viernes, 18 de febrero de 2022

Las ventajas de los taxis londinenses sobre las nuevas tendencias de la lengua castellana

Publicado originalmente el 2 de febrero, en el Facebook de Jorge Aulicino, con firma de un tal George Aulicino, la siguiente reflexión sobre los significados del verbo “aplicar” se cruzan misteriosamente con los típicos taxis londinenses.

No aplica cambiar los viejos taxis de Londres

La Academia de la Lengua (de España) admite como “intransitivo” el verbo aplicar, en su séptima acepción. Pero le pone el copete de “América”, por decir que se usa de ese modo en nuestro continente (que como todo el mundo sabe, son tres: América del Norte, América Central y América del Sur). De este modo, España se saca de encima el problema de que, debido a las traducciones mal hechas del inglés, sobre todo en las series y películas estadounidenses, se utilice aplicar como verbo intransitivo en expresiones tales como “aplicar a una beca” o para decir que algo corresponde o no: “el sistema no aplica en el caso de los melocotones”. 

El problema socialmente encarado no es que esté mal o bien usar el verbo aplicar de esa manera (de paso: ¿diremos le correspondieron la cuarta dosis de la vacuna?), sino que este uso parece moderno. En suma, una tilinguería. 

En el caso de que fuera por ignorancia que haya seis acepciones recogidas por la DRAE del uso de "aplicar" como transitivo (le aplicaron la vacuna, le aplicó el mote de tonto, aplicaron medidas drásticas, etc), las cuales pesan a la hora de hacerlo como intransitivo, deberíamos recordar que estábamos cómodos con “solicitó una beca”, “se presentó a una beca”, “concursó para una beca” y con “el 41,4% se toma sobre el 66,7% de cada 100 encuestados” y no con “el 41,4% aplica sobre el 66,7%, de cada 100 encuestados”, Y esto no es ser conservadores, o serlo en el buen sentido. Como me dijo un taxista en esos viejos modelos de auto que se usaban y creo se usan en Londres: “Sirven bien. ¿Por qué cambiarlos?” Una de las ventajas de esos taxis era (o es) la amplitud: cuatro personas viajaban cómodas y con equipaje de mano en la parte trasera, y no uno apretado contra el otro, sino dos frente a los otros dos.

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