El
27 de abril pasado, Gustavo García
publicó en las páginas económicas del diario La Prensa, de Buenos Aires, el siguiente artículo. Por curioso que
parezca para la sección, la bajada dice lo siguiente: “Ser un
buen lector es una cualidad que cotiza en estos tiempos de prolongado encierro.
La afición hacia los libros, a ese otro mundo que se abre con cada historia, se
ha convertido en una maravillosa vía de escape de esta tediosa cuarentena con
ribetes de perpetuidad”.
El despertar de
las librerías
Para los amantes de la literatura leer no es un
pasatiempo sino una necesidad. De allí que el Gobierno haya permitido hace un
par de semanas la actividad comercial de las librerías bajo la modalidad de
venta on line o telefónica. Los
locales están cerrados para la atención al público y, si bien el cliente se
pierde el incomparable placer de rebuscar libros en los estantes, al menos
puede adquirir títulos nuevos a distancia y seguir nadando en esas misteriosas
aguas.
Tras un mes de inactividad, las librerías se quitaron
el polvo de encima y se pusieron a trabajar. Las grandes cadenas, con su
arsenal de títulos y géneros diversos, pero también las pequeñas librerías de
barrio, que cuentan con el invaluable factor del trato personalizado, eso de
conocer al vecino, ya están trabajando a destajo.
Las experiencias, por tamaño, ubicación geográfica y
características propias de los clientes, son disímiles. Por lo pronto, Yenny y
El Ateneo comenzó la venta a puertas cerradas en todo el país con envío en los
locales de El Ateneo Córdoba, El Ateneo Florida 340, El Ateneo Florida 632, El
Ateneo Grand Splendid, El Ateneo Juramento, El Ateneo La Plata, El Ateneo
Rosario, El Ateneo Tucumán, Yenny Caballito, Yenny Comodoro Rivadavia, Yenny
Flores, Yenny Jujuy, Yenny Lomas de Zamora, Yenny Mendoza (Centro), Yenny
Paraná, Yenny Resistencia y Yenny Salta (Centro).
Para
la compra a distancia, el cliente puede consultar en http://bit.ly/3cE0cib. Por
otra parte, Tematika sigue funcionando con envío a todo el país a través del
WhatsApp +5491128859431 o al mail librerias@tematika.com. La empresa utiliza
como medios de pago el efectivo y Mercado Pago. Los gastos de envío son
bonificados en compras superiores a $800 en un radio de 1 kilómetro y en
compras superiores a los $1.600 en un radio de 2 kilómetros. El esquema de
ventas tiene vigencia hasta el próximo 2 de mayo.
Una
estrategia similar ha desarrollado Cúspide en sus principales locales. A través
de su sitio web tiene disponible todo el catálogo que usualmente pone a
disposición de los lectores en tiempos de puertas abiertas. Las consultas para
la compra de libros on line pueden
ser enviadas a ventas@cuspide.com, o al (54) 11 5237 1105. La atención es de
lunes a sábado de 9 a 19. Ofrece todos los medios de pago, además de su ya
clásica tarjeta CúspideMax.
En
los barrios el negocio tiene otras características. Allí el librero suele
tomarle el pulso al cliente, conoce sus gustos a partir de las ventajas que
trae aparejadas el trato personalizado. En Recoleta la librería Norte trabajan
contrarreloj para devolver las consultas que los lectores realizan vía mail,
Instagram, Facebook y WhatsApp, en el contexto de un número reducido de
personal debido a las restricciones a las que obliga la pandemia.
“Ahora
tenemos un equipo reducido que trabaja de 11 a 17, lo que significa que la
fuerte demanda debe ser atendida en menos tiempo y por menos gente –y explica
Sandro–. Creció mucho la demanda. Ocurre que el que es lector no deja de leer
nunca. Las personas que leen mucho por ahí compran todas las semanas. Un mes
con las librerías cerradas implica que los lectores estén necesitados de
comprar títulos nuevos”.
El
vasto circuito de las librerías comenzó a moverse lentamente, saliendo del
letargo. “Empezó a funcionar también la otra pata del negocio del libro, que
son las editoriales. Nosotros arrancamos primero, vendiendo el stock, y luego
ellos también gestionaron los permisos y comenzaron a distribuir. Hay muchos
libros nuevos. Por ejemplo, el viernes recibimos Los diarios completos de
Sylvia Plath. Hay muchas novedades de abril que no pudieron ser entregadas por
la cuarentena”.
Norte
atiende pedidos en el whatsapp 54 11 55895828, en el mail
info@librerianorte.com.ar o en www.instagram.com/libreria.norte. Realiza
envíos gratis dentro de la Ciudad de Buenos Aires a partir de compras
superiores a los $ 3.000 o si la venta se realiza en un radio de 15 cuadras.
Sino el costo del envío es de $ 200.
Claro
que las librerías no obtienen en el canal virtual el mismo volumen de ventas
que logran normalmente, con los locales abiertos al público. En el barrio de La
Paternal está Frida, un clásico sobre la avenida San Martín (teléfono
4582-2482). Leticia, su dueña, cuenta que poco a poco se han comenzado a mover
las ventas, pero que esto igualmente está lejos de ser una reapertura comercial.
“Se vende algo, pero en comparación a los
tiempos normales es casi nulo. Son ventas simbólicas. Una de las claves es
tener muchas cosas baratas publicadas”.
La
realidad es más dura para estos negocios en materia de obligaciones contractuales.
“No nos encuadramos en ninguno de los beneficios que
otorga el Estado, no tenemos ninguna quita de impuestos. Lo único es sacar un
crédito, pero yo soy autónoma y eso no me parece ningún beneficio. Además hay
que afrontar el pago del alquiler. Eso se puede negociar con el propietario,
pero igual lo estás debiendo. Arrancamos dos meses atrás en todo. Y a eso hay
que sumarle pagarle a la Afip, la luz y demás”.
La
Cámara Argentina del Libro no es ajena a esta situación y a comienzos de abril
emitió un comunicado en el cual se le solicitaba al Gobierno “una serie de medidas en
apoyo al sector editorial”. El documento señala que “entre las acciones
sugeridas por la Entidad se encuentran la declaración de la emergencia del
sector, la instrumentación de financiamiento, la facilitación de los tramites
REPRO, la ejecución de los presupuestos de compras institucionales, la puesta
en marcha de líneas de crédito especiales y la suspensión temporal del pago de
cargas patronales, entre otros temas”.
Y
culmina firmando que “como es de público conocimiento, se espera que esta pandemia dure varios
meses afectando proyectos de producción y actividades culturales claves para el
sector, generando un daño significativo a una industria que, desde hace ya
cuatro años se encuentra atravesando una de sus mayores crisis”.
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