En la edición del 4 de julio de 1943 del diario La Nación, de Buenos Aires, apareció por primera vez el “Poema conjetural” de Jorge Luis Borges, más tarde reproducido en otros libros del autor e incontables veces en diversas antologías de todo tipo.
Como se sabe, en esos cuarenta y cuatro endecasílabos sin rima, el narrador en primera persona (“yo, Francisco Narciso de Laprida, / cuya voz declaró la independencia / de estas crueles provincias […]”) expone sus pensamientos antes de ser asesinado, el 22 de septiembre de 1829, por los montoneros del fraile-general José Félix Aldao.
Laprida (1786-1829) —antepasado remoto y lateral del mismo Borges— no esperaba tener esa muerte violenta y en tales circunstancias bélicas:
Yo, que anhelé ser otro, ser un hombrede sentencias, de libros, de dictámenes,
a cielo abierto yaceré entre ciénagas.
Este hombre “de libros”, que huye “hacia el sur por arrabales últimos”, alcanza a compararse con un personaje de la literatura:
Como aquel capitán del Purgatorioque, huyendo a pie y ensangrentando el llano,
fue cegado y tumbado por la muerte
donde un oscuro río pierde el nombre,
así habré de caer. […]
Desde luego, el
Purgatorio es el de La divina commedia. El capitán que queda sin vista y
sin vida es Buonconte da Montefeltro, y el oscuro río que pierde el nombre es
el Arquiano (Purg., V, 94-99):
traversa un’acqua c’ha nome l’Archiano,
che sovra l’Ermo nasce in Apennino.
Là ’ve ’l vocabol suo diventa vano,
arriva’ io forato nella gola,
fuggendo a piede e ’nsanguinando il piano.
[…]”
Manuel Aranda
Sanjuán (versión en prosa, 1868) traduce:
hay un río que llaman el Arquiano,
y sobre el Yermo nace en Apenino,
y que pierde su nombre en el rellano:
allí llegué la gola traspasada
huyendo a pie y ensangrentando el llano”.
Ángel J. Battistessa
(en verso, 1985):
cruza un torrente que es llamado Archiano,
que sobre el Ermo nace en Apenino.
Allí donde su nombre ya es inútil,
llegué yo con el cuello traspasado,
huyendo a pie y ensangrentando el llano”.
Vemos, pues, que Mitre y Battistessa coinciden exactamente en la traducción del verso 99. Esta opción es la más literal y es también la mejor.
De la misma manera, tomó Borges el verso italiano y lo llevó al español, con el único agregado del pronombre que. Como éste forma sinalefa con huyendo, el verso ni gana sílabas ni pierde armonía, y se mantiene, como su itálico antecesor, en un hermoso endecasílabo de cuarta y octava.
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