Patricia Schaefer Röder, la traductora
—Tienes una destacada trayectoria como traductora e incluso ostentas varios premios. Obras de la británica Shamim Sarif y la canadiense Amanda Hale están en tu catálogo de novelas traducidas. ¿Cómo afrontas la tarea de verter al español una obra escrita originalmente en otro idioma?
—Para mí, traducir literatura es un desafío delicioso. Cada lengua trae consigo una cultura que debemos conocer y entender para llevarla a otro público. Cuando traduzco una historia o una novela, me sumerjo en la obra hasta sentirla mía; investigo y aprendo muchísimo. He tenido la fortuna de toparme con excelentes escritores que tienen un estilo narrativo semejante al mío, lo cual es una enorme ventaja al momento de trabajar sus textos. A mi manera de ver, el traductor es coescritor del texto. Quien traduce, escribe una obra de la mano de alguien más, pero las palabras que usa son suyas. En este sentido, tengo el placer de traducir al español, una lengua extremadamente versátil, precisa y bella al mismo tiempo, y en la que se pueden obtener resultados maravillosos.
—En el caso de Por la ruta escarlata, de Hale, la historia tiene todo un pilar argumental en la cultura latina, pues la protagonista es una joven centroamericana adoptada por una pareja de mujeres canadienses. ¿Favoreció ese elemento el trabajo de traducir la novela o por el contrario representó alguna dificultad adicional?
—Por la ruta escarlata es una historia sobre la diáspora latinoamericana que trata además los temas de la supervivencia, la asimilación y la identidad; todo esto que define la historia de América Latina. Como hija de inmigrantes que se fueron de su tierra buscando una vida mejor, como traductora y sobre todo como latinoamericana, me identifiqué con la historia de Pamela, que persigue sus raíces; de la Malinche, que sirvió de puente entre dos culturas; de Hannah y Fern, que trabajan para darle un futuro digno a su hija; de Fabiana, que debe tomar una decisión difícil, y de todos los que por cualquier motivo están en el exilio, haciendo lo que pueden con lo que tienen y con el corazón dividido entre la tierra que los vio nacer y la que les abrió los brazos para permitirles sobrevivir. Definitivamente, mi identidad y mi propia realidad me ayudaron a la hora de trabajar esta novela.
—¿Influye en tu narrativa tu oficio como traductora? ¿O es tu estilo el que termina permeando tus traducciones?
—Generalmente usamos de una u otra manera todo lo que aprendemos. Por otro lado, el estilo es un sello que nos caracteriza. Como te comenté antes, he tenido la suerte de traducir narrativa de autores que tienen estilos un tanto parecidos al mío, así que sus letras se llevaron muy bien con las mías y rindieron buenos resultados, y en algunos casos incluso merecieron premios.
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