Antonia Bensusan |
Nómades digitales: cómo cumplir el sueño de
trabajar
desde cualquier rincón del mundo
¿Te imaginás trabajar
sentado en un bar en la playa?¿Poder elegir en qué parte del mundo querés
desempeñarte laboralmente? ¿Ser tu propio jefe? ¿Decidir cuánto querés ganar?
Parece la vida perfecta ¿no? Quizás hasta un sueño… Pero atención: hay quienes
se animaron a aventurarse por este estilo de vida, se convirtieron en lo que se
conoce como “freelance” y, en algunos casos, llegan a ganar dinero hasta en 20
monedas distintas.
Hay muchas plataformas en el país que se dedican a ofrecer trabajos y, a su vez, recibir propuestas de personas que quieren trabajar. Una de ellas es freelancer.com, uno de los medios que crea una carpeta de propuestas que puedan interesarle al empleador y, de igual forma, al futuro empleado.
“Se proponen 900 categorías diferentes en las que podes buscar y ofrecer el trabajo que quieras”, explicó Antonia Bensusan, de la empresa. Según contó, los argentinos demuestran mayor interés en tres rubros: desarrollo de sitios web, diseño y traducción. Además, hay empleadores de todo tipo adheridos: “te puede contratar desde una Pymes hasta la NASA”.
Bensusan afirma que el 70% de los que dejaron sus datos son millenials (jóvenes de entre 18 y 35 años). “Esa generación no quiere hacer siempre lo mismo, se aburre fácilmente y, por ese motivo, no dura más de un año trabajando en el mismo lugar”, aseguró. Aclaró que lo más atractivo para ellos es que pueden elegir sus horarios y cuánto quieren cobrar: “en promedio se ganan U$S 165 por trabajo”.
Dentro del trabajo freelance nació un nuevo concepto: el nómade digital. “Es una persona que no quiere quedarse trabajando en un sólo lugar y elige vivir viajando mientras se va manteniendo”, detalló. Explicó que una persona puede -a través del trabajo freelance- elegir en qué parte del mundo quiere trabajar e ir moviéndose según sus gustos y necesidades.
De todos modos, no es cuestión de cambiar de vida de un momento al otro. Bensusan sostiene que lo ideal es mantener un trabajo tradicional y, paralelamente, realizar alguna tarea freelance, probar a ver cómo funciona y, de paso, formar de a poco tu reputación laboral. Luego, se toma o no la decisión de patear el tablero y convetirse en nómade.
Ja! Y luego de años de libertad ansías trabajar en una oficina. Bueno, yo!
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