martes, 22 de octubre de 2019

El PEN Internacional contra el PEN México: otro culebrón mexicano

Por estos días, aunque nadie parece haberse enterado en esta parte del mundo, hay una pelea encarnizada entre el Pen Internacional y el Pen México. Hay acusaciones cruzadas, ríos de tinta en la prensa y un aire enrarecido que pone a México en una delicada situación y divide a sus escritores. Por eso, a continuación se reproducen dos notas publicadas en distintos medios, uno de España y otro de México, aparecidas con 9 días de diferencia para que los lectores de este blog tomen debida nota y saquen sus propias conclusiones.

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Magalí Tercero

La noticia, firmada por David Marcial Pérez y aparecida el 8 de octubre pasado en el diario El País, de Madrid, da cuenta de la actual situación por la que transcurren las relaciones entre el PEN Internacional y su filial mexicana. Según la bajada: “El centro mexicano de PEN Internacional vincula la suspensión a sus críticas contra la declaración a favor de los políticos catalanes presos”.

PEN México denuncia “represalias autoritarias”
tras ser suspendido por la asociación mundial de escritores

La relación entre PEN Internacional y su centro mexicano es cada vez más tumultuosa. La directiva de la asociación de escritores, que agrupa a unos 25.000 socios en todo el mundo y tiene entre sus objetivos la lucha por la libertad de expresión, decidió el sábado suspender a la filial mexicana por supuestas irregularidades en la elección de su última presidenta. La respuesta de PEN México ha sido denunciar “represalias autoritarias”, “acoso”, “intervencionismo” y “calumnias” a través de un comunicado. El cisma comenzó en enero tras las críticas del centro mexicano a la polémica declaración, impulsada por el centro catalán de la asociación, a favor de los políticos catalanes presos, que provocó también la dimisión de Mario Vargas Llosa.

El comunicado, que instaba a las autoridades españolas a retirar los cargos y liberar a Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, imputados por un delito de sedición, lo firmaban 14 centros –entre ellos el mexicano– de las 148 filiales de la asociación, además de contar con el respaldo del PEN Internacional, con sede en Londres. La entonces presidenta mexicana, Magali Tercero, respondió con otro comunicado afirmando que nunca le mandaron el texto y que su centro no firmó la declaración sobre los políticos catalanes.
“Nunca fuimos informados y fuimos utilizados”, señala la actual presidenta, María Rivera. El centro mexicano denuncia además que no ha sido la primera vez. En diciembre del año pasado, PEN Internacional emitió otro comunicado a favor de la liberación del político kurdo Selahattin Demirtas en el que afirmaba que PEN México le había adoptado como miembro honorario. “Tampoco nos consultaron lo más mínimo. Nos utilizaron otra vez para sus fines políticos. PEN Internacional está teniendo una política de intervención en los países que es una distorsión muy grave del sentido de la organización. Cuando protestamos por el comunicado de Cataluña no lo tomaron muy bien. Se sentían dueños de PEN México”, añade Rivera.

En la notificación de la suspensión al centro mexicano, a la que ha tenido acceso este diario, se afirma que la sede de la asociación “recibió quejas de las elecciones en México por irregularidades en su proceso”. La mesa directiva, compuesta por miembros de Sierra Leone, Myanmar, Suecia, Turquía, Líbano, Alemania, Estados Unidos y Estonia, revisó el caso y recomendó a la Asamblea de Delegados, reunida la semana pasada en Manila, que suspendieran al centro mexicano.

El comunicado de PEN México sostiene que “ninguno de nuestros miembros, ni si quiera el candidato perdedor, impugnó los resultados ni denunció irregularidad alguna”. Añade que la suspensión responde a una “represalia autoritaria ante el fracaso manifiesto de su directiva, encabezada por la estadounidense-mexicana Jennifer Clement, de apoderarse de nuestra organización a través de la imposición antidemocrática de un candidato”.

La intervención de la sede central de la asociación habría llegado, según la versión mexicana, a la interceptación y publicación de correos por parte de uno de los socios del centro afines a Clement durante el proceso electoral, que duró tres días. “Antes de que acabará, como se dieron cuenta de que iban perdiendo, nos amenazaron con que no iban a reconocer al ganador y que nos iban a suspender”, añade Rivera.

La comunicación formal de la suspensión por parte de PEN Internacional no especifica las irregularidades. “Conocemos lo que ellos arguyen porque se siguieron comunicando con la anterior presidenta. Por un lado, que algunos de los socios no cuentan con antigüedad suficiente para votar. Por otro, que publicamos qué votó cada socio, algo que hicimos como una medida de transparencia por su intervencionismo. En todo caso, los dos casos están absolutamente avalados por nuestros estatutos”, cierra la actual presidenta mexicana.

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Sin embargo, las causas esgrimidas por el PEN México no parecen ser las reales según se deja ver en la nota de publicada por Guadalupe Alonso Coratella, en el diario mexicano Milenio, el pasado 17 de octubre. En la bajada se lee: “Jennifer Clement (en la foto a la derecha) y María Rivera (en la foto a la izquierda), presidentas de PEN Internacional y PEN México, respectivamente, ofrecen su postura sobre el conflicto que provocó la suspensión del Centro mexicano tras las denuncias de corrupción en las últimas elecciones”.

La disputa por el PEN México

El PEN Internacional, asociación de escritores fundada en Londres en 1921, cuenta con más de 170 centros en 100 países, entre éstos el Centro México, que abrió sus puertas en 1923 impulsado por Alfonso Reyes. El PEN Club ha jugado un papel sustantivo en la lucha por la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos de periodistas y escritores. En este sentido, y ante las circunstancias sociales, el PEN México tiene en sus manos una gran responsabilidad.

En mayo, al término de la gestión de Magali Tercero como presidenta del PEN México, se convocó a sus 45 miembros a participar en una votación por correo electrónico en la que contendieron dos candidatos: los poetas María Rivera y Pedro Serrano. El conteo favoreció a la primera, pero surgieron voces impugnando el proceso, aunque ninguna se expresó en el seno del Centro México. La nueva presidenta entró en funciones. Entretanto, el caso llegaba a los más altos niveles del PEN Internacional.

En las denuncias se habló de corrupción, miembros registrados de último momento y cuotas pagadas con premura. Durante los meses de junio y julio, según se asienta en un comunicado del PEN México a sus miembros, Magali Tercero recibió notificaciones del director ejecutivo del PEN Internacional, Carles Torner, sobre la detección de irregularidades en la jornada electoral. El Centro mexicano asegura no haber recibido impugnaciones de sus miembros y explica que “las supuestas irregularidades referidas por Torner consisten en que Tercero publicó, en el informe final de la jornada, para dar certeza y transparencia al proceso, el sentido de todos los votos; y que nuevos miembros, incorporados antes de la jornada electoral, tomaran parte en el proceso. Ninguna de estas acciones constituye una violación a nuestros estatutos”.

El 8 de agosto, se informa a Magali Tercero sobre la decisión de proponer a la asamblea de delegados del próximo congreso internacional, en Manila, Filipinas, la suspensión del PEN México. La respuesta de la parte mexicana consta en una carta fechada el 25 de septiembre, dirigida a Jennifer Clement, presidenta del PEN Internacional; Katlin Kaldmaa, secretaria, y Carles Torner, director ejecutivo. “Rechazamos tajantemente que durante nuestro proceso electoral se haya incurrido en alguna irregularidad”; y más adelante, haciendo referencia a la violación de privacidad de los correos electrónicos, declaran: “Estos acontecimientos constituyen una maniobra de intromisión en la vida interna de nuestra organización, completamente inaceptable”. En el mismo escrito, que incluye, al final, los nombres de quienes conforman la asamblea PEN México, entre otros Homero Aridjis, Víctor Manuel Mendiola, Aurelio Asiain, Elsa Cross y Gabriel Zaid, lamentan que “en las condiciones de brutal violencia que atraviesa México, el PEN Internacional intente inhibir los canales de comunicación entre escritores mexicanos y de otras latitudes, capaces de incidir, con su solidaridad, en la defensa de la libertad de expresión que es cotidianamente vulnerada en nuestro país por fuerzas criminales”.

En los párrafos finales, el PEN México presenta una “enérgica protesta al comité directivo del PEN Internacional por su intromisión en la vida interna del PEN México y alerta a todos los demás Centros PEN de los riesgos y peligros para su autonomía y libertad, bajo su indebida política intervencionista”.

Fechada el 5 de octubre, desde Manila, Filipinas, el PEN Internacional envía a Magali Tercero un comunicado en el que informa que “la Asamblea de Delegados votó la suspensión de PEN México”, y aclara que la presidenta internacional se abstuvo del proceso y la votación.

Ante el aviso oficial de suspensión firmado por Katlin Kaldmaa, que se hace público el 8 de octubre, el Centro mexicano da a conocer su postura. Informa que el PEN Internacional se niega a dar respuesta a las denuncias de intervención, violación de su autonomía y censura, “hechos que dieron origen a una represalia autoritaria, concretada en la suspensión del Centro”. Enseguida se refiere a la utilización ilegal del PEN México, “usando su nombre en comunicados internacionales, sin autorización”, como es el caso del conflicto de Cataluña que llevó a la renuncia de Mario Vargas Llosa al PEN Internacional, o la liberación del político kurdo Selahattin Demirtas, afirmando que el PEN México lo había adoptado como miembro honorario. “Nuestra organización”, concluye, “continuará trabajando conforme a su autonomía jurídica, con independencia intelectual de cualquier clase de intromisión”.

En una conversación telefónica, el escritor y activista ambiental Homero Aridjis, presidente emérito del PEN Internacional, lamentó la suspensión del PEN México, del que también fue presidente, y consideró que fue “una decisión grave y arbitraria”. Él mismo, dijo, emitió su voto en las pasadas elecciones a las que calificó de “limpias y transparentes”. Consideró, además, que el caso tendría que haberse sometido a debate en el congreso antes de tomar una decisión unilateral sin la presencia de delegados del PEN México. Finalmente, concluyó, el PEN México, más que nunca, es necesario como un bastión de la libertad de expresión y defensa de los derechos humanos.

Jennifer Clement, presidenta del PEN Internacional, y María Rivera, presidenta del PEN México, accedieron a entrevistas exclusivas para Laberinto.

Declara Jennifer Clement: “Se han violado normas universales de una elección democrática. Son hechos comprobables que hay miembros registrados de último momento y cuotas pagadas con premura, así como que a miembros de antaño no les fue cobrada su membresía a tiempo. De esto se conforman las denuncias y sí, tenemos pruebas. La elección se impugnó de forma abierta, es decir, con la membresía, y se habló abiertamente a los miembros de las irregularidades un día antes de que cerrara el proceso. Lo único que encontraron los miembros que alzaron la voz fue un rotundo rechazo, y por eso fueron con las autoridades de PEN Internacional. Entiendo que Pedro Serrano esperó a que la investigación tuviera lugar, porque estaba enterado de las denuncias de otros miembros y se mantuvo al margen. Al saber que los resultados confirmaban las irregularidades, ha manifestado abiertamente su rechazo y ha aclarado su postura”.

Por otra parte, María Rivera asegura que “ningún miembro se suscribió al PEN México el mismo día de las elecciones”, y añade: “La confusión proviene de la mentira asentada en el comunicado del PEN Internacional, en el que dicen que cierto número de personas votaron en las elecciones al mismo tiempo que entraban a formar parte del Centro PEN México. Esto es completamente falso. Los nuevos miembros de PEN México se incorporaron antes de las elecciones que se llevaron a cabo del 29 de mayo al 1 de junio. El PEN Internacional hizo un uso indebido y mentiroso de la información de las elecciones al hacer público el sentido de los votos con la intención de desprestigiarnos y cuestionar la legalidad de nuestro proceso. Nuestra elección no fue impugnada en nuestra asamblea por absolutamente ningún miembro”. Y sobre el caso de Serrano, dijo: “Pedro Serrano se postuló como candidato a las elecciones y perdió. Teniendo el derecho para hacerlo, tras las elecciones, no impugnó el proceso electoral

Al preguntarle sobre la posible violación de los estatutos que rigen al PEN México, Jennifer Clement responde: “Hay normas de gobernanza que se dan por descontado en los estatutos de cualquier organización en pro de los derechos humanos en el mundo para llevar a cabo una elección democrática. No violar el secreto de voto y no inscribir nuevos miembros cuando el voto ya empezó son normas de gobernanza básicas de un proceso electoral. Esas son las razones por las que la secretaria internacional presentó a la asamblea la propuesta de suspender a PEN México”.

Para María Rivera, “la suspensión es una represalia autoritaria ante las denuncias que PEN México formuló sobre una serie de actos indebidos cometidos por PEN Internacional en perjuicio de PEN México, y ante el fracaso manifiesto de su directiva, encabezada por la estadunidense-mexicana Jennifer Clement, su máxima autoridad, y ex presidenta de PEN México, de apoderarse de nuestra organización para convertirla en dócil instrumento ante las asociaciones indebidas que han hecho con gobiernos y causas políticas en todo el mundo. Específicamente, con el gobierno de México, buscaban desaparecer la independencia intelectual y política de PEN México”.

El PEN México refiere también la versión de una actitud revanchista derivada de su postura frente al caso de la causa independentista catalana y la renuncia de Mario Vargas Llosa.

Para María Rivera, “el deslinde de PEN México del comunicado en el que usaron nuestro nombre sin autorización (para apoyar a los catalanes) evidenció que PEN Internacional estaba mintiendo en sus comunicados como lo denunció la ex presidenta Magali Tercero y también Mario Vargas Llosa en su carta de renuncia. Mintieron de igual modo cuando informaron que PEN México había elegido como miembro honorario al político kurdo Selahattin Demirtas, cosa totalmente falsa. La presidenta de PEN Internacional utilizaba a PEN México como si fuera de su propiedad y les molestó que lo hayamos hecho público en enero de este año”.

Jennifer Clement asegura: “No sé qué relación puede tener una cosa con la otra. Mi informe a la asamblea detalló la correspondencia con Vargas Llosa en enero a raíz de mi visita a la cárcel a dos escritores catalanes y el comunicado de prensa presentado a continuación. Pero no levantó el más mínimo debate en la asamblea, puesto que se trata de un caso básico de vulneración de la libertad de expresión que así también es vista por International Trial Watch, Amnesty International y el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, entre otros. Los centros de PEN y especialmente el comité de escritores encarcelados siguen muy de cerca la situación de los dos presos”.

Si bien los Centros PEN son autónomos e independientes, la presidenta del PEN Internacional reitera que “esa autonomía es esencial. Cada Centro desarrolla sus formas de organizarse, su participación en los comités y campañas de PEN Internacional y su programa de actividades, pero la autonomía no exime a ningún Centro de seguir las normas de gobernanza de PEN ni de entablar un diálogo con nuestras estructuras internacionales cuando surge un conflicto”.

¿Puede funcionar el PEN México sin el aval del PEN Internacional? María Rivera responde: “PEN México es una institución autónoma e independiente de escritores mexicanos, con personalidad jurídica propia, regida por sus estatutos y, como tal, su funcionamiento no depende de PEN Internacional”. Para Jennifer Clement “no parece que tenga sentido seguir sus labores al margen de PEN Internacional”.

Para finalizar, le pregunto a Jennifer Clement ¿qué significa la suspensión del Centro México? “Dejarán de formar parte de nuestras actividades internacionales. La secretaria internacional ha manifestado la voluntad de entablar un diálogo con la esperanza de que algún día la suspensión pueda ser levantada por otro voto de la misma asamblea”.

¿No habrá marcha atrás en la decisión de suspender al PEN México? “La Asamblea de Delegados siempre puede levantar la suspensión con un nuevo voto, puesto que la asamblea es soberana. Para que eso ocurra, imagino que convendría que un diálogo fructífero se entablase y desapareciesen las razones que llevaron a la suspensión de PEN México en el congreso de Manila”.

María Rivera respondió en los siguientes términos: “Nuestra organización continuará trabajando conforme a su autonomía jurídica, con independencia intelectual de cualquier clase de intromisión y, como desde 1923, defendiendo los principios de la libertad de expresión y la libre circulación de las ideas, oponiéndose a cualquier forma de censura, defendiendo una prensa libre, y ejerciendo la crítica de gobiernos, administraciones e instituciones”.

¿Estarías dispuesta a renunciar a la Presidencia del PEN México y llamar a nuevas elecciones en caso de que se requiriera como una forma de legitimar a la institución?, le pregunto. “PEN México es una institución totalmente legítima, con personalidad jurídica propia y tiene enorme importancia histórica. Por supuesto, no me prestaría a ser cómplice de la inaceptable intervención ni de la flagrante violación de nuestra autonomía, ni a negociar su independencia intelectual, cediendo ante la arbitrariedad y la injusticia”.

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