La reflexión sobre el lenguaje
inclusivo suma otro punto de vista, esta vez a través de la columna que el
poeta y traductor Jorge Aulicino
escribe especialmente para el Club de Traductores
Literarios de Buenos Aires.
“El uso del idioma
no hace consideraciones filológicas”
no hace consideraciones filológicas”
Los romanos nunca hablaron en griego.
Los italianos dejaron de hablar latín. Los españoles también, los franceses,
etc. Por el hecho de que el latín quedó confinado a la Iglesia, se lo consideró
"muerto" durante unos siglos. Con el tiempo, algunos se pusieron a
considerar de qué modo vive. Y eso sigue.
Pero el uso del idioma no hace
consideraciones filológicas y en los países de habla hispana logra penetrar, a
lo largo de años, siglos, por grietas, chimeneas y canalones en los severos
claustros de la Real Academia Española (RAE), que ya hasta se avergüenza
de las tres realizaciones que se auto-festejaba: "limpia, fija y da
esplendor". Ahora, o hace poco, su misión es solo tentativa: "tratar
de que no se quiebre la esencial unidad que mantiene [el idioma] en todo el
ámbito hispánico" (José Manuel Blecua, El
País, Madrid, 24 de marzo de 2007). Es la hegemonía cultural, lejana del
buen trato cultural que hace un siglo o más existe entre España y sus ex
colonias. En el caso de la Argentina, el vínculo es también afectivo, por la
inmensa inmigración española de entre 1880 y 1950, de la que somos hijos y
nietos, muchos, aquí.
Cuando el gobierno socialista español
intenta ahora un cambio de adecuación de la Constitución española para que ésta
se adapte al lenguaje "inclusivo", la RAE tiembla, entra en crisis,
un escritor que es bestseller mundial
amenaza con dejar su silla académica si la demanda del gobierno es aceptada por
la RAE, etc.
El gobierno socialista español se ha
puesto a la par de la RAE. Promueve un cambio institucional de la lengua.
Intenta retomar la consigna de decidir qué es lo mejor para los hablantes de la
lengua española en España, y si lo consigue con la RAE a favor, mejor, pues la
RAE aún intenta "fijar" el idioma en todos los países que hablan un
castellano de raíz española y latina.. Con los siglos, esto último será tan
absurdo como que los habitantes del Lacio reclamen cómo se debe hablar en todos
los países en los que se hablan lenguas romances.
En base a principios loables, el
progresismo se convierte en su enemigo. Es la experiencia de socialismo radical
en todo el mundo (del que la socialdemocracia es sombra que ahora cobra vigor
guerrero). Yo espero sinceramente que la deriva del socialismo (real) no sea la experiencia fatal del
feminismo.
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