martes, 28 de marzo de 2023

La versión oficial y la verdad ($) de la milanesa

“El director del Instituto Cervantes, de gira en México, habló con DW sobre el impulso que tiene la segunda lengua más hablada del mundo. Considera que necesita mayor reconocimiento en instituciones de la Unión Europea.” Eso dice la bajada de la nota de Itzel Zuñiga, publicada el pasado 18 de febrero por DW

Luis García Montero: el español debe “ganar posicionamiento geopolítico en la UE”


Ha ido ganando piso en el turismo, el cine y la música, que, desde hace algunos años, se escucha con más frecuencia en bares, estaciones de radio, discotecas o en dispositivos móviles en cualquier lugar del planeta.

“Poco a poco, el español va consolidándose como factor de extensión internacional. Por ejemplo, en Reino Unido la segunda lengua que se habla, como lengua extranjera es el español”, dice Luis García Montero, quien dirige el Instituto Cervantes, creado por España en 1991 para enseñarlo y difundir la cultura hispanoamericana. Hoy con sedes en 47 países.

“En la Unión Europea, 17 países lo tienen como la segunda lengua más estudiada, en tanto, en Estados Unidos, están censados más de 60 millones de hispanos, lo cual lo hace la segunda lengua y se puede aspirar a tener una presencia casi bilingüe en ese país”, prosigue el catedráti­co de Literatura Española en la Universidad de Granada, ciudad donde nació en 1958.

A partir de ello, también las traducciones y la presencia de la literatura hispanoamericana, a nivel internacional, están en boga.

El español, lengua oficial, pero no de trabajo en la UE
De visita en México para presentar su poemario “Un año y tres meses”, dedicado a su esposa, la escritora Almudena Grandes –fallecida en noviembre de 2021– y para recibir el reconocimiento “Poeta de América”, García Montero comenta que al español “le falta ganar mayor posicionamiento geopolítico”.

Si bien “en Europa está considerada una lengua oficial, no es realmente una lengua de trabajo”, lamenta, sentado en la biblioteca del Centro Cultural de España (CCEMx), de Ciudad de México.

Como muestra, menciona al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, cuyas lenguas oficiales y de trabajo son el francés y el inglés, pero no el español.

“Creo que, en muchas instituciones, empezando por la comunidad y el Parlamento europeos, deberíamos hacer una fuerza conjunta para delimitar el ámbito social de la cultura y la economía del español”.

En su opinión, en plena era de revoluciones digitales e inteligencia artificial, otros aspectos donde se requiere apuntalar esta lengua son la ciencia y la tecnología, ante el avance del inglés. No con la intención de competir con él, sino con el fin de tener repositorios, máquinas e instrucciones para hispanohablantes.

La importancia económica del español
De acuerdo con el Real Instituto El Cano, de España, como otras lenguas internacionales, el español tiene también una dimensión económica. Es el idioma de un vasto mercado de renta media para las industrias culturales y de la comunicación, las finanzas o la educación.

García Montero, poeta, narrador y ensayista, explica: “los estudios económicos dicen que cuando se cierran negocios entre territorios que comparten una lengua se multiplican por ocho las posibilidades, y las inversiones, hasta por veinte, de manera que compartir lenguas parecidas posibilita el desarrollo económico y comercial”.

Esto puede suceder dentro de la comunidad iberoamericana, si se suman a los 500 millones de hispanohablantes los 300 millones de hablantes del portugués en Brasil y Portugal, ambas lenguas romances y similares.

“La divulgación cultural y la promoción de la lengua invitan al turismo, el cual hoy en el mundo globalizado es una importante fuente de ingresos. Tomar conciencia de las repercusiones económicas de una lengua es una necesidad”, añade el experto en autores como Gustavo Adolfo Bécquer, Rosalía de Castro, Rafael Alberti, Federico García Lorca o José Emilio Pacheco.

China, hoy una potencia comercial, lo sabe de sobra, por esa razón muestra gran interés por fomentar el aprendizaje del español.

“Porque detrás está no solo España, sino la gran comunidad latinoamericana con la que quieren hacer negocios, además de que el que España esté en Europa les abre muchos puentes económicos en América Latina y Europa. Nuestra obligación es cultivar esos puentes”.

Un triunfo del panhispanismo
Cuando el escritor mexicano Carlos Fuentes recibió, en 1987, el Premio Cervantes de Literatura hizo referencia a una fortaleza de Hispanoamérica: “Nos une la lengua común; el factor esencial de unidad es la lengua española”.

García Montero atribuye que “históricamente el español ha mantenido su unidad porque muy pronto aprendió a respetar su diversidad e integrarla en sus lenguas maternas”, pues no se habla igual en México, Panamá o Venezuela.

Tampoco en Estados Unidos, con sus casi 63 millones de latinos, donde además de oírse las diversas variantes de la lengua española de cada país, ha surgido la mezcla de español e inglés, llamada spanglish.

Y esto es así, considera el director del Instituto Cervantes –con seis centros en ese país– porque “nadie es dueño del idioma, solo los hablantes en su relación con su historia materna”.

Lo dice, antes de participar en la mesa redonda “Triangulación cultural: raíces latinas compartidas entre España, México y Estados Unidos”, organizada la tarde del miércoles en el CCEMx para analizar la cultura sincrética en muchos ámbitos, desde el lingüístico hasta el artístico.

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