El 26 de agosto pasado, Ñ digital publicó sin firma la siguiente
nota sobre el escritor colombiano Fernando
Vallejo, cuya fuente es Carmen
Sigenza, de la
Agencia EFE.
"La RAE
publicó 22 ediciones de un diccionario
acientífico, monárquico, y clerical"
El autor de La virgen de los sicarios (1990)
acaba de publicar en América y España su último libro, Peroratas (Alfaguara) donde se
refiere a la lengua española, el amor a los animales, la religión, los
políticos y el futuro del libro. Sus libros están allá pese a que el escritor
dijo que no volvería a España mientras que el Gobierno pidiera la visa a los
colombianos.
Ahora, el conservador Gobierno
español ha decidido que solicitará en septiembre a la Comisión Europea
eliminar los visados para los ciudadanos de Colombia, una medida que a Fernando
Vallejo (Medellín, 1942) le da ya igual.
"España devastó en los tres siglos largos de la colonia para llevarse el oro y la plata --argumenta el autor que vive en México desde 1971--. Sometió a los aborígenes de estas tierras y a los negros que trajo de África para sumarlos como esclavos. Eso era acaso una patria", se pregunta.
"Cuando estalló la independencia, al abrigo de la invasión napoleónica de la península, los españoles se fueron con lo que pudieron y san se acabó el asunto, dejándonos en pago un espíritu burocrático de tinterillos públicos y la plaga del cristianismo. Así que al diablo con el cuento de la madre patria. España no es patria nuestra ni nunca ha sido", sostiene el escritor.
Pero, Vallejo, un furioso de la palabra a la que siempre pone contra las cuerdas en sus novelas, como en sus ensayos, por encima de todo dice detestar todas las patrias.
"Como decía mi mamá (sin que
me quedara claro que quería decir con eso) al que no quiere caldo se le dan dos
tazas y a falta de una patria tengo dos: Colombia y México, y como mexicano no
tengo que sacar el famoso 'visado', como dicen ustedes, o 'visa', como decimos
aquí en América", dice el autor de La virgen de los sicarios.
Este escritor que hace magia con las palabras en sus novelas asegura que no ha vuelto a España por cumplir su promesa, "una cuestión muy vieja, empolvada y olvidada, tanto de este lado del Atlántico como del otro: la del terrorífico honor español, el del teatro del Siglo de Oro".
Este escritor que hace magia con las palabras en sus novelas asegura que no ha vuelto a España por cumplir su promesa, "una cuestión muy vieja, empolvada y olvidada, tanto de este lado del Atlántico como del otro: la del terrorífico honor español, el del teatro del Siglo de Oro".
"Que es lo que no tienen --continúa-- los otros seis que firmaron conmigo la carta a los gobiernos de Aznar y Rajoy diciendo que no volveríamos a la madre patria si nos ponían la visa, pero que fueron volviendo uno a uno". Vallejo se refiere por este orden a Álvaro Mutis, Darío Jaramillo, Fernando Botero, García Márquez, Willam Ospina y Héctor Abad.
En el libro que acaba de aparecer en España y América, Peroratas, donde reúne sus conferencias y ensayos, el autor de Años de indulgencia plasma su profundo amor por el castellano.
Y deja claro dos de sus mandamientos. Uno, "no te reproduzcas que la vida es un horror e imponerla el crimen máximo", y dos, "los animales de sistema nervioso complejo, y ante todo, los que el hombre domesticó, también son nuestros prójimos".
Del idioma español, Vallejo
asegura en el libro que está "en bancarrota", pero en la entrevista
precisa: "En bancarrota o no --dice--, el español es el de América, el de
los 19 países que en él insultamos o rezamos. No el de España que desde hace
mucho dejó de ser la metrópoli y hoy es una provincia anómala del idioma, cosa
que no saben en España, empezando por la Real Academia , que
en estos días está cumpliendo 300 años".
Y en este sentido, añade que es
estos años la RAE
ha publicado veintidós ediciones de un diccionario "acientífico,
monárquico, y clerical, que del español que se habla aquí, en esta tierras, no
sabe un carajo, y en el que llama 'americanismo' a las palabras y giros propios
del español americano".
"Se equivocan, señorías --asevera--. De lo que tienen que hablar ustedes es de 'españolismos', porque ustedes son un solo país frente a los diecinueve y no suman sino cuarenta y tanto millones frente a más de trescientos".
De su amor a lo animales,
sostiene que "la educación en la infame religión de Cristo nos pone una
venda en los ojos que nos impide ver a los animales como nuestros
prójimos".
Y del Papa Francisco opina que no
cree que obre ningún cambio en el mundo. "Qué cambio va a poder provocar
ese pobre diablo que no sabe ni latín. Sabrá decir 'patata' en italiano...O sea
'papas', que es como decimos nosotros en América. Nosotros, los dueños del
idioma", atiza Vallejo, quien también rescata al filólogo colombiano
Rufino José Cuervo, a quien admira por ese amor por el castellano.
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