jueves, 3 de octubre de 2019

García Montero fue a Montevideo, leyó y dijo


Luis García Montero, poeta y actual director del Instituto Cervantes, pasó por Montevideo para participar de la presentación en el Centro Cultural de España de la publicación facsímil Gacetas Gauchescas, de Hilario Ascasubi, con investigación a cargo de Pablo Rocca y Hernán Viera. En la oportunidad, fue entrevistado por María de los Ángeles González, quien publicó en El Cultural, de El País, de Montevideo, lo dicho en ese encuentro, que tuvo lugar el pasado 27 de septiembre. De la larga entrevista, ofrecemos la parte oficial.

Dos preguntas

—¿Cuál es la relación del Instituto Cervantes con los países de habla hispana?
—Nuestro idioma tiene 480 millones de hablantes nativos y casi 600 en general. En España vivimos el 8 % de los hablantes. Así que la comunidad es mucho más amplia que las fronteras de ningún país. Creo que hay razones para buscar respuestas comunes para afirmar desde la memoria panhispánica respuestas a los retos de la globalización. Se trata de seguir el camino que abrió Andrés Bello en el siglo XIX. Creo que la apuesta debe ser convertir el español en una lengua de cultura seductora por sus valores humanos y sus compromisos con la libertad democrática. Una apuesta de futuro frente a culturas que hoy se presentan mucho más pragmáticas, economicistas o totalitarias. La diversidad nos enriquece. Nadie es el dueño del idioma, no se habla mejor en Castilla que en Andalucía, o en Colombia que en Ecuador o Montevideo. Se habla de manera distinta un idioma que mantiene una sólida unidad comunicativa, precisamente porque la diversidad es riqueza de un patrimonio común. A mí me ofende la política de la administración Trump que quiere avergonzar bajo el lema “solo inglés” a los niños que hablan español en un colegio o a los hispanos que usan su lengua materna en la cola de un supermercado. El trabajo del Instituto Cervantes, por ejemplo, es negarse a las intenciones de convertir al español en una lengua de pobres de manera despectiva. Además de afirmar la dignidad de la pobreza, debemos convencernos de las realidades culturales y las posibilidades científicas de la comunidad hispánica.
—¿Cómo puede apoyarse el hispanismo en los países de habla hispana?
—Esa es otra tarea también importante para España. El Cervantes no pretende ocupar espacios de enseñanza del español en Uruguay porque lo lógico es que aquí se enseñe el español como se habla en Uruguay. Pero en el diálogo entre la comunidad y las diversas singularidades, me parece interesante que las autoridades españolas apoyen el estudio de la literatura peninsular y faciliten el trabajo a los hispanistas interesados. Una de las tareas del Cervantes es apoyar el trabajo de los hispanistas, de los alemanes, los marroquíes, los ingleses, los chinos… Ahí caben las literaturas de todos los idiomas. El Ministerio de Cultura de España y muchas fundaciones existentes deberían apoyar a los profesores de cualquier parte del mundo, y por supuesto Hispanoamérica, que tengan la generosidad de dedicarse a estudiar la literatura española.

1 comentario:

  1. Lo de que el español -o castellano- es una lengua de pobres es una afirmación que he oído varias veces en boca de catalanes.

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