¿Un hombre en control de los giros de su vida? ¿O uno que trata de entender lo que éste artículo dice sobre él? |
El 30 de diciembre del año pasado, el diario Clarín reprodujo el siguiente artículo
de Julie Ho, publicado
originariamente en The New York Times
a propósito de la “precisión” cuando se traduce. En ninguna parte aparece el
nombre de quien lo tradujo, pero su lectura revela que, justamente, en la
versión al castellano, la “precisión” brilla por su ausencia. Puesto a
investigar, el Administrador descubrió que este mismo texto –digámoslo– mal
traducido, en el que el castellano se parece a esos folletos de instrucciones de electrodomésticos traducidos en Taiwán, circula impunemente por diversos diarios de Latinoamérica que se
nutren de dudosos artículos de color, resumidos del diario estadounidense. Las preguntas persisten: ¿los editores periodísticos ya no leen lo que publican? O dicho de
otra forma, ¿leen tan mal que todo les da un poco lo mismo? ¿ Era necesario ahorrarse unos
pesos en traductores y en correctores (esta última, especie en franca extinción)? Estos engendros constituyen la mejor respuesta.
Cómo traducir
la voz de un artista
Mantener una traducción fiel
al original, así se trate de un libro o un filme, podría no ser suficiente.
Podemos tener acceso a cintas extranjeras más rápido que nunca, pero qué tan
profundamente nos identificamos con ellas tiene mucho que ver con la
traducción.
Los servicios de streaming de video como Netflix están
tratando de mejorar la calidad de los subtítulos para satisfacer la demanda del
público. Para ayudar, el sitio de anime Crunchyroll ha recurrido al público
mismo, colocando a fans en su
personal de subtítulos. La idea se remonta a los días de piratería antes de que
existiera Crunchyroll, cuando los fans
realizaban mejores traducciones que los estudios.
“La creación oficial de
subtítulos era un poco más parecida a una línea de ensamblado”, dijo Colin
Decker, de Crunchyroll, a The New York
Times. “Y los fans dijeron que
importa la precisión. El medio los atrajo para esforzarse por entender la
cultura extranjera, lo que elevó el estándar de la calidad de la traducción”.
Es un problema con profundas
raíces históricas. La Odisea, de
Homero, escrita originalmente en griego antiguo, ha visto cientos de años de
interpretaciones y, sin embargo, hay espacio para más. La clasicista Emily
Wilson descubrió un nuevo enfoque a la famosa primera línea que describe a
Ulises, el rey y héroe de la historia, como politropo.
En la interpretación literal
de la palabra, poli significa
“muchos” y tropos significa “giro”.
Pero si Ulises es un hombre de “muchos giros”, ¿acaso es un hombre en control
de los giros de su vida o está a merced de éstos? Wilson nos dio: “cuéntame
sobre un hombre complicado”.
“De las traducciones
existentes, me parece que ninguna le transmite a un lector sin el griego la
interrogante abierta que, de hecho, es la pregunta con la que abre ‘La
Odisea’”, escribió Wyatt Mason, en The
New York Times Magazine, sobre la traducción de Wilson. “¿Qué tipo de
hombre es Ulises?”.
La interpretación de Wilson
ofrece una idea distinta sobre qué tipo de hombre era Ulises.
“Quieres tener un sentido de
ansiedad respecto a este personaje y de que vamos a ver cómo se desdoblan
capas”, explicó Wilson. “Aún no sabemos bien cuáles son las capas. Así que,
quería que se le dijera al lector: esté atento a un texto que no va a ser
interpretativamente directo”.
Para Wilson, recalibrar las
palabras originales no significa que pierden algún significado.
“¿El hecho de que sea
posible traducir las mismas líneas de 100 maneras distintas y que todas ellas
sean defendibles de maneras totalmente diferentes? Eso te dice algo”, comentó.
En su traducción de Ulises
como un “hombre complicado”, la opción de palabras se siente moderna, hablando
directamente al lector de hoy.
Cuando Carina del Valle
Schorske, una traductora en Nueva York, considera un texto, lo disfruta por lo
que es: una interpretación.
“Ciertas palabras se
mantienen empecinadas a ambos lados de una frontera y parecen no querer
revelarse”, escribió en The Times
Magazine. “Tomo eso como un recordatorio de que conocer a alguien, y
conocerme a mí misma, es siempre un asunto inconcluso”.
Para Wilson, los términos
precisos pueden ser infieles siempre y cuando sean veraces. Explica que una
interpretación aún menos tradicional de politropo
sería “infiel”.
“Podría haber dicho, ‘cuéntame sobre un esposo infiel’. Y ésa es una traducción viable”, apuntó. “Pero le daría una perspectiva totalmente diferente”.
“Podría haber dicho, ‘cuéntame sobre un esposo infiel’. Y ésa es una traducción viable”, apuntó. “Pero le daría una perspectiva totalmente diferente”.
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