el guaraní es mucho más gracioso que el español para decir algunas cosas’. Fue todo un juego en el que ella decidió entrar y en el que uno no participa, nosotros no podemos tener control de cuál es la traducción literal que se hace de las cosas”. En una nota que le hicieron a Pereira Jacquet para El País, confirma la cita que le adjudica Julieta Colombo y cuenta que una de las cuestiones interesantes que tuvo la traducción fue que en Paraguay usualmente se usa la palabra hispana caldo para referirse a la sopa, pero que decidieron traducir sopa como jukysy para reforzar el idioma.

Dos años después, fue traducida al armenio bajo el especial nominado Diez años con Mafalda. En una nota con el Diario Armenia, su traductora, Alice Ter-Ghevondian, contó que la dificultad mayor radicó en la interpretación de los chistes y de las expresiones, además de interiorizarse sobre la realidad de la época de cuando fue escrita la historieta. “Consulté con argentinos expresiones como ‘estás medio ñac’, ‘ya a esta altura, la dinamita, claro’, varios ‘la pucha’, ‘bruto’, ‘mecacho’, ‘bestia’… Hubo que cambiar por las expresiones diferentes correspondientes. ¿Se dan cuenta de cuánto usan la palabra ‘bestia’?”, contó.

UN EMBAJADOR ARGENTINO EN EL MUNDO
Julieta cuenta que cuando la propuesta de difusión de las obras viene de las embajadas, confía en que quienes realicen las traducciones sean las personas idóneas. Relata: “En Tokio hicimos una muestra a través de la embajada. Yo diseño las muestras, algunas no ahora, con los años, pero en un principio las diseñaba todas yo. Me enviaban los planos y yo disponía y enviaba el material. De ahí surgían algunas oportunidades, pero muchas veces esto ocurre por el trabajo que hacen las embajadas con relación a la difusión de la cultura argentina. En ese sentido, Quino siempre fue muy beneficiado por la admiración a su obra. De hecho, ahora hay una muestra en un paseo público en México que se armó a través de la embajada”. La muestra estuvo disponible durante todo junio en el Paseo de las Culturas Amigas, en Ciudad de México.

En 2007, Japón se sumó a la celebración de los 75 años de Quino con la publicación de Mafalda traducida al japonés. En una entrevista de El País de ese año, quien representaba a la editorial, Elephant Publishing, contó que la traductora le llevó el libro porque lo había leído en italiano y le había gustado mucho: “Aunque la sociedad en la que vive Mafalda es diferente a la actual, sus historias tratan muchos temas muy comunes en la actualidad, como por ejemplo la guerra. Entonces era la guerra de Vietnam, ahora existen otros conflictos similares”, dijo.

La migración de Quino hacia Italia en un momento complicado de la Argentina –no usó la palabra exilio– ayudó a que su obra trascendiera con más facilidad las fronteras de nuestro país. “Si bien lo seguían publicando acá, también lo empezaron a vincular en Europa para seguir trabajando. Eso hizo que tuviera una agencia en Italia que lo publicaba e hicieron un trabajo muy importante para que se difundiera su trabajo en Europa”, explica su sobrina.

“Si hay algo que generó Quino es un enorme respeto, la gente lo admira. Las propuestas en general son sumamente cuidadosas, uno lo que trata de revisar es justamente eso”, cierra Julieta Colombo, quien sigue sosteniendo vigente la obra de un hombre que logró expresar con humor aquellos temas que, evidentemente, afectan a todo el mundo.

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