Marcelo Bellucci publicó la siguiente nota en Clarín, del 29 de enero pasado. La bajada de la misma dice: “Aunque
se pueden ‘ojear’ con ambos, cada dispositivo tienen pros y contras. Las
tabletas permiten hacer más cosas. Los lectores digitales simulan mejor el
papel y la batería dura más”.
Todo lo que hay que saber para leer libros electrónicos
Como consecuencia de la gran
demanda de tabletas durante 2013, la gente –por curiosidad o verdadero interés–
comenzó a descargar libros para hojear en sus pantallas luminosas. Pero además
de las tabletas existen los lectores de libros digitales (e-readers). Cada
opción tiene ventajas y dificultades, y a veces hacen falta complementos para
alcanzar una experiencia realmente placentera.
Una encuesta del
centro de investigación Pew demostró que, junto con la creciente disponibilidad
de las tabletas, aumentó también el número de personas que las usan para
repasar sus libros. En tanto, en los últimos cuatro meses la venta de e-readers
subió 32%.
Los libros
digitales se pueden “ojear” tanto desde una tableta como en un lector
específico. Y si bien en cuanto a precio y simplicidad de manejo corren parejo,
el hábito de lectura cambia drásticamente de un dispositivo a otro.
Los e-readers
están un escalón por encima del resto, ya que utilizan la tecnología de tinta
electrónica, que es lo más parecido a estar frente a un libro de papel. Al no
tener de retroiluminación no cansan la vista y se comportan de manera aceptable
bajo la luz del sol. A esto se le suma una duración prolongada de la batería,
ya que sólo consume energía al cambiar de página. Para quien tenga el habito de
leer una hora por día, podría estar todo un mes sin necesidad de recarga.
La amplitud de
los beneficios llega a perderse en la profundidad de su fase negativa. Su mayor
carencia es que al ser en blanco y negro, quedan excluidas las revistas y
novelas gráficas, además de la navegación por Internet o algún juego casual.
Además, al no estar la pantalla iluminada, necesitan una lámpara si uno quiere
leer de noche.
Las tabletas, con
sus pantallas LCD, son más versátiles. Además de texto permiten ver imágenes y
videos y son aptas para leer en espacios mal iluminados, incluso a oscuras. Lo
malo es que al ser una pantalla retroiluminada cansa más la vista y la duración
de la batería no supera las 2 horas.
Entre las
tabletas, las más recomendables son las de 7 pulgadas , porque tiene
el mismo tamaño de un libro tradicional, lo que garantiza un agarre más
favorable. Y aunque se puede utilizar cualquier tableta, el inconveniente es el
peso. Mientras una de 7 está en 270 gramos , las de 10 duplican ese valor. Algo
que si bien no se trasluce en los primeros minutos, termina siendo decisivo al
cabo de un rato.
Antes de empezar
a bajar los eBooks, habrá que conseguir un software que genere el entorno de
lectura. Además de modificar el tamaño y el estilo de la tipografía, el color
de fondo, la separación entre letras y el interlineado, se puede graduar la
intensidad de la luz, simular el tipo de papel y deslizar el dedo por el borde
inferior para cambiar de página. El más completo es Moon + Reader que brinda la
posibilidad de subrayar, hacer anotaciones y colocar marcadores. Aldiko Book
Reader, que viene instalado en muchos equipos, se defiende mejor en el terreno
de los cómics y las revistas. Para libros comprados en Amazon se necesita el
Kindle.
Muchos de estos
software habilitan la compra de material desde sus propias tiendas. Algunas
editoriales, como Alfaguara, ofrecen los eBook un 60% más baratos que la
edición impresa. La versión papel de Un
comunista en calzoncillos, de Claudia Piñero se consigue a $ 120 y la
digital aparece a $ 49. Otra opción es el sitio www.bajalibros.com del
libro, donde la diferencia ronda el 20 o 30%. También hay muchos sitios que
ofrecen textos gratuitos. Algunas editoriales encadenan sus eBook con DRM o
gestión digital de derechos. Para acceder al texto hay que instalar el Adobe
Digital Editions cada vez que se abra el libro.
Los libros
electrónicos se presentan en diferentes formatos, dependiendo de los protocolos
y estándares que se sigan en su construcción y del software de lectura con el
que se vayan a utilizar. El ePub es el MP3 de los libros electrónicos: lo
soportan la mayoría de los lectores electrónicos, y además es gratuito y
abierto. Una de las pocas excepciones es el Kindle Fire, que tiene su propio
formato llamado Mobi. El PDF es el menos apto, ya que se que se trata de un
formato de almacenamiento de documentos “cerrado”, desarrollado por Adobe, más
conveniente para la PC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario