Nacido en 1937 en Berlín, el traductor alemán
Peter Schultze-Kraft ha dado a conocer en su país a 109 autores
colombianos a lo largo de más de medio siglo. Por esa razón, en nombre del
gobierno colombiano, el embajador Juan Mayr Maldonado, le entregó el pasado 1 de julio, la Orden de San Carlos, en la categoría
Caballero. La ceremonia tuvo lugar en Stuttgart. Lo que se ofrece a
continuación es la reproducción del discurso de agradecimiento, tal como fue
publicada por el diario El Espectador,
de Colombia.
El caballero alemán de la literatura colombiana
El 8 de abril temprano por la mañana me llamó el
embajador Juan Mayr Maldonado para comunicarme, en tono solemne, que el
Gobierno colombiano había decidido otorgarme la Orden que ahora llevo encima de
mi corazón. Confieso que la noticia me abrumó. Corrí al espejo y me pregunté:
¿Ese setentón decrépito, cano, desgreñado y sin afeitar quiere ser un Caballero
de San Carlos? La verdad es que yo nunca aspiraba recibir ninguna orden u otra
distinción, sino que he hecho mi trabajo de divulgación de la literatura colombiana
por puro gusto, por amistad con los autores y por solidaridad con sus
compromisos y luchas.
Mi nexo con Colombia data de 1956 cuando conocí en Heidelberg
a Mario Laserna, quien despertó mi interés en su país. Como fruto de este
contacto viajé a finales de 1958, a la edad de 21 años, por primera vez a
Colombia y me quedé dos años. En los primeros meses me matriculé en la
Universidad de los Andes en Bogotá para aprender español, después recibí la
oferta de supervisar la construcción de un molino de arroz en Fundación,
departamento del Magdalena. Ese molino quedaba a tres kilómetros de Aracataca,
centro de la zona bananera, donde nació Gabriel García Márquez y donde una de
las fincas se llamaba Macondo, el nombre que García Márquez dio a su imperio literario.
En esa época yo no sabía de García Márquez y su literatura, pero fui
profundamente marcado por su mundo, la luz, la sonoridad, la tristeza y la
magia de la Costa.
Años después comencé a leer autores colombianos: García
Márquez, Eduardo Caballero Calderón, Manuel Mejía Vallejo, y los jóvenes cuyos
cuentos salieron en las meritorias revistas ECO y Letras Nacionales:
Darío Ruiz, Germán Espinosa, Nicolás Suescún, Luis Fayad, Policarpo Varón,
Fanny Buitrago ... El comienzo de mi labor en serio con la literatura
colombiana también tiene una fecha y como prueba tengo un artículo del
periódico El Mundo de San
Salvador, El Salvador, fechado 3 de abril de 1967.
En esa época yo trabajaba con el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo en Centroamérica y Manuel Zapata Olivella, el
director de Letras Nacionales,
quien estuvo de visita en San Salvador y hospedado en mi casa, se ofreció a
ponerme en contacto con los narradores colombianos para que yo pudiera realizar
mi proyecto de una antología del cuento colombiano. De hecho, esta antología
salió dos años después en Alemania. Policarpo Varón me contó más tarde que él,
al recibir su ejemplar de rigor, se puso tan feliz que regaló el libro al
cartero.
Sí, señor, cuando uno se dedica al oficio de hacer libros le
ocurren cosas a veces fantásticas. En un caso, por ejemplo, mientras estaba
trabajando en una antología de cuentos, un escritor menos conocido de
Barranquilla me envió su libro y me escribió que si escogiese uno de sus textos
esto sería la prueba de la existencia de Dios. Admito que me sentí un tanto
incómodo en el papel del Supremo. Más incómodo aún me sentía cuando una mujer
que, obviamente había leído un libro mío en cuya contraportada apareció una
foto de mí rodeado por mis tres hijos, me llamó por teléfono y me dijo: “Pienso
terminar mi vida dentro de poco tiempo y como a Ud. le gustan los niños quiero
que se encargue de mi hijo”.
No sé exactamente cuántos libros de la literatura
latinoamericana, y en particular de la colombiana, he hecho, creo que son más
de cuarenta títulos, entre antologías y traducciones de novelas. Pero sí he
hecho la cuenta del número de narradores colombianos que entre 1969 y 2016 he
dado a conocer al público de los países de habla alemana: En total son 109 y la
mayoría de ellos, como por ejemplo Álvaro Mutis, Álvaro Cepeda Samudio, Juan
Gabriel Vásquez y Tomás González, tuvieron su primera traducción a una lengua
extranjera a través de un libro mío.
Así que al recibir, con humildad, gratitud y orgullo, la
Orden de Caballero de San Carlos siento este honor como el abrazo colectivo de
estos 109 autores colombianos multiplicado por los abrazos de miles de lectores
alemanes, austríacos y suizos a quienes he abierto el camino a gozar de la
literatura colombiana.
Lo que me alegra particularmente es que reciba la distinción
de un Gobierno cuyo presidente es, para mi, un héroe de la paz y que lo reciba
de manos de Juan Mayr Maldonado (embajador de Colombia en Alemania), a quien
admiro profundamente por su defensa de las naciones indígenas colombianas.
Gracias, embajador. Gracias, Colombia.
Peter Schultze-Kraft
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