"Por el centenario de publicación de La Vorágine, de José Eustasio Rivera y del nacimiento de Arnoldo Palacios, autor de Las Estrellas son negras, ambas obras serán traducidas al francés." Es lo que dice la bajada de la nota publicada por Luisa Piñeros en el sitio web de la Radio Nacional de Colombia, el pasado 6 de septiembre.
Dos clásicos de la literatura colombiana serán traducidos al francés
Colombia conmemora 100 años de la publicación de La Vorágine y es también el año de Arnoldo Palacios, a propósito del centenario de su natalicio. Dos obras cumbre que transformaron la manera de leer la realidad de nuestro país y que tuvieron una gran repercusión internacional, serán traducidas al francés.
Es así como Francia se alista para recibir en su idioma estas emblemáticas obras de la literatura colombiana Las estrellas son negras, de Arnoldo Palacios, y La Vorágine, de José Eustasio Rivera.
Con una minuciosa traducción elaborada por Adrienne Orssaud y la coordinación editorial de El Circulo, las obras se encuentran listas para ser socializadas en un taller, dentro de Casa Colombia, durante la realización de los Juegos Paralímpicos.
Recordemos que Casa Colombia es una iniciativa del Comité Olímpico Colombiano, con el apoyo de entidades como el Ministerio de Relaciones Exteriores y su Embajada de Colombia en Francia, el Ministerio del Deporte, el Ministerio de las Culturas, el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y ProColombia.
Un amplio espacio que ya fue punto de encuentro durante las justas olímpicas y que sigue con sus puertas abiertas durante los Juegos Paralímpicos, donde nuestros deportistas han tenido una actuación muy destacada.
Detrás de está titánica labor, que por primera vez se hace de manera oficial, están dos caleñas radicadas en Europa: Natalia y Juliana Vélez Loaiza, hermanas gemelas que junto a un grupo de amigos crearon Ediciones el Circulo , editorial a la que pertenece la prestigiosa revista de arte y cultura Ojo Vulgar, que se ha convertido desde su creación en 2018, en un puente entre Latinoamérica y Europa, resaltando a nuevos artistas y a los que ya están consolidados, en temas como el cine, la literatura, las artes plásticas, la poesía, la fotografía, entre otros.
Con una gran pregunta que rondaba inicialmente en sus cabezas, Natalia y Juliana indagaban desde lo estético por lo que están haciendo los latinoamericanos en Paris, especialmente la diáspora colombiana que ha creado una población que se sigue sintiendo parte del país, a pesar de vivir a tanta distancia.
Ojo Vulgar llegó como una respuesta contracultural para darle voz y conocimiento a una comunidad que alberga en su haber un amplio intelecto y saber popular.
“Tenemos ediciones el Circulo y Ojo Vulgar, que es una plataforma cultural de intercambio. La revista congrega diferentes eventos: Cafés literarios para exhibir a los nuevos escritores, cine foros, tenemos un proyecto cultural como una campaña para estar de vuelta al papel en este mundo digital. Somos un equipo pequeño pero muy comprometido”, afirma esta caleña que hace más de 20 años dejó su ciudad natal para dedicarse al estudio.
Entre la academia y el arte, Natalia ha construido una carrera muy singular. Es licenciada en Psicología Clínica de la Universidad de Massachusetts con un postgrado en Neuropsicología Clínica, Psicopatología y Psicoanálisis. Así mismo, Tiene un doctorado en Literatura y Psicoanálisis. A Europa llegó en 2011, pasó una temporada en Inglaterra y en 2014 aterrizó en Francia. En la actualidad está radicada en Bélgica y desde allí, junto a su equipo, le dan vida cada tres meses a una nueva edición de Ojo Vulgar.
Por su parte, la fundación Ediciones el Circulo fue creada en Colombia y tiene una sede en Francia. Fue pensada para promover las expresiones y manifestaciones culturales y artísticas de colombianos en Europa. Fomentan la escritura, la lectura a través de la revista, hacen festivales literarios y sin duda, incrementan el impacto social y el valor de las creaciones colombianas en el exterior.
“Lo que buscamos es preservar, transmitir y conservar. Queremos hacer un paso por la memoria y dejar un registro de ese patrimonio cultural latinoamericano en Europa. Ojo Vulgar nació como una cuestión contracultural a la era digital”, reitera una vez más Vélez, en su empeño por sacar adelante una idea que nació por el amor a las artes y como una respuesta a esa quimera de vivir en Europa.
Su “caballito de batalla” es y seguirá siendo creer en las capacidades intelectuales que hay en Latinoamérica y el aporte que este continente puede hacerle al arte, especialmente en Paris.
“Hay algo que es originario, algo que como colombianos nos llama, por eso parte del trabajo que hacemos en Francia da cuenta de esto, que aún hay algo que decir de cómo tramitamos la violencia, el conflicto armado, todo lo que hemos logrado salvaguardar culturalmente. La riqueza que tiene Colombia como país, específicamente desde la cultura, esa es nuestra razón por la que continuamos”, concluye la directora.
Oro para Colombia
El país de la belleza tiene mucho por contar, es así como publicar obras de alta calidad se ha convertido en uno de los mayores retos de ediciones El Círculo. Hacer que esas historias contadas por colombianos o más globalmente, por latinoamericanos, tengan un alcance en los lectores franceses, es el gran logro.
Una primera gran apuesta es el llamado a traducir Las estrellas son negras, de Arnoldo Palacios, que en Colombia fue declarado su año, a propósito del centenario de su natalicio en Certeguí, Chocó.
De esta manera, se salda en parte una deuda histórica con una de las primeras novelas que relatan la violencia contra la población afro del departamento. Las Estrellas son negras se publicó por primera vez en 1949 y Palacios estuvo radicado una temporada en Francia, estudiando lenguas en la Universidad La Soborna de París, becado por el gobierno de ese entonces.
Pasó dificultades económicas y fue un perseguido político en Europa por sus ideas. Aun así, hoy se le recuerda por haber plasmado una de las obras de la literatura afro más relevantes del siglo XX.
Por otra parte, este también es el año para una obra que se publicó hace un siglo. Se trata de La Vorágine de José Eustasio Rivera, un huilense que nos entregó una novela sobre las denuncias, los abusos y la explotación del caucho en la Amazonía colombiana.
Considerada como la primera novela moderna del país, relata una historia de amor enclavada en la selva que a la luz de nuestro tiempo, toca temas actuales relacionados con las malas prácticas medioambientales.
Ambos libros son oro en las manos de los lectores, y por fortuna, traducirlas al francés, hará que el mensaje de un Arnoldo y la voz de un José Eustasio tenga más eco en el viejo continente.
Les Etoiles Sont Noires y La Vorágine, con sus nombres traducidos, serán explicadas al público parisino durante el taller de literatura de Casa Colombia entre el 3 y el 7 de septiembre.
Así lo expresa Natalia Vélez: “La dinámica es interesante porque vamos a hablar del recorrido de algunos de los estilos, no solamente de los autores de estas obras. Por ejemplo, en las Estrellas, nos vamos a enfocar en una cosa más al estilo de James Joyce, una cuestión más visceral, sensorial. Después con La Vorágine vamos a hablar más de la literatura tradicional y de los diálogos, los diálogos están muy bien construidos”.
Agrega que: “Y luego, vamos a pasar a hablar del surrealismo y de poesía y de escritura surrealista sobre todo en mujeres y de paso hacerle un homenaje al surrealismo que este año es su centenario. Finalmente, dándole los elementos claves a los asistentes, vamos a repartir unas agenditas que mandamos a hacer y vamos a proponerles a cada uno que con esos elementos trate de escribir un par de párrafos, ya sea de poesía o de narrativa”.
Ojo Vulgar
Hacer una revista en castellano y francés, impresa en papel en una era digital, es una respuesta contracultural al vertiginoso mundo en que vivimos, ya que todo está en las pantallas y poco se lee o al menos eso creemos.
Volver al papel tiene una mensaje romántico y artístico, porque es volver al tacto, a la textura, al olor y sobre todo a la lectura.
“Tan fisgón, tan insolente, es el lema de la revista. Busca dar esa visibilidad, ser fisgones. Tiene todo un enganche en lo surrealista y jugamos con eso. Es un ojo bonito, que impacta de muchas maneras, pero es vulgar. Es decir, expone por crear y por mostrar otro lado”, de esta manera la psicoanalista de profesión define un nombre particular que ya se ha colado en la alta cultura de la ciudad luz.
La revista nació en medio una conversación en un típico café parisino y hoy en día goza de influencia y gran reputación. Cada edición contiene alrededor de 120 páginas impresas en alta calidad, con contenidos producidos por reputados nombres del arte. Sin duda, es un trampolín para los nuevos artistas y aporta un toque más de prestigio a los grandes maestros.
Una fundación, una editorial y una revista pensada y diseñada por colombianas, una vez más nos habla de los viajes de intercambio cultural, hoy en día, por fortuna de ida y vuelta. De Francia nos han llegado grandes obras de la literatura como Madame Bovary, En busca del tiempo perdido, Los miserables, El conde de Montecristo, y ahora, es momento de nuestro relato que huele a ríos, a selvas, a caucho y que suena a la voz de un pueblo que se resiste a ser olvidado.
Ambos libros estarán disponibles en Colombia durante la Feria del Libro de Cali en el mes de octubre
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