En sintonía con los sesudos debates sobre el castellano neutro, que tuvieron lugar en Buenos Aires durante la semana pasada, este blog vuelve sobre la cuestión, pero desde otra perspectiva. Así, en la entrada número 29 de la parte "Cuadros de una exposición", de su volumen Museo del chisme (Buenos Aires, Emecé, 2005), el escritor y cineasta argentino Edgardo Cozarinsky refiere la historia de una discusión entre Victoria Ocampo y Ricardo Baeza, cuya fuente proviene de un relato oral del escritor, crítico y traductor José Bianco, en su momento secretario de redacción de la revista Sur
Para acabar con la cuestión
A principios de los años 50, Victoria Ocampo decide publicar en Sur una traducción de The Mint, el relato autobiográfico de su admirado T.E. Lawrence, donde éste describe con crudeza la vida de cuartel de los piloto de la RAF.
Algunas obscenidades del texto la decide a publicar dos ediciones simultáneas del libro, para eludir la censura peronista: una levemente expurgada, de venta pública; otra completa, que se venderá por suscripción. Decide asumir ella misma la traducción, con la complicidad amistosa de Ricardo Baeza.
Una tarde de verano, en el jardín de Villa Ocampo en Mar del Plata, ambos traductores se enfrentan, cada uno ante su máquina de escribir, para resolver una cuestión espinosa.
En el libro se habla mucho de masturbación y Victoria quiere traducir "hacerse la paja". Baeza, siempre castizo, prefiere "hacerse la puñeta". Tras un intercambio de opiniones, Baeza esgrime un argumento que no puede sino ofender a su amiga: "puñeta" es más correcto porque deriva de puño, forma que adopta la mano del hombre en el acto de masturbarse. "Las mujeres también se masturban y al hacerlo su mano no adopta forma de puño", replica, airada, Victoria.
Continúa la discusión cada vez más áspera hasta qque la dueña de casa decide terminarla: "¡Basta! ¡Este libro sale en la Argentina y aquí nadie se haca la puñeta, en la Argentina todos se hacen la paja!".
Algunas obscenidades del texto la decide a publicar dos ediciones simultáneas del libro, para eludir la censura peronista: una levemente expurgada, de venta pública; otra completa, que se venderá por suscripción. Decide asumir ella misma la traducción, con la complicidad amistosa de Ricardo Baeza.
Una tarde de verano, en el jardín de Villa Ocampo en Mar del Plata, ambos traductores se enfrentan, cada uno ante su máquina de escribir, para resolver una cuestión espinosa.
En el libro se habla mucho de masturbación y Victoria quiere traducir "hacerse la paja". Baeza, siempre castizo, prefiere "hacerse la puñeta". Tras un intercambio de opiniones, Baeza esgrime un argumento que no puede sino ofender a su amiga: "puñeta" es más correcto porque deriva de puño, forma que adopta la mano del hombre en el acto de masturbarse. "Las mujeres también se masturban y al hacerlo su mano no adopta forma de puño", replica, airada, Victoria.
Continúa la discusión cada vez más áspera hasta qque la dueña de casa decide terminarla: "¡Basta! ¡Este libro sale en la Argentina y aquí nadie se haca la puñeta, en la Argentina todos se hacen la paja!".
Gracioso el incidente relatado. Pero, si se me permite, en el español peninsular actual existe mas bien la frase “hacer la puñeta a alguien”, lo que equivale a hacerle la vida imposible a alguien. La otra variante de “hacerse la puñeta” no la he oído en España; pero quién sabe, a lo mejor la terminología en cuestión ha cambiado. De todos modos, el incidente de Victoria Ocampo corrobora una vez más el hecho de que al final son las editoriales (¿quizá también por su situación geográfica?) las que deciden sobre la variante a publicar y así la imponen, y no un simple afán de imperialismo.
ResponderEliminarPor otro lado, comprendo muy bien la actitud de recelo y hasta repudia hacia términos provenientes de la península que adoptan algunos traductores argentinos al verse censurados o “corregidos” por los “correctores” de editoriales españolas. También es cierto, y lo he vivido en carne propia, que a los españoles que residimos en este país también se nos censura o discrimina a diario. A mí por notárseme el acento castizo se me ha llegado a decir con ademán despectivo que “acá no se habla así”, a lo cual tuve que responder “…pero espero que por eso no se me prohíba hablar como hablo…” O que te cobren al valor del euro o dólar en las tiendas porque noten que vienes del otro lado del charco. Yo, desde luego, he llegado a la conclusión de que lo mejor y más conveniente para mí es, o volverme a España, o hacerme pasar por argentina, para lo cual estoy haciendo un curso intensivo sobre argentinismos (para que no me hagan la puñeta). Con esto quiero decir que la intolerancia también se practica aquí, y a groso modo.
HOla, como podría tener los videos que ustedes disponen en la página web USTREAM.TV, tengo ganas de utilizarlos en mis clases de traducción.
ResponderEliminarSaludos brasileños.
1) Para Angélica, en todas partes hay energúmenos, por lo que no vale la pena cargar demasiado las tintas sobre el asunto. Si alguien te critica por tu acento, es más problema de ese alguien que tuyo. Yo no lo tendría en cuenta. ¿O vamos a empezar a hablar de la actitud de los empleados de migraciones españoles y el trato recibido por los latinoamericanos al llegar a España? Este blog, justamente, no es para ellos ni para sus correlatos argentino sean quienes sean.
ResponderEliminarAhora, más específicamente, tanto en España como en la Argentina (y en todos los otros países de la lengua) hay buenos traductores y de los otros, y buenos editores y de los otros. Luego, si el trato no es el que corresponde, vale la pena denunciarlo públicamente con nombres y apellidos, tanto del denunciante como del denunciado, para alertar sobre la situación.
2) Para quien haya mandado el Anónimo desde Brasil, lamentablemente no hay otra forma de ver las filmacioens más que recurriendo a Ustream TV, con las deficiencias del caso.
Saludos desde la Argentina.
Cordialmente 1) y cordialmente 2)