Raúl Ávila |
“El lingüista mexicano Raúl
Ávila trabaja desde hace dieciocho años en una obra basada en el uso
mayoritario y «no en el poder económico y la herencia de la conquista»”, dice
la bajada de la noticia publicada el 22 de julio pasado en las páginas de
cultura del diario ABC.es, de Madrid.
Latinoamérica quiere un diccionario donde las palabras
más usadas se impongan a los españolismos
La
mayoría de los casi 500 millones de hablantes del español son
latinoamericanos, pero su habla apenas está reflejada en losdiccionarios. Si la región
no se siente representada entre tantos «españolismos»,
¿por qué no diseñar un «diccionario universal» en el que prevalezcan las
palabras más usadas?
Basándose
en esta idea, el lingüista
mexicano Raúl Ávila lleva
dieciocho años trabajando desde el Colegio de México en un gran proyecto en el que
colaboran 26 universidades de 20 países. «Los diccionarios actuales, con quizás
tres o cuatro excepciones, son de base castellana. Eso supone un sesgo ideológico formidable»,
denuncia este académico, de 78 años. «¿Quién, en América Latina, usa mechero,
baremo o repostar?», se pregunta con picardía, y continúa: «En España no se
tiene conciencia de los españolismos, es el problema del
lingüicentrismo español».
El
objetivo del bautizado como diccionario VALIDE, que podría ver la
luz en noviembre, es que la comunidad hispanoamericana tenga un tesauro que indexe regionalismos de todos los países y sugiera cuál es la palabra más
indicada para un texto de vocación internacional, que pretenda ser entendido
por el máximo número de hablantes posible. Con base en una fórmula interna, el
programa seleccionará la palabra que más personas y países usen.
«Se
trata de que no gane un país porque tenga más hablantes, porque entonces
ganaría siempre México, sino de que gane la voz que tiene más hablantes y más
países: frecuencia y dispersión», explica Ávila. Según este criterio,
por ejemplo, el VALIDE sugeriría usar «computador» en vez del «ordenador»
español o la «computadora» mexicana; «fósforo» en vez de «cerilla» o «cerillo»;
o «agarrar» en vez del «coger» de España, que en algunos países de América
Latina se usa como sinónimo de copular.
Quizás «coger» es la palabra que más bromas genera entre los hispanohablantes, aunque
para Ávila, sin duda, la más controvertida y confusa es «cancelar»: en
Venezuela o El Salvador se usa como sinónimo de «pagar» mientras que en la
mayoría de países significa «anular». El lingüista, que disfruta como un niño
con los juegos de palabras, recuerda cómo hace unos años vivió toda una
confusión en un hotel de El Salvador por esta palabra.
Mayor riqueza lingüística
Aunque
estudios comparativos hechos sobre medios de comunicación o doblajes de películas demuestran que los hispanohablantes
usan un español común entre un 98% y un 99% del tiempo, es en el «universo de
las cosas» donde se da principalmente el debate. Banano-plátano-cambur-banana,
placa-chapa-matrícula, maní-cacahuete-cacahuate, carro-coche-auto-máquina,
cerveza-chela-cheve-birra. «En abstracto no hay problema, pero tan pronto
entramos a las cosas mismas, ahí entramos en problemas. Es en el mercado donde
está complicado», ironiza Ávila.
Pero
su «diccionario universal» no quiere quitarle riqueza o diversidad lingüística
al español, la segunda lengua con más hablantes nativos del mundo y la tercera
más hablada, después del inglés y el chino. Con el VALIDE «no se empobrece
nada, sino que se da una opción. Mi idea justamente es enriquecer el lenguaje», argumenta.
¿Y
para qué puede servir el diccionario? Como referencia para
medios de comunicación que se dirijan a un público internacional, para
traducciones de libros, subtítulos de películas, señalizaciones de seguridad en
espacios públicos como aeropuertos, prospectos farmacéuticos, etc. Para el
lingüista, tiene un propósito similar a la literatura del llamado «boom latinoamericano»: «Usar un español más internacional para
tener más lectores».
Además,
Ávila no esconde sus discrepancias con instituciones como elInstituto Cervantes o la Real Academia Española (RAE), molesto con la dominación de España por herencia de la conquista y su
poder económico, pero insiste en que «desde América, estamos proponiendo una
toma de conciencia lingüística en
la cual decimos: o jugamos parejo o no jugamos».
Excelentes como siempre estas reflexiones, me encantaría que pudiera ver la luz ese diccionario VALIDE. Soy traductora profesional, principalmente traduzco textos para webs, comercio electrónico y marketing digital, ¡así que día a día trato de encontrar términos que sean lo más neutros posibles para nuestra tan variopinta comunidad hispanohablante global! Saludos desde el interior del interior de Córdoba, Argentina.
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