La
batalla del idioma
Invitado especial al Primer Encuentro
Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos en Latinoamérica,
que organiza la Facultad de Filosofía y Humanidades, entre el 26 y el 29 de
este mes visitará la ciudad de Córdoba José del Valle, especialista reconocido
en políticas de la Lengua, quien será el encargado de la conferencia de cierre
en el programa: “La glotopolítica como política: acción intra y
extradisciplinaria”.
Del Valle es licenciado en Filología por la
Universidad de Santiago de Compostela, máster por la universidad pública de
Nueva York en Buffalo (Suny) y doctor por la Universidad de Georgetown
(Washington). Desde 2002, es docente e investigador en el centro de posgrado
(Graduate Center) de la universidad pública de Nueva York (Cuny).
Su investigación, reflexión y escritura han girado
en torno de las políticas de la lengua española en relación con la emergencia y
el desarrollo del nacionalismo español, así como con los proyectos
neocoloniales de vínculos con Latinoamérica durante los siglos 20 y 21.
En estrecha colaboración con la Universidad de
Buenos Aires y la Universidad de Chile, es uno de los impulsores de la
perspectiva glotopolítica, además de ser uno de los fundadores de los congresos
latinoamericanos de glotopolítica y del Anuario de Glotopolítica.
Entre sus publicaciones, se destacan La
batalla del idioma: la intelectualidad hispánica ante la lengua (2004), La
lengua ¿patria común? Ideas e ideologías del español (2007)
y la Historia política del español: la creación de una lengua (2016),
en las que participó como editor, coeditor, autor y coautor.
Gran espectáculo
–¿Cuáles son sus perspectivas acerca del Congreso
Internacional de la Lengua (Cile)?
–Los Cile no son reuniones de investigadoras e
investigadores. Por más que entre la gente que participa en ellos haya quienes
se dedican a la investigación de la lengua española, se trata más bien de una
plataforma para la propaganda de las políticas de la lengua que se impulsan
desde el Instituto Cervantes y la Asociación de Academias de la Lengua Española
(Asale). Por eso, asisten no sólo especialistas en filología y lingüística,
sino también gente del mundo del periodismo, la política, las artes, las
empresas y el espectáculo. De hecho, es un gran espectáculo diseñado para ganar
la adhesión de sectores importantes de las sociedades latinoamericanas y
española al proyecto de promoción de un español panhispánico, y de
aprovechamiento de este en los mercados lingüísticos globales.
–¿Y cuál es su posición al respecto?
–Mi posición en relación con los Cile ha sido
siempre crítica. Las políticas de la lengua que promueven responden a dos
procesos con los cuales discrepo por principio. El primero es el
neocolonialismo, o persistencia de una estructura de gestión del idioma
jerárquica, en la que instituciones españolas, gracias a la complicidad de
instituciones latinoamericanas, y esto es sumamente importante, ocupan
posiciones ventajosas. El segundo es la imposición de la lógica del mercado
sobre todos los ámbitos de la vida social. En este sentido, se presume que la
lengua española es una mercancía que cotiza al alza en los mercados
lingüísticos internacionales, y las políticas de la lengua se orientan a la
explotación de ese valor.
–¿Qué piensa del actual lema de la RAE: “Unidad en
la diversidad”?
–La frase por sí sola no implica nada
particularmente original: los elementos de un conjunto pueden funcionar de
manera unitaria conservando grados de singularidad que los diferencian entre
sí. Por sí mismo, este principio no es inherentemente bueno ni malo; de ahí que
debamos reflexionar sobre el tipo de proyecto a cuyo servicio se pone esta
frase, ahora convertida en nuevo lema de facto de la Asale. Ese proyecto es la
política lingüística panhispánica, cuyo fundamento es la constatación de que el
español es una lengua pluricéntrica. Pero, claro, esto no es ningún gran
descubrimiento. Cualquier hispanohablante ha sabido siempre que hay múltiples
lugares geográficos y sociales desde los que se proyectan normas de uso
correcto. Lo que pretende la política panhispánica es afirmar que existe una
gestión mancomunada o colectiva del idioma; es decir, una actividad normativa
consensuada por todas las academias de la lengua española.
–¿Y a dónde apunta su crítica?
El problema, desde mi punto de vista, es que esta
política de la lengua no apunta en ninguno de sus proyectos a reconocer que
existen correlaciones y relaciones causales entre distintas formas de hablar
español y la ubicación social y movilidad socioeconómica de la gente. Por más
que se reconozca un pluricentrismo geográfico y se implique a especialistas
latinoamericanas y latinoamericanos en la gestión del idioma, se reproduce una
idea de lengua que perpetúa jerarquías históricas de tipo social y geográfico.
Y lo hace con un considerable grado de éxito, porque es la idea que se
transmite a través de muchos medios de comunicación y a través de la escuela.
Los Cile contribuyen al ocultamiento de la verdadera diversidad y sus efectos,
de la persistencia del carácter clasista de estas políticas del idioma.
Verdadera diversidad
–¿Qué significa pensar el español como “recurso
económico”?
–Significa, dicho en pocas palabras, que el español
es un instrumento que, utilizado de manera apropiada, facilita la acumulación
de riqueza. Puede querer decir que el idioma mismo es una mercancía; y también
puede significar que, a través de su conocimiento y uso, se facilita o incluso
abarata la producción y venta de otros bienes y servicios.
–¿Cuáles son los problemas de esa perspectiva
economicista?
–La pregunta que surge enseguida, desde una
perspectiva glotopolítica, es si hablar español o ser hispanohablante supone
automáticamente estar en posesión de ese recurso económico. Y la respuesta es
negativa, pues las distintas variedades geográficas y sociales del español
están sometidas a juicios normativos que hacen que algunas de ellas sean más
valiosas que el resto. A partir de esta constatación, debemos preguntarnos si
la ciudadanía tiene igual acceso a esas versiones del español que más
fácilmente se convierten en riqueza. Lamentablemente, la mayoría de los
proyectos de reflexión sobre el español como recurso económico que se han
auspiciado desde las instituciones organizadoras de los Cile han partido de la
base falsa de que saber español es estar automáticamente en posesión de ese
recurso y han prestado escasa o nula atención a la relación entre lengua,
normatividad y desigualdad social.
Conferencia: cierre del Encuentro
La conferencia de José del Valle, en el marco del
Primer Encuentro Internacional: Derechos Lingüísticos como Derechos Humanos en
Latinoamérica, será el viernes 29 a las 12, en el auditorio Hugo Chávez del
Pabellón Venezuela, en Ciudad Universitaria.
Hablar por siglas, ¿a qué castellano corresponde?
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