lunes, 31 de agosto de 2015
¡Viva Mandelstam! ¡Metete a Tolstoi en el culo!
Los
lectores perdonarán al Administrador por salirse de tema, pero la noticia,
aunque vieja –se publicó el 29 de enero de 2014 en el diario catalán La
Vanguardia – es demasiado increíble como para resistirse a
colgarla en el blog.
Mata a su amigo tras una discusión literaria
entre prosa y poesía
Moscú,
(EUROPA PRESS) Un exprofesor ha sido detenido en la región de los Urales en Rusia como
sospechoso de haber matado a puñaladas a un amigo durante una disputa
sobre los géneros literarios, según ha informado la agencia de noticias RIA
Novosti.
La
víctima del apuñalamiento, un hombre de 67 años, insistió en una discusión con
su amigo en que la "única literatura verdadera es la prosa",
según ha relatado la delegación de la región de Sverdlovsk del Comité de
Investigación ruso (la Policía
federal).La declaración de la víctima provocó un enorme enfado a su amigo, de
53 años de edad y apasionado de la poesía, hasta el punto que le apuñaló y
acabó con su vida. Los dos hombres se encontraban ebrios en el momento de los
hechos.
El
incidente tuvo lugar la semana pasada pero el principal sospechoso se dio a la
fuga y no fue encontrado hasta esta semana. El individuo, cuya identidad no se
ha facilitado, ha sido arrestado con cargos de asesinato, por lo que podría
pasar hasta quince años en prisión. RIA Novosti ha recordado que no es la
primera vez que se da un incidente de este tipo en Rusia, después de que en
septiembre en la zona de Rostov del Don un hombre recibiera un disparo tras haber
discutido con otro individuo sobre el filósofo Inmanuel Kant.
viernes, 28 de agosto de 2015
"Una labor crítica de iure y ex officio"
José Aníbal Campos nació en La Habana en 1965. Es
germanista, traductor y ensayista. Ha traducido a Peter Stamm, Gregor von
Rezzori, Stefan Zweig, Hermann Hesse, entre muchos otros. El siguiente ensayo
se publicó recientemente en hermanocerdo.com
Texto eliminado a pedido del autor
jueves, 27 de agosto de 2015
Para muchos "coger" ha sido siempre un problema
![]() |
Raúl Ávila |
“El lingüista mexicano Raúl
Ávila trabaja desde hace dieciocho años en una obra basada en el uso
mayoritario y «no en el poder económico y la herencia de la conquista»”, dice
la bajada de la noticia publicada el 22 de julio pasado en las páginas de
cultura del diario ABC.es, de Madrid.
Latinoamérica quiere un diccionario donde las palabras
más usadas se impongan a los españolismos
La
mayoría de los casi 500 millones de hablantes del español son
latinoamericanos, pero su habla apenas está reflejada en losdiccionarios. Si la región
no se siente representada entre tantos «españolismos»,
¿por qué no diseñar un «diccionario universal» en el que prevalezcan las
palabras más usadas?
Basándose
en esta idea, el lingüista
mexicano Raúl Ávila lleva
dieciocho años trabajando desde el Colegio de México en un gran proyecto en el que
colaboran 26 universidades de 20 países. «Los diccionarios actuales, con quizás
tres o cuatro excepciones, son de base castellana. Eso supone un sesgo ideológico formidable»,
denuncia este académico, de 78 años. «¿Quién, en América Latina, usa mechero,
baremo o repostar?», se pregunta con picardía, y continúa: «En España no se
tiene conciencia de los españolismos, es el problema del
lingüicentrismo español».
El
objetivo del bautizado como diccionario VALIDE, que podría ver la
luz en noviembre, es que la comunidad hispanoamericana tenga un tesauro que indexe regionalismos de todos los países y sugiera cuál es la palabra más
indicada para un texto de vocación internacional, que pretenda ser entendido
por el máximo número de hablantes posible. Con base en una fórmula interna, el
programa seleccionará la palabra que más personas y países usen.
«Se
trata de que no gane un país porque tenga más hablantes, porque entonces
ganaría siempre México, sino de que gane la voz que tiene más hablantes y más
países: frecuencia y dispersión», explica Ávila. Según este criterio,
por ejemplo, el VALIDE sugeriría usar «computador» en vez del «ordenador»
español o la «computadora» mexicana; «fósforo» en vez de «cerilla» o «cerillo»;
o «agarrar» en vez del «coger» de España, que en algunos países de América
Latina se usa como sinónimo de copular.
Quizás «coger» es la palabra que más bromas genera entre los hispanohablantes, aunque
para Ávila, sin duda, la más controvertida y confusa es «cancelar»: en
Venezuela o El Salvador se usa como sinónimo de «pagar» mientras que en la
mayoría de países significa «anular». El lingüista, que disfruta como un niño
con los juegos de palabras, recuerda cómo hace unos años vivió toda una
confusión en un hotel de El Salvador por esta palabra.
Mayor riqueza lingüística
Aunque
estudios comparativos hechos sobre medios de comunicación o doblajes de películas demuestran que los hispanohablantes
usan un español común entre un 98% y un 99% del tiempo, es en el «universo de
las cosas» donde se da principalmente el debate. Banano-plátano-cambur-banana,
placa-chapa-matrícula, maní-cacahuete-cacahuate, carro-coche-auto-máquina,
cerveza-chela-cheve-birra. «En abstracto no hay problema, pero tan pronto
entramos a las cosas mismas, ahí entramos en problemas. Es en el mercado donde
está complicado», ironiza Ávila.
Pero
su «diccionario universal» no quiere quitarle riqueza o diversidad lingüística
al español, la segunda lengua con más hablantes nativos del mundo y la tercera
más hablada, después del inglés y el chino. Con el VALIDE «no se empobrece
nada, sino que se da una opción. Mi idea justamente es enriquecer el lenguaje», argumenta.
¿Y
para qué puede servir el diccionario? Como referencia para
medios de comunicación que se dirijan a un público internacional, para
traducciones de libros, subtítulos de películas, señalizaciones de seguridad en
espacios públicos como aeropuertos, prospectos farmacéuticos, etc. Para el
lingüista, tiene un propósito similar a la literatura del llamado «boom latinoamericano»: «Usar un español más internacional para
tener más lectores».
Además,
Ávila no esconde sus discrepancias con instituciones como elInstituto Cervantes o la Real Academia Española (RAE), molesto con la dominación de España por herencia de la conquista y su
poder económico, pero insiste en que «desde América, estamos proponiendo una
toma de conciencia lingüística en
la cual decimos: o jugamos parejo o no jugamos».
miércoles, 26 de agosto de 2015
Una nueva traducción de Eliot al castellano
El
narrador y periodista español Sergio del
Molino (1979) publicó en su blog de El
Heraldo de Aragón, del 27 de enero de este año, una columna a propósito de
la nueva versión peninsular de La tierra
baldía, de T.S. Eliot., en
traducción de Andreu Jaume. Aquí se
reproduce.
La tierra baldía
Uno de los libros-regalo más apetecibles
(o que a mí más me gustaría regalar y que supongo que regalaré) ha salido en la
cuesta de enero, cuando ya no hay crédito en las tarjetas para gastar
(permítanme un inciso: si les gusta mucho un autor o un libro y quieren
contribuir a que se conozca y se disfrute, no se limiten a comprarlo, eso lo
doy por descontado: regálenlo, esparzan un poco de felicidad y hagan feliz a
quien a usted le ha hecho feliz. Fin del inciso). No es una novedad, pues su
autor lleva muerto cincuenta años. Es La tierra baldía, el poema que T. S.
Eliot publicó en 1922, revolucionando la poesía y la literatura. Se trata de
una nueva edición en castellano (en la editorial Lumen), al cuidado del crítico
y editor Andreu Jaume, que ha traducido de nuevo el texto y lo ofrece en
versión bilingüe y con un interesante y detallado prólogo.
Jaume insiste mucho en la actualidad del
poema y, más allá del oportunismo comercial que pueda haber tras esas palabras,
yo también lo creo. Eliot escribió La
tierra baldía como reacción al mundo perdido tras la Primera Guerra mundial,
al final de una Europa, de una cultura, de una civilización. El ‘baldía’ del
título en castellano es una licencia del primer traductor argentino que se ha
impuesto y respetado, pero no da la medida de la dimensión de la obra. ‘La
tierra devastada’ o ‘La tierra agostada’ serían más apropiados, ya que
hablarían de un paisaje que fue algo y ya no es nada porque alguien lo ha
destruido. Eliot lamenta la acción humana, no se limita a contemplar el
paisaje. Por eso es actual, porque hay muchos paralelismos entre el mundo que
vivió el poeta americano y el que vivimos nosotros. Como él, nos alzamos sobre
un paisaje desolado. Creo de verdad que volver a leer ‘La tierra baldía’ puede
ayudarnos a movernos por el mundo inestable y blando de hoy. Y si no a
movernos, a mirarlo mejor, con menos miedo. O con más, pero un miedo
consciente. No es una lectura fácil. Eliot recurre a la mitología, construye
imágenes muy elaboradas y usa un simbolismo críptico sobre el que discuten
muchos eruditos, pero no importa no entender del todo lo que dice, porque su
efecto es tan poderoso sobre la conciencia y la sensibilidad, que uno tiene la
sensación de estar cayendo en un hechizo.
Eliot nos ha hechizado a muchos. Lleva
casi un siglo embrujándonos con sus imágenes y sus instantes llenos de calma y
nervio, en los que pasa todo sin que pase nada. Ha inspirado cientos de novelas
y decenas de canciones. Si buscan en Google cualquier verso del poema, seguro
que les salen varias novelas tituladas con ellos. Yo no he escapado. Mi libro
más duro lleva una imagen de Eliot como título. Es irresistible.
Tenemos suerte de que alguien con la
erudición, el buen gusto y el talento de Andreu Jaume haya decidido
actualizarla en nuestro castellano. Hay muchas traducciones de ‘La tierra
baldía’, y eso significa que sigue vivo, que seguimos necesitándolo, que
persiste en sus páginas un enigma que aún no hemos resuelto. Algo que nos hace
mucha falta.
martes, 25 de agosto de 2015
Vete tú a saber
Quien desee leer más puede hacerlo en
Traducción al español...
¿de España o de América latina?
Buenos
días! Hoy os quiero hablar de un tema que lleva unos días en mi cabeza por los
comentarios de los lectores acerca de una de las novedades editoriales más
recientes. Estoy hablando del libro Ángeles
caídos, de Susan Ee, editado por la editorial Océano. Llevo varios días
observando que la gente se queja (como ya se quejaba con El lado
oscuro, otra publicación de la misma editorial) de que la
traducción de este libro no está hecha hacia el español de España. Como sabéis,
la editorial Océano es una editorial mexicana que ha decidido crear un sello
joven, Gran travesía, para publicar sus libros en España. Al parecer, sus
traductores son mexicanos y la traducción está hecha hacia español de ellos. Lo
más normal, y lo que piden todos los lectores españoles, es que la editorial
hiciera una de estas dos cosas: hacer una nueva traducción hacia el español de
España o adaptar la traducción ya hecha al español de España. No obstante, yo
me pregunto (y os pregunto) una cosa: ¿lo creéis de verdad?
Estamos
muy acostumbrados a leer en nuestra lengua y en nuestra variedad del español,
tanto que cuando vemos un par de expresiones que no son nuestras ya nos
quejamos. ¿Os habéis parado a pensar que la gente que está al otro lado del
charco también se extraña con expresiones típicas del español de España al leer
una novela? No estoy segura, pero imagino que muchas novelas llegarán allí sin
sufrir ninguna modificación la traducción y, por lo tanto, ellos leen nuestra
variedad del español. En una ocasión leí en facebook un comentario de alguien
(lo siento, no recuerdo de quién) que se quejaba de que Bajo la misma
estrella tiene
demasiadas expresiones coloquiales del español de España, que deberían haberlo
neutralizado. ¿Estáis de acuerdo? (Imagino que los de este lado del charco, no;
los del otro, sí).
Mi
opinión es que si se intenta neutralizar la traducción de una novela, sobre
todo del género juvenil, y con ello omitir toda la jerga coloquial se pierde
mucho, muchísimo; no es lo mismo decir "es muy guapo" que "está
cañón". Lo cierto es que la novela juvenil suele abusar bastante del
registro coloquial. También me pongo en la piel de la gente que no es de España
y de lo raro y frustrante que tiene que ser leer en una lengua que no es al
cien por cien la tuya. Pero ellos lo hacen y no suelen quejarse mucho, y para
una vez que a nosotros nos traen novelas que no están traducidas a nuestra
variedad lingüística incendiamos las redes sociales. No lo estoy defendiendo,
simplemente quiero saber si os habéis parado a pensarlo.
En
cuanto a las traducciones al español neutro sé de una editorial que lo hace,
Libros de seda. ¿Alguien ha leído sus libros y se ha sentido extraño? ¿Ha
notado que la historia está un poco forzada? Sé de gente a la que le ha pasado.
En los libros de esta editorial no os encontraréis ni un "coger",
"chica", "coche", etc. ¿Os habéis dado cuenta? ¿Consideráis
esta opción buena? A mí, sinceramente, no me gusta, porque en este caso la
lectura resulta forzada para todos. No he leído aún ningún libro de la editorial,
así que no puedo opinar con fundamento, pero espero hacerlo pronto y ver si
realmente entorpece la lectura.
Estamos
ante un tema delicado, ¿no pensáis? Por supuesto la solución ideal es hacer dos
traducciones o currarse la corrección/adaptación, pero lo cierto es que no
siempre se hace y esto supone un gasto doble para las editoriales. ¿Qué os voy
a decir? A mí no me gusta encontrarme con una traducción que no está en español
de España, porque me entorpece la lectura, porque incluso puede hacer que pierda
el interés. No obstante, también pienso en toda esa gente que lee en nuestra
variedad lingüística y no se queja, y en la gente que lee una expresión
mexicana y pone el grito en el cielo.
¿Qué
opináis vosotros? Me encantaría saber lo que piensa la gente de España y la
gente de América Latina, sobre todo estos últimos; aprovechad y desahogaros,
reivindicad. Y... ¿por qué no? Me encantaría conocer también la opinión de
gente que se dedica a la edición si es que alguien lee mi blog; Gran travesía,
Libros de seda... ¿qué opináis?
Algunos comentarios
Puff
es un tema complicado. Opino como tú respecto que a ellos les llegan las
traducciones que han realizado destinadas a un público que lee español de
España y, sinceramente, si fuera ellos me sentiría molesta al no entender al
100% algunas expresiones, palabras o referencias.
He leído algunos libros de autores latinoamericanos (no recuerdo de qué países eran) y los entendí bien aunque no terminé de meterme en la historia porque muchas palabras, aunque las conocía, me resultaban raras.
Creo que, aunque sea más costoso, deberían hacen traducciones tanto para unos como para otros porque no es justo que ellos se tengan que amoldar a nosotros y viceversa.
Acabo
de leer todo tu post y, ciertamente, no comprendo esa actitud por parte de tus
conacionales (no todos, tengo muchos amigos españoles) que llegan incluso al
punto de denigrar la diversidad lingüística de nuestra lengua: como,
acertadamente, mencionaste en este lado "del charco", debemos
consumir mucho producto que no se adapta y NI se adaptara, es algo habitual.
Incluso, si no vamos a los números, la proporción de hablantes europeos del
español es ridícula (1/10 aproximadamente), si la comparamos con la del resto
del mundo, la mayoría en américa, por lo tanto no debería existir esta
discriminación (de ninguno de los lados). Si bien es cierto, ustedes tienen un
mejor acceso a la Internet
que los demás (quizás sea el motivo principal de que no distingan la disparidad
y por el cual se atreven hacer esta clase de declaraciones); al final, la
elección de disfrutar de un buen viaje a través de la lectura que nos permita
conocer otras culturas, y con la
GRAN ventaja de que este nuestra misma lengua (poco o NADA
importa el sabor dialectal) esta en cada quien. Un gran regalo que otro no
tienen.
Sinceramente,
si una novela ha sido escrita en Español latino, porque su autor escribe así,
no me supone ninguna pega leerla tal cual, pero cuando se trata de una
traducción la cosa cambia y mucho. La cuestión es, si leo traducido, es porque
no puedo (o quiero) leerlo en la lengua original, pero, ¿qué sentido tiene leer
traducido para seguir leyendo una lengua que no es la mía, que yo no utilizo?
En cualquier caso, lo que sí veo ridículo es utilizar un español neutro que no
guste ni a unos ni a otros. Que cada editorial decida en qué dialecto traducir,
y valore a qué público quiere agradar, pero las soluciones intermedias acaban
por decepcionar a todos.
Has
dejado caer una bomba jajaja
Lo
primero que tengo que decir es que a mi no me molestaría que los latinos se
quejaran de las traducciones que les llegan porque están en su derecho, pero
quizá no lo hacen porque sencillamente, no tiene problemas para entender el libro
o ya están acostumbrados. O vete tu a saber.
La
cosa es que siempre se dice que no se quejan pero yo ya he leido muchas
opiniones en debates como este en el que si lo hacen. Asi que aguantarse sin
más, no se aguantan.
Dicho esto, reconozco que no he leido muchas ediciones que no sean en Español de aqui, de España. Pero por ejemplo, he leido RELP de Melisa S.Ramonda, que no es española y que intenta usar un lenguaje bastante neutro para que todos lo entendamos. Y si, hay palabras o expresiones que pueden sonarme mal, pero que en el contexto se entienden perfectamente.
Ahora bien, antes solia leer traducciones de foros de libros que no salían en español ninguno, y curiosamente la mayoría de traductores eran latinos, y la verdad, daba mucho por saco leer esos libros porque no se entendía ni la mitad.
Dicho esto, reconozco que no he leido muchas ediciones que no sean en Español de aqui, de España. Pero por ejemplo, he leido RELP de Melisa S.Ramonda, que no es española y que intenta usar un lenguaje bastante neutro para que todos lo entendamos. Y si, hay palabras o expresiones que pueden sonarme mal, pero que en el contexto se entienden perfectamente.
Ahora bien, antes solia leer traducciones de foros de libros que no salían en español ninguno, y curiosamente la mayoría de traductores eran latinos, y la verdad, daba mucho por saco leer esos libros porque no se entendía ni la mitad.
Entonces,
¿una solución? Que los libros que tengan la misma traducción aquí y allí sean
más neutros. Y tampoco vendría mal que para las expresiones más complicadas nos
pusieran una nota al pie explicándolas, que eso no cuesta tanto, ¿no?
Yo
tengo amigas tanto mexicanas como Argentinas como de la República Dominicana
y la verdad esque ultimamente me he acostumbrado a sus expresiones y casi que
también suelto alguna casi sin darme cuenta, o la pienso, luego recuerdo con
quien estoy y me callo para que no me miren raro pero si jajaja
Antes
para mi era raro leer en español latinoamerica y dejaba el libro si era así,
pero ahora realmente creo que no me molestaría. Y mientras no este super
exagerado, no me molesta ver alguna que otra palabra de allí, pues ya casi las
conozco todas...
¡Besos!
¡Besos!
¡Hola!
Soy traductora y este es un tema con el que me siento aludida. Además del puesto de traductor existe otro menos conocido llamado "localizador" y su trabajo consiste precisamente en "adaptar" un libro al mercado al que va dirigido. No es correcto decir que en Latinoamerica hay "dialectos" del español (como he leído en un comentario más arriba) ya que es la misma lengua y sólo se trata de Variantes (tuve una asignatura de la carrera precisamente dedicado a elo). No tengo ningún problema en leerme a García Márquez o a Isabel Allende sin este tipo de adaptaciones puesto que esas expresiones precisamente lo hacen más auténtico, pero si me estoy leyendo una traducción prefiero que esté adaptada a mi forma de hablar. Y me da rabia que las editoriales opten por omitir la figura del localizador teniendo en cuenta lo que cuesta cada libro (18€ para un libro juvenil es bastante más caro que cualquier libro juvenil en el resto de Europa). Es algo similar a encontrar errores en un libro por la falta de una labor de corrección previa a la publicación. Tampoco me parece bien que la gente se queje porque hay algunas expresiones que no entiende pero entiende que tienen derecho a pedir una traducción adaptada a su forma de hablar (en ambos continentos).
Soy traductora y este es un tema con el que me siento aludida. Además del puesto de traductor existe otro menos conocido llamado "localizador" y su trabajo consiste precisamente en "adaptar" un libro al mercado al que va dirigido. No es correcto decir que en Latinoamerica hay "dialectos" del español (como he leído en un comentario más arriba) ya que es la misma lengua y sólo se trata de Variantes (tuve una asignatura de la carrera precisamente dedicado a elo). No tengo ningún problema en leerme a García Márquez o a Isabel Allende sin este tipo de adaptaciones puesto que esas expresiones precisamente lo hacen más auténtico, pero si me estoy leyendo una traducción prefiero que esté adaptada a mi forma de hablar. Y me da rabia que las editoriales opten por omitir la figura del localizador teniendo en cuenta lo que cuesta cada libro (18€ para un libro juvenil es bastante más caro que cualquier libro juvenil en el resto de Europa). Es algo similar a encontrar errores en un libro por la falta de una labor de corrección previa a la publicación. Tampoco me parece bien que la gente se queje porque hay algunas expresiones que no entiende pero entiende que tienen derecho a pedir una traducción adaptada a su forma de hablar (en ambos continentos).
Buen
post, me parece un debate bastante actual debido a los libros de Océano.
Besos!
Besos!
Hola
pues yo soy de México y puedo decirte que se me hace una exageración todas esas
quejas, o sea, llevo toda mi vida leyendo las traducciones de España y créeme,
hay muchas expresiones que he tenido que investigar, por eso no entiendo sus
quejas. Son sólo algunos libros, imagina con lo que tenemos que lidiar nosotros
con el 80% de los libros traducidos en España.
Yo
estoy muy orgullosa de Océano porque es de las pocas que nos traduce en nuestro
español.
Sencillamente
están exagerando todo. Por una vez les toca vivir lo que "sufrimos"
en México todo el tiempo con una traducción y pegan el grito en el cielo.
Aquí estamos muy orgullosos de este nuevo sello de Editorial Océano.
En México de tanto libro español que leemos ya hasta decimos sus frases o palabras como "coño". Deberían ver esta como una oportunidad para ampliar su vocabulario en lugar de quejarse.
Aquí estamos muy orgullosos de este nuevo sello de Editorial Océano.
En México de tanto libro español que leemos ya hasta decimos sus frases o palabras como "coño". Deberían ver esta como una oportunidad para ampliar su vocabulario en lugar de quejarse.
Supongo
que ese tema da para más de lo que pensé. En un principio cuando vi la entrada
me pareció ridículo tanto dramatismo por algo que a mí me parece tan
insignificante. Pero ya veo que para los demás no es así, al parecer se toman
esto de las traducciones muy enserio. Y supongo que tienen razón. Pero es que
si así vamos, pues todos aquí tenemos razón. Porque estamos hablando de si nos
sentimos cómodos o no. Todo esto es muy subjetivo :/
En
mi caso, yo soy mexicana. Y jamás me había detenido a pensar en si me
incomodaban o no las traducciones al español de España. Y la verdad es que no
lo hacen, estoy acostumbrada a ello. No sólo por la literatura sino también
porque estoy acostumbrada a leer blogs hispanos de todas partes del mundo, y
pues quieras o no, te terminas familiarizando con las diferentes variaciones.
Actualmente la única variación que me hace dar un saltito mental de cuando en
cuando, es la argentina, jájaja.
No sé, por escrito no me parecen taaaan remarcables las diferencias. Hablado ya es harina de otro costal. Pero bueno, no es el caso.
No sé, por escrito no me parecen taaaan remarcables las diferencias. Hablado ya es harina de otro costal. Pero bueno, no es el caso.
Leyendo
el comentario de arriba de Victalian Granger, me da otra perspectiva del
asunto. Y es que es cierto que pagamos cantidades exorbitantes como para que un
producto ni siquiera esté trabajado correctamente. Por ese lado, entonces sí,
me gustaría recibir un libro con una traducción debidamente trabajada y
revisada. Además eso de los localizadores me pareció interesantísimo.
Pero
vamos, tampoco es que me moleste el aprender expresiones y coloquialismos nuevos.
Que yo eso lo disfruto como enana. Y sinceramente, no es que hablásemos un
idioma diferente.
En
conclusión: interesante conocer puntos de vista tan variados. Pero al final me
sigue pareciendo exagerado.
Tampoco es que esté de acuerdo con el tono un poco agresivo de mis paisanitos aquí arriba. Es que vamos, nadie aquí está "sufriendo" nada en absoluto. En fin.
Soy
de México y estoy totalmente de acuerdo con Centinela, creo que lo único que
podría agregar es que en México y en general en toda hispanoamérica tenemos la
capacidad de adaptarnos, en especial teniendo en cuenta que solo en nuestro
país dependiendo del estado e incluso de la ciudad hay una variedad enorme de
modismos, variaciones lingüísticas y acentos. Solo para decir que algo te gusta
o es agradable dices "que curado", "que padre", "que
botana"; para referirte a un joven dices "chico",
"chavo", "muchacho", "morro"; a un vehículo
"carro", "coche", "auto", etc; y eso por poner 3
ejemplos, porque para variaciones lingüísticas en México se puede escribir un
libro de varios tomos XD.
A lo
que quiero llegar es que el "español" de España es para nosotros una
variación mas; lo leemos sin problemas, si hay palabras que nos gustan las
usamos en nuestro vocabulario (yo tiendo a usar mucho vale) y otras pues no
dejan de parecernos graciosas (suelto una carcajada cada vez que leo
gilipollas). Pero decir que no entienden un libro solo porque los modismos sean
diferentes es una exageración, es el mismo idioma, así que como dicen en mi
rancho: "póngale menos crema a sus tacos".
Sin
intención de ofender (luego se lo toman personal) pero no encuentro otra
expresión, me he dado cuenta que a los españoles les gusta todo masticado y en
la boca. Alboroto similar hacen cuando una película no esta doblada a
"su" español y solo sale con subtitulos, para ustedes es inaceptable
leer los subtítulos. La verdad es que este tipo de discusiones es equivalente a
hacer una tormenta en un vaso de agua. Mi consejo es adáptense, véanlo por el
lado bueno y van a enriquecer su vocabulario.
ETC.
lunes, 24 de agosto de 2015
Finalmente disponibles, las filmaciones de las jornadas dedicadas al "Ulises" de James Joyce
Finalmente,
luego de sortear, en la medida de lo posible, numerosos inconvenientes técnicos,
ya están subidas a youtube las mesas correspondientes al encuentro realizado
por el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires en la Biblioteca Nacional ,
por los 70 años de la publicación de Ulises,
de James Joyce, en la
Argentina.
A quienes no
les importe el orden, pueden ver y oír las filmaciones, alegremente mezcladas
con el resto de las sesiones del Club en https://www.youtube.com/channel/UCHcdbt4-3M3d1uZl_p0tOYg
Pero quienes
deseen recrear el orden de las dos jornadas, pueden seguir la secuencia
propuesta a continuación:
Lunes 6 de julio de 2015
Lucas Petersen
y Julia Benseñor :
Marietta Gargatagli y Silvia Camerotto:
Carlos Gamerro
y Juan José Delaney:
Martes 7 de julio de 2015
Marcelo
Zabaloy, Eugenio Conchez y Jorge Fondebrider:
Eduardo Lago y
Luis Chitarroni
Barry McCrea y
Jorge Fondebrider
viernes, 21 de agosto de 2015
Hallan en México una conferencia de Breton que se creía perdida
La noticia tiene ya unos meses, pero no importa. Según informó Virginia
Bautista en el diario Excelsior, de México, del 18 de junio pasado, apareció
una conferencia perdida de André Breton, que integrara la colección de
materiales que el poeta francés generó durante su estancia mexicana. La edición
se conocerá en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Hallan texto de André Breton
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de junio.- La editorial
Auieo prepara el lanzamiento mundial de una de las conferencias que el poeta y
ensayista francés André Breton (1896-1966) dictó en México, durante su estancia
en el país del 18 de abril al 1 de agosto de 1938, que se consideraba perdida,
afirma Marco Perilli.
El
editor del sello artesanal que nació en Italia como una revista literaria en
1998, y que en 2001 se convirtió en editorial, la cual se estableció en México
en 2011, adelanta que el texto extraviado del teórico del surrealismo fue
encontrado por el poeta Jaime Moreno Villarreal hace unos tres años en los
archivos que alberga la Casa
Azul de Frida Kahlo.
Este hallazgo ha hecho posible que
por primera vez se publiquen juntas, en coedición con el Museo Frida Kahlo y
traducidas por Moreno Villarreal, las conferencias que Breton impartió en
diversas sedes de la Ciudad
de México.
“Habían sido editadas por separado,
en fragmentos, y es la primera vez que se publican en su conjunto. De una de
éstas se tenía información, pero faltaba el texto. Cuando se cumplió la fecha
que el pintor Diego Rivera había puesto como límite para abrir sus archivos y
los investigadores pudieron revisarlos, Jaime Moreno encontró la conferencia
perdida. Nos contactamos con Aube Breton, hija de André, y nos autorizó
publicarla. Ni siquiera en Francia se conoce.
“El volumen tendrá un prólogo de
Moreno Villarreal, que marca históricamente las conferencias; vienen las
traducciones, lecturas de poemas que Breton dio en México y una fotografía del
poeta con dedicatoria para Frida Kahlo, entre otras imágenes”, detalla Pirelli.
Perteneciente a la colección de
ensayos Autoria, que arrancó en 2008, este título es una de las cuatro
novedades que Auieo tendrá listas en octubre próximo y que presentará durante
la 29 Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que se realizará del 28 de
noviembre al 6 de diciembre.
Auieo, con un catálogo total de 33
títulos que se exhibirán por primera vez en la retrospectiva que se inaugura
hoy en la Biblioteca
Miguel Lerdo de Tejada, publicará este año tres libros más:
El cuento del Gordo carpintero, escrito en Florencia en el siglo XV, y Para una
tumba de Anatole, de Stéphane Mallarmé, ambos en la serie Mandrágora; y La
señora de las moscas, de Manuel Marín, en la colección dedicada al arte A, que
reproduce una secuencia de esculturas que había expuesto en el Museo José Luis
Cuevas.
El cuento del Gordo carpintero,
añade Perilli, narra la historia de un grupo de amigos, guiados por Filippo
Brunelleschi, que convence a un carpintero de que es otro: “El proceso de
reconocimiento, identificación y construcción del yo, enreda al personaje en una
serie de acciones que lo llevan a cuestionarse sobre la precariedad del ser.
“En 2008 lo publicamos en
Autoria, con la traducción de Mariapia Lamberti, primera versión al castellano.
Pero la edición de Mandrágora será bilingüe, con un Paréntesis de Verónica
Gerber Bicecci y dibujos del pintor italiano Giorgio Perilli”, indica.
Y el de Mallarmé, señala, recoge 200
fragmentos –líneas entrecortadas, palabras, suspensiones– que el poeta apuntó
durante la agonía de su hijo y después de su muerte. “También en edición
bilingüe, se presenta con la traducción y un postfacio de Adolfo Echeverría,
con un paréntesis de Carlos Reygadas e ilustraciones de Gabriel Macotela”.
Primera retrospectiva
Perilli explica en entrevista que la
muestra Auieo: una retrospectiva es la primera revisión que realizan del
proyecto nacido hace 17 años, si se contemplan los ocho números de la revista,
pero que tiene 14 años como editorial, primero en Italia, donde se publicaron
seis títulos, y luego México.
“Nos gustan más los números nones,
por eso los festejamos. La idea de la exposición es ver a distancia el conjunto
para abarcarlo mejor. Es la primera vez que veo todos los libros abiertos y los
grabados, las imágenes, expuestos de esta manera, con un lugar propio. Le da un
valor, una secuencia y una lectura diferentes”, destaca.
El también cuentista y ensayista
afirma que en Italia publicaban preferentemente autores mexicanos que por
primera vez se traducían al italiano, como Gerardo Deniz, Alberto Ruy Sánchez o
Fabio Morábito. Pero también a escritores como Octavio Paz, con obras como
Águila o Sol, que no se habían traducido al italiano; o como Opere complete (e
altri racconti), de Augusto Monterroso, de la que se propuso una nueva
traducción.
Auieo se ha caracterizado por
tirajes pequeños, de 550 ejemplares, y numerados, los primeros 100 firmados por
el autor. “Las portadas están realizadas artesanalmente, con tipos móviles.
Cada libro contiene un dibujo impreso”, apunta.
El editor agrega que desde hace
nueve años trabajan en la confección de un libro de artista, un ejemplar único
que aún es un work in progress, el cual no se exhibirá en la retrospectiva.
“Por la cercanía de muchos artistas
plásticos y escritores surgió la idea de hacer un álbum colectivo. El primero
fue José Clemente Orozco Farías y la participación más reciente es del escritor
Jorge Esquinca, pero la mitad de las páginas está en blanco.
“Cada quien ha tenido total
libertad de creación, no ha habido ningún tipo de restricciones, ni de tema,
espacio u orden, para dibujar, hacer collages o escribir. Hay intervenciones de
tres líneas o seis páginas”, explica.
El egresado de la Universidad de
Florencia dice que este álbum ha ido de casa en casa de los creadores, en
Italia, Francia y México, no todos autores de Auieo, y que la idea es
completarlo. “Por el momento no hay planes de reproducirlo. Ya han pasado nueve
años, si en otros nueve años se completa ya veremos qué proyecto podemos
hacer”, concluye.
jueves, 20 de agosto de 2015
Lectura de Colum McCann en la Librería Norte
invitan a la presentación del libro Transatlántico,
de Colum McCann.
El escritor nacido en Dublín en 1965, es
autor entre otros libros, de Perros que cantan y Que
el vasto mundo siga girando.
El Embajador de Irlanda, Justin Harman, presentará al
escritor McCann, quien leerá fragmentos de Transatlántico y
conversará con Jorge Fondebrider, poeta y traductor.
Jueves 20 de Agosto a las 19:30 hs.
Av. Las Heras 2225 (CABA)
Etiquetas:
Column McCann,
Libros y librerías,
Literatura irlandesa
miércoles, 19 de agosto de 2015
Benjamin en zunga: ¿sueño o pesadilla?
El
16 de agosto pasado, Damián Tabarovsky publicó en el diario Perfil la siguiente
columna en la que, a partir de una reciente traducción de las cartas entre
Walter Benjamin y Erich Auerbach, publicada por la muy activa editorial Ediciones Godot, se permite una curiosa ensoñación.
Imaginando a Benjamin
A
esta altura va resultando evidente señalar que el catálogo de Ediciones Godot
–en especial la colección Exhumaciones– es de lo más interesante que se está
editando en Buenos Aires. En estos días, en esa editorial y en esa colección,
acaba de aparecer una breve pero muy rica Correspondencia
entre Erich Auerbach y Walter Benjamin. 1935-1937, con traducción y estudio
preliminar a cargo de Raúl Rodríguez Freire. En la primera carta reportada, del
25 de septiembre de 1935, escrita desde Roma, Auerbach le dice a Benjamin, en
el contexto de la decisión de ambos de exiliarse de la Alemania nazi: “Pensé en
usted por lo menos hace un año, cuando se buscaba un profesor para que enseñara
literatura alemana en San Pablo (…) le informé sobre esto a las instancias
correspondientes, pero no dio resultado”. Es decir que, como señala la nota 25
de la edición de Godot y el propio Rodríguez Freire en la introducción,
Auerbach recomendó sin éxito a Benjamin para un puesto de profesor en la Universidad de San
Pablo. ¿Qué hubiera pasado si la recomendación hubiera prosperado y Benjamin
hubiera ido a vivir a Brasil? No hace falta decir que es imposible saberlo,
aunque podemos jugar un poco a imaginarnos. De hecho, creo, lo más cerca que
estuvo Benjamin del trópico fue en Ibiza en 1932 y 1933 (donde escribió uno de
sus textos clave: Experiencia y pobreza),
a miles de kilómetros de San Pablo, a varias decenas del porcentaje de humedad
habitual de Brasil, pero con una temperatura que bien puede compararse. En Experiencia y pobreza. Walter Benjamin en Ibiza, floja
biografía de la residencia de Benjamin en la isla, escrita por el poeta
ibicenco Vicente Valero, se menciona su dificultad para adaptarse al calor, más
allá de que el libro incluye una hermosa foto de Benjamin, con anteojos de sol
y con un rostro que refleja auténtico placer, navegando en un barquito junto a
unos amigos por la Bahía
de San Antonio, en mayo de 1933.
Pero
si algo tiene de interesante imaginar a Benjamin en Brasil no es por esa
cuestión climática, finalmente secundaria y hasta irrelevante, sino por lo que
estaba pasando en San Pablo a mediados de los años 30, es decir, diez años
después de la Semana
de Arte Moderno de San Pablo, de 1922. Benjamin hubiera llegado a la ciudad
latinoamericana con el marco más vanguardista de la región; una escena de una
radicalidad estética, una creatividad literaria y un rigor intelectual que no
tenía nada que envidiarle a la que, en la misma época, sucedía en las
principales capitales de Europa. Imaginemos por un momento a Benjamin con
Manuel Bandeira, conversando sobre hachís y drogas a partir de Nâo sei dançar (“Uns tomam éter, outros
cocaína./ Eu já tomei tristeza, hoje tomo alegría”), pensando en los avatares
del Partido Comunista de Brasil, que había sido fundado una década antes,
discutiendo sobre estética y política con Mário de Andrade. Pero nada de eso
ocurrió. Y en mi opinión imaginaria, nunca hubiera ocurrido: Benjamin era un
típico judío alemán afrancesado de izquierda, poco propenso a vincularse con
otro mundo que no fuera el suyo. Mundo que estaba a punto de desaparecer para
siempre. Su suicidio, entre otros modos, también puede comprenderse como una
imposibilidad para pensarse en Estados Unidos o en cualquier otro sitio ajeno a
su mundo perdido.
Etiquetas:
Damián Tabarovsky,
Traducción de filosofía,
Walter Benjamin
martes, 18 de agosto de 2015
Los colegas colombianos se ponen las pilas
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS
DEPARTAMENTO DE LENGUAS EXTRANJERAS
Convocan a investigadores, docentes y profesionales en
lenguas, lingüística y
traducción a participar en calidad de ponentes en el
IV COLOQUIO INTERNACIONAL
Al derecho y al revés: la traducción desde una
perspectiva de derechos
TRADUCCIÓN Y DERECHOS
Bogotá, 30 de septiembre y 1 y 2 de octubre de 2015
Universidad Nacional de Colombia
Universidad Nacional de Colombia
Presentación
El IV Coloquio Internacional “Al
derecho y al revés: la traducción desde una perspectiva de derechos” pretende
ofrecer un espacio de reflexión en torno a los derechos inherentes y asociados
a la traducción.. Es así como da cabida a los temas de traducción y género, el
estatus de las lenguas indígenas, la lengua de señas y los derechos de autor de
los traductores. Asimismo, busca crear un escenario de discusión en torno a la Ley sobre Traducción y toma
como referente los proyectos de ley vigentes en México y Argentina y la
viabilidad de una futura Ley sobre la Traducción en Colombia.
Invitados Especiales
FRANCIA
Sr.
Vincent Monadé, Presidente del Centre National du Livre de Francia.
CANADÁ
Sra.
Nicole Sévigny, exdirectora de Estrategias de Normalización en la Dirección de la Normalización
Terminológica del Bureau de la Traduction del gobierno
de Canadá.
MÉXICO
Sr.
Arturo Vázquez Barrón, Coordinador de Formación de Traductores del Centro
Profesional de Traducción e Interpretación del IFAL, de la Embajada de Francia en
México.
Líneas temáticas
El
coloquio abre la discusión a ponentes interesados en las siguientes líneas que
serán abordadas por expertos internacionales y nacionales:
1.
Lenguas y minorías
2.
Traducción y género
3.
Lenguas nativas en Colombia
4.
Derechos de autor del traductor
5.
Lenguas de señas
6. Ley
sobre la Traducción
en Colombia
7.
Investigación en traductología
Ponentes
convocados
Docentes
e investigadores en traducción
Investigadores
en lingüística y ciencias sociales
Traductores
profesionales
Lingüistas,
etnoeducadores
Destinatarios
del coloquio
Estudiantes,
Docentes e Investigadores en Lingüística y Ciencias Sociales
Estudiantes,
Docentes e Investigadores en Traducción y Lingüística Aplicada
Traductores
Profesionales, Centros Culturales, Revistas Literarias.
Modalidad
de solicitud para ponentes
Para participar en el coloquio en
calidad de ponente, se ruega a los interesados diligenciar el siguiente formulario
y enviarlo por correo electrónico (coloquio2015@traductorescolombia.com) a más tardar el 15 de julio de 2015, junto con una
sinopsis de 200 palabras.
Nombre:
|
Identificación: C.C. [ ] C.E.
[… ] P.P. [.. ]
|
Docente […] Investigador [,,,] -Estudiante […] Traductor […]
|
Nombre ponencia:
|
Sinopsis (200 palabras aprox.):
|
Serán seleccionadas las ponencias
de mayor pertinencia y aporte al coloquio, en cuyo caso el ponente deberá
enviar la ponencia vía electrónica en formato PDF antes del 1 de septiembre de
2015. Las ponencias no deberán exceder los 25 minutos de presentación. No se
prevé remuneración alguna por la participación, ni costo alguno por participar
en calidad de ponente.
Lugar
Auditorio Margarita González
Edificio Rogelio Salmona
Universidad Nacional de Colombia
Sede Bogotá
Ciudad Universitaria
Carrera 30 Nº 45-03
Bogotá, D.C., Colombia
lunes, 17 de agosto de 2015
"El sonido es relevante"
Con fecha del 13 de agosto pasado, Matías Serra Bradford publicó en la revista Otra Parte, en su versión on
line semanal (www.revistaotraparte.com/semanal) el siguiente artículo a
propósito de los problemas de traducción que plantea Ulises, de James Joyce,
Los traductores del Ulises y
la traición
Hay
escritores –James Joyce es uno– para quienes es imprescindible la historia de
la literatura; para otros no cumple casi ninguna función, o simulan no
otorgársela, o creen que no conviene asomarse a esa perspectiva de doble fuga,
hacia atrás y hacia adelante. Les sucede a pintores y artistas con relación a
la historia técnica de su disciplina. El itinerario interior y exterior del Ulises es,
para empezar, una historia de pruebas de galera amplificadas hasta la última
hora, erratas voluntarias e involuntarias, censuras y requisiciones. Estos
avatares tuvieron su eco y prolongación en las sucesivas traducciones a los más
diversos idiomas, y en los pleitos, largos como la propia novela, sobre este y
aquel punto del texto. Pareciera haberse vuelto un libro ante el cual se es más
exigente con la traducción que con el original. No es sorprendente que provoque
estos fenómenos el que probablemente sea el suceso bibliográfico y filológico
más notable del siglo XX.
El
pionero E. R. Curtius señaló que “cada pasaje, cada frase, cada fragmento de
oración se hace sólo inteligible si es puesto en relación con otros […] Hay que
leer el Ulises como
una pintura; podría incluso imprimirse como tal. Para entenderlo de veras
habría que tener presente en la mente la obra entera al leer cada frase,
exigencia que roza lo imposible”. Según esta prescripción habría que leerlo dos
veces, habiéndolo memorizado a la perfección la primera vuelta: Funes
Goes to Dublin. Habría, entonces, que traducirlo dos veces. (Tal vez Jung
creía que cortaba camino cuando leyó el Ulises de
atrás hacia adelante).
Joyce
era complicado hasta para cruzarse de piernas, y una pose, igual que una
anécdota, puede condensar una poética. En una oportunidad dijo que la gente no
valora las cosas que le son dadas gratuitamente: “Incluso un gato de la calle
preferiría robarse subrepticiamente un viejo hueso del tacho de la basura que
comerse una costilla bien cocinada de tu plato”. Joyce era capaz de revisar un
pasaje de Finnegans Wake que
no consideraba “lo suficientemente oscuro” y a la vez de colaborar
interesadamente en las exégesis que redactaban abnegados contemporáneos como
Stuart Gilbert y Frank Budgen. Si el afán de ser comprendido no funciona como
antónimo de la sed de hermetismo, enFinnegans Wake delató
una ambición paralela y no tan inusual: la de confundir incomprensión con
admiración. Sus traductores se han vuelto expertos en su numismática de dos
caras. El desparpajo demótico de Joyce, por ejemplo, requiere para su
apreciación de un alto sentido de lo popular y de lo poético. También lo exige
la traducción. “No necesito repetir que cada nueva clase de escritor desarrolla
una nueva clase de lector; cada genio produce una legión de jóvenes insomnes”,
señalaba el profesor Nabokov. Bien podría reemplazarse “jóvenes” por
“traductores”.
En
todo caso, si Joyce buscaba mantener ocupados a los críticos durante un siglo,
está consiguiendo otro tanto con los traductores. Y desliza en el Ulises un
indicio de gratitud mientras glosa a Shakespeare, infiltrando una posible definición
del traductor: “Ahora es un fantasma, una sombra… una voz sólo escuchada en el
corazón de aquel que es la sustancia de su sombra, el hijo consustancial al
padre”. El traductor es a Joyce lo que este fue a Shakespeare, lo que Hamlet a
su padre (y recordamos, de paso, el lugar que ocupa la paternidad en el Ulises).
Es
tentadora la idea de imaginar al traductor como el verdadero “hombre del
impermeable” con el que, en el interior del Ulises, Joyce
efectúa su (des)aparición mientras en otra habitación del libro Stephen Dedalus
comenta acerca de la presencia solapada de Shakespeare en sus obras. Hay grados
de ocultamiento en un traductor –más en primer plano o más replegado– y este se
gana su autoridad desapareciendo. Son precisamente las omisiones rápidamente
detectables –cuando por capricho digno de autor decide no traducir una palabra–
las que lo vuelven riesgosamente conspicuo.
En
ese interludio shakesperiano se dice, a propósito del bardo, que “un hombre de
genio no comete errores. Sus errores son voluntarios y son portales de
descubrimiento”. El último traductor –será el penúltimo, el antepenúltimo, y
así sucesivamente, en grados de heroísmo no decreciente– acá prefiere: “y son a
la vez las puertas del conocimiento”. Ese “a la vez” no existe en el original,
y es otra de las instancias en que se desestabiliza con criterio la noción de
exactitud en una traducción. El traductor, para no caer seguido en la tentación
de infidelidad, está inducido a pensar que tampoco en el genio de Joyce existen
errores, y es por una razón derivada de esta que conviene que el traductor
trabaje solo, para cometer una sola clase de errores, para que la voz
sea
una, como lo es en Joyce aunque navegue y entinte las aguas de estilos
disímiles.
Joyce
siempre quiso conquistar por su voz –lo perseguía una abortada carrera en “el
palacio del canto” y nunca hizo tanto por otro como por el tenor John Sullivan–
y una voz conquista por lo que es, no por lo que dice. Escribía con el oído y
esa acrobacia es imposible de replicar (para no abundar en los desafíos que
presenta la cantidad de construcciones posibles que inauguró, sobre todo de
corte telegramático). El sonido es relevante hasta por el modo en que el propio
Joyce pronunciaba ciertas palabras, como Dedalus (que no profería como dead,
según cuenta su biógrafo Ellmann, y borraba así eventuales interpretaciones
facilistas). El Ulises es
aliterativo y onomatopéyico y el detalle es que el oído de Joyce trabajaba en
inglés; el traductor debe construir un oído entero en su propia lengua.
La
fragilidad del traductor del Ulises se
hace eco de la precariedad de la propia novela, que sufrió modificaciones y
adiciones hasta dos días antes de imprimirse. La problemática que le plantea
Joyce al traductor es paralela –un eco– de la que le plantea al lector, en
cuanto a expectativas y enigmas. No son pocas las instancias en que la
traducción está indirectamente planteada en la novela, y el cortejo con el
malentendido que implica la traducción se cifra en la escena en que Bloom lee
en un libro la palabra “metempsychosis”, que pronuncia a su mujer así: “met him
pike hoses”. A Joyce hay que leerlo y oírlo. Involuntariamente, sigue siendo un
gran promotor de las escuelas Berlitz (y afines), en las que trabajó a
regañadientes.
La
fantasía de infidelidad lo hacía escribir al autor de Dublineses;
la ambivalente realidad de la fidelidad hace trabajar horas extras a los
traductores de su obra. Hay como una credibilidad general que el traductor debe
conquistar, y que se juega sobre todo en los principios y finales de capítulos.
Hay algo en la respiración que impregna una traducción igual que lo hace con un
escrito original. Es como si hubiera que reproducir el código genético,
preverbal por decirlo así, del original –capturar “el enigma de un modo”, al
que Joyce aludió en un borrador–, algo que con los atenuantes y hallazgos de
cada caso lograron el fundacional Salas Subirat y el recienvenido Marcelo
Zabaloy, en la edición que acaba de publicar Cuenco de Plata. “Nada importa
excepto la cualidad / del afecto”, anotó su amigo Pound en un poema que no era
ajeno a Joyce.
Promover
un certamen intercontinental de traductores, en el que fuera más importante que
cada nueva versión se comparara con las precedentes en lugar de cotejarla
contra el original, lo convertiría todo en un juego de permutaciones y
combinatorias apadrinado por el Oulipo de Queneau. Confrontar las versiones por
frases sueltas hace pensar en esos contratos que se firman entre compañías de varios
países, cuyas cláusulas se discuten en distintos idiomas y en los que se
prorroga indefinidamente la firma del acuerdo. Con el original de
Joyce nos llega filtrada –parodiada, homenajeada– una parte de la historia de
la prosa en lengua inglesa. Diversas traducciones del Ulises van
creando otro linaje. Se tiene la impresión de que una traducción de Joyce al
castellano –o a cualquier otra lengua– sonará invariablemente como cuando se
traduce a Chaucer o a Montaigne a un inglés o francés contemporáneos. Una mayor
legibilidad al precio de un aplanamiento cómodo y desparejo. Curiosamente, la
traducción desnudará para algunos la inutilidad de buena parte de la
experimentación lingüística de Joyce. (No debería olvidarse que es un excelente
narrador nato cuando quiere, y tal vez no haber querido ser solamente eso
torció su destino para siempre). Que Joyce tenga gracia para traducir los
mecanismos mentales demuestra justamente la incorrección del procedimiento: la
mente no piensa con lenguaje ni permanente ni únicamente. Lo de Joyce es una
aberración psicológica y un triunfo literario.
Con
un autor que tiende a deformar tantas cosas, cobran relieve los puntos
centrales de toda traducción. El cambio del orden original de la oración y
cuestiones de énfasis. La traducción de la puntuación (sobre todo en una novela
que es asimismo una historia de la puntuación). Lo paródico y lo irónico son de
difícil traslación, y es harto difícil traducir la mala escritura deliberada
que hay en el capítulo Eumeo, por caso. El traductor descansa con los nombres y
los topónimos, lo único que permanece intacto del idioma original y que
cortésmente hace lo posible para que el lector no olvide que se trata de una
traducción.
Por
efecto de estilo, Joyce tienta a sobretraducir y a considerar como lo que se
llamaba “palabras-valija” a ciertas palabras compuestas, que son en
verdad el pan diario del inglés, sobre todo escrito. Traducir “rutilojo” para glittereyed
(de ojos luminosos), “capaverde lampamesa” para greencapped
desklamp (lámpara de escritorio de pantalla verde) y “ojo-santo” para holyeyed (de
mirada santulona) es dar por sentado que Joyce era un entusiasta incorregible y
alucinado del Boggle o del Scrabble que eliminaba guiones para sumar “puntos
letra”. Pero no se puede ser ingrato con los mártires, y una edición como la de
Cuenco de Plata merece dar varias vueltas por tierras castellanas, tocando
incluso, como Molly Bloom hacia el final de la novela, destinos como Ronda,
Algeciras y Gibraltar. Al Ulises se
lo puede leer caminando y esta versión merece ser leída de pie.
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