Publicado en Clarín, el pasado 17 de marzo, el
siguiente artículo de Emilia Vexler da cuenta de algunas polémicas
desatadas últimamente a propósito del sexismo en la lengua.
La RAE revisa sus
definiciones sexistas
por el avance de la
igualdad de género
El idioma español está en la mira del feminismo. Para los lingüistas algunas
acusaciones son comprensibles y otras injustas. Sea como fuere, justo el 8M –cuando
por el Día de la Mujer hubo movilizaciones en todo el mundo– la Real Academia
Española (RAE) modificó la quinta
acepción del adjetivo "fácil" para
que no refiera a "mujer que se presta sin problemas
a mantener relaciones sexuales" sino a una "persona".
Son siete letras ganadas a
la violencia simbólica machista. Pero desde la Academia Argentina de Letras
(AAL) y el Instituto de Lingüística de la Universidad de Buenos Aires tienen
sus reparos. Dijeron a Clarín que entienden la lucha por la
igualdad que tiene detrás, aunque creen que deberían
haber dejado “mujer fácil” y aclarar que su uso es "despectivo o discriminatorio".
Como pasó con "sexo débil" en diciembre –10 meses
después de las 200 mil firmas que juntó la tuitera española Yanina Hernández–
que lo definía como "conjunto de las mujeres" y ahora se aclara su
connotación negativa.
"Nadie
dice 'persona fácil'", aseguran, y el diccionario –como reflejo de la realidad– "debe
tomar y calificar lo que dicen
los hablantes". Así, coinciden con organizaciones feministas argentinas en
que la RAE va lento contra la "pesada herencia" de sexismo en el lenguaje. Pero porque va detrás de la
sociedad. No antes. En España y acá, la academia es clara: no es sexista la lengua, sino su uso.
"La RAE escucha las críticas y
envía grupos de palabras a las academias de toda América con propuestas de
enmiendas sensibles en cuestiones de género", dice a Clarín Santiago
Kalinowski, director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y
Filológicas de AAL.
La última de esas
"tandas de consultas" llegó a Argentina en julio. "La palabra 'dije' la definían como 'joya pequeña que usan como adorno las mujeres'. La modificaron y
ahora no tiene género: 'que se usa como adorno'. Los diccionarios tienen una
motivación muy concreta en términos de relaciones públicas para preferir la
definición que no especifique que se trata de la mujer", ejemplifica el
filólogo. También dice que en la segunda acepción de "dinero", la RAE
cambió el ejemplo de "José es una persona de dinero" por "María es una persona de dinero".
La RAE también en diciembre
enmendó "revoque" (que
ahora es "maquillaje
excesivo", no de una mujer), "edén" (que ya no es la morada del primer hombre sino de
"Adán y Eva"), "himno" (ya
no es para exaltar a un gran hombre,
sino a una "persona"), "carácter sexual
secundario" (ya no es sólo la
barba del hombre, también "las mamas del la mujer"), o "superwoman".
Sobre el último cambio Kalinowski va a
lo antropológico. "En nuestra cultura los hombres siempre fueron 'fáciles'
para tener sexo. Como eso nunca fue algo malo, no se decía 'hombre fácil'. La
sociedad está empezando a cambiar y está viéndose en el uso. Pero,
lamentablemente, todavía la promiscuidad del hombre y la de la mujer es
percibida como drásticamente diferente y la mayoría sentiría que 'hombre fácil'
es algo extraño".
Por ese camino va Salvio
Menéndez, director del Instituto de Lingüística de la UBA. Es más taxativo y
hasta ve "censura". "Los usos no se pueden borrar. El caso de
'mujer fácil' es más un efecto oportuno del Día de la Mujer que un
convencimiento profundo de la RAE. La eliminación me parece peligrosa”. Explica
que "una acepción no se borra. Se cree que si la Academia no lo dice, la
gente no lo usa, Y es al revés, el diccionario debe recoger lo que la gente usa
y calificar el uso. Es su deber decir que tal palabra se usa para
discriminar".
Además de las enmiendas, la
RAE hace incorporaciones de palabras. Como "superwoman":
"Mujer de capacidades y cualidades sobrehumanas". Y ahí también está
el feminismo. Durante el 8M en Buenos Aires un grupo de creativas publicitarias
con carteles viralizó el hashtag #SororidadEnlaRAE.
Se hizo notar porque nadie conocía el término: Sororidad.
"Fraternidad viene de fratis,
hermano, masculino. Debe incorporarse sororidad para
hablar de 'hermandad de mujeres'. Viene de soror: 'hermana'",
dice a Clarín Tatiana Dobosz
(25). "Esta hermandad existe. No tienen que negarnos", agrega.
Desde la última actualización de su
diccionario, en diciembre, la academia española decidió que las modificaciones
se harían anualmente en lugar de una nueva edición, cada 10 o 15 años. Pero
habrá más cambios en el medio. Como el de "fácil". Que, dijeron, fue
por "las personas, anónimas y famosas, y organizaciones y asociaciones que
así lo habían pedido".
Todxas las x, tod@s
La cuestión es entender si el
diccionario es árbitro o testigo del idioma. Es testigo. Y árbitra ya existe. Testiga, no.
El género de la gramática del español
está estructurado en dos en la mente de los hablantes: masculino y femenino. El
masculino cumple dos funciones: indicar a los 'hombres' y a la pluralidad. El
femenino, sólo a las 'mujeres'. Pero, desde lo social, existe un movimiento sin
precedentes por su dimensión que hizo que se ponga en cuestión si el masculino
es una o para dominarnos a
todxs.
Ahí aparece una respuesta
fácil: que el masculino es una convención. Como llamamos "mesa" a una
"mesa". "Pero ese argumento es insuficiente. Requeriría un
estudio antropológico, pero me parece más probable que el masculino tenga esa
doble función (como género no marcado)
porque la fuerza física fue la
cualidad principal para la supervivencia del humano. Ahora ya no es así. Y eso
es un argumento más fuerte para fundamentar un cambio a futuro del uso del
masculino para agrupar a las personas más allá de su género", explica el
filólogo Santiago Kalinowski.
Sobre el uso de x como la
letra bandera de la igualdad de género, la Academia Argentina de Letras no
emitió dictamen. Pero Kalinowski sí. "Los argentinos somos o fuimos
sexitas sin querer serlo. Fue algo cultural. El seximo estaba codificado en la
cultura y la lengua acompañaba. El todxs o tod@s son recursos de intervención
del discurso público que persiguen el fin de denunciar una desigualdad. Todavía
no es lengua, es el aprovechamiento de la lengua para la igualdad", cierra
el académico.
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