miércoles, 11 de diciembre de 2019

También hay crisis en las librerías de España

Como en otras partes del mundo, el sector librero español atraviesa una de sus peores crisis. Así se lee en la nota publicada el pasado 28 de noviembre en el diario madrileño El País, por Peio H. Riaño.

La mitad de las librerías españolas

factura menos de 90.000 euros anuales


Para adaptarse a los tiempos, las librerías se han convertido en los últimos años en lugar de reunión y en centro de difusión cultural, pero su reconversión no se ha traducido necesariamente en un incremento de los beneficios. Las ventas han vuelto a caer en el sector en 2017 y en 2018. La conclusión del mayor informe sobre la salud de las librerías, que recopila datos correspondientes a esos dos ejercicios, es contundente: “A las que les iba mal en 2016, en 2018 les fue peor”, explica el profesor Rafael Bravo, de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza. Bravo, junto a otros dos técnicos, ha elaborado en colaboración la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) y el Ministerio de Cultura, el informe Observatorio de la librería, cuyos datos se darán a conocer hoy. En él, se certifica que el sector vive su momento más complicado desde lo peor de la crisis financiera. También, que la mitad de las librerías no alcanza a facturar más de 90.000 euros anuales, lo cual las deja al límite de la supervivencia.


El panorama mejoró en el sector entre 2013 y 2016, pero ha registrado un 5% de descenso en las ventas desde entonces. Los autores del estudio, que ha tomado una muestra de 1.204 establecimientos de un censo de 3.556 librerías independientes operativas en España, señalan que la caída en ventas y en márgenes de beneficios se debe a que las grandes cadenas también pierden. Pero son las más pequeñas las que más sufren, porque registran caídas de más del 15%. En estos momentos lo único que crece son las existencias: el volumen del stock se ha multiplicado por 16.

Los almacenes se abarrotan de libros huérfanos de lectores, mientras el mercado —según los datos de la Federación del Gremio de Editores (FGEE)— ha reactivado su producción de novedades sin tener en cuenta esos excedentes. Los balances de editores y libreros no coinciden: las cuentas de los primeros señalan que sus ventas a los minoristas crecen levemente cada año. Las de los libreros indican que sus números se han estancado porque los ejemplares que compran a los editores no encuentran sus lectores.

¿Qué repercusión tienen esos datos negativos en la supervivencia de los establecimientos independientes en España? Fuentes de CEGAL advierten que se han hecho modificaciones en los criterios del censo, para expurgar a los comercios que no encajan en el modelo de estudio (porque, por ejemplo, dedican una parte importante de su negocio a la papelería). De esta manera, evitan dar una cifra de todos los que han cerrado en los dos años investigados. Los últimos datos que facilitaron, de 2016, alcanzaban la cifra de 3.967 espacios independientes de venta de libros. Hoy tienen identificados 3.556. Si tomamos por válidos esos 411 establecimientos menos, en España habría cerrado, más o menos, una librería cada 43 horas.

Hace tres años, en plena recuperación económica, el número de comercios crecía, como lo hacían los beneficios, pero esto ya no sucede. “No me atrevo a decir que hayan cerrado un 10% de las librerías, pero la evolución ha ido a mal, eso es así. Aunque no es desastroso. Hasta 2016 la tendencia era a la creación porque se recuperaban de la crisis, pero la bajada ha vuelto”, reconoce Bravo. Javier López Yáñez, presidente de CEGAL, no pinta un panorama tan halagüeño. Explica que la “situación es extrema y están al borde de un abismo”, que las librerías no saben hasta cuándo podrán resistir así. “La mitad de las librerías factura menos de 90.000 euros al año. Con eso no se puede subsistir: están al límite”.

Tampoco ayuda lo suficiente el 11% de ventas que hacen por Internet, por eso quieren fomentar y lanzar una nueva versión de la plataforma todostuslibros.com. Hasta ahora, esa herramienta permitía localizar un título determinado en las librerías cercanas a la ubicación del usuario, para que este supiera dónde le esperaba tal o cual libro. A partir del año que viene, se incorporará un botón de venta, con la opción del envío a casa, para competir contra servicios como Amazon o las tiendas digitales de La Casa del Libro, FNAC o El Corte Inglés.

El informe incorpora otro dato que confirma la precariedad en la que viven estos comercios: están recortando una cuenta de gastos de por sí exigua. Si en 2016 registraban una media de 494.307 euros anuales en ese capítulo, en 2018 cayó hasta los 471.063 euros, la cantidad más baja de los últimos ocho años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario