viernes, 5 de octubre de 2018

"La tradición, y no Alighieri, seguramente hicieron de la palabra fabbro una metáfora general del creador"


Jorge Aulicino, que próximamente publicará su traducción corregida de la Divina Comedia en la editorial chilena LOM, sigue leyendo y releyendo esa obra, buscando afinar cada vez más su versión. Aquí se detiene en una mención que, inspirado en Dante, volvió a utilizar T.S. Eliot para homenajear a su amigo Ezra Pound.

La famosa cuestión de il miglior fabbro

El elogio al poeta provenzal Arnaut Daniel que Dante pone en boca de su maestro Guido Guinizelli en el canto XXVI del Purgatorio fue citado por T.S. Eliot en homenaje a Ezra Pound, lector y admirador a su vez de Arnaut y de Dante. Desde entonces, se hizo famoso. En general se lo traduce como “el mejor artesano”, dulcificación o figura más propia de los traductores que de Dante. Pues artesano en el italiano actual suele decirse artigiano, mientras que fabbro significa más concretamente herrero. Se reserva su significado de artífice para el lenguaje literario: il fabbro dell’universo. Es dudoso, para mí, que Dante haya fundado esa acepción. Escribía en una lengua sin antecedentes literarios y debía saber que la primera lectura que harían sus contemporáneos sería literal. Esto es, que leerían, de arranque, herrero y no artífice o artesano, para percibir luego su valor metafórico (de esto se trata la imagen en poesía, tan bien percibida por Dante: la proyección de la idea abstracta –o de la complejidad de un pensamiento– en lo concreto). La profesión de herrero era altamente valorada en la Edad Media, sobre todo porque el herrero era quien forjaba las armas y las herramientas, y no solo el que fundía las herraduras de los caballos. Dante debió pensar sin duda en un herrero y no en cualquier artesano para destacar el valor del trabajo de Arnaut. De modo que la tradición, y no Alighieri, seguramente hicieron de la palabra fabbro una metáfora general del creador. Las traducciones suelen seguir ese rumbo. Me parece, con todo, más acorde con el espíritu popular y material de Dante traducir herrero.

La Real Academia de la Lengua Española admite hasta hoy “fabro”, en castellano, como artífice, y ese fue el término, en desuso según la RAE, que eligió a su vez Battistessa para su traducción, con lo que encontró el modo de darle a la palabra un valor figurado superior y abstracto, manteniendo el sonido.

Para que se entendiera la contundencia de la figura, Dante –creo yo– pensó en un herrero, y en que sus contemporáneos verían en él la mejor figura concreta y cotidiana que podía representar el arte de Arnaut. Por otro lado, el contexto es este:

(...)

“¡Feliz tú, que de nuestras comarcas”,
recomenzó el que primero preguntara,
“para morir mejor, ganas sapiencia!

“La gente que no va con nosotros ofendía
con lo que ya al César, triunfando,
‘reina’ le costó que le gritaran; **

“por eso se van ‘Sodoma’ clamando,
reprobándose, como lo has oído,
y ayudan al ardor avergonzándose.

“Fue nuestro pecado hermafrodítico,
y puesto que no honramos ley humana,
como bestias siguiendo el apetito,

“en nuestro oprobio al partir decimos,
como se lee, el nombre de aquella
que embruteció entre brutos leños.

“Ahora sabes de nuestros actos y pecados:
si saber quieres los nombres que tenemos,
no los sabría, ni es tiempo de decirlos.

“Saber el mío te haré quererlo menos:
soy Guido Guinizelli, y  aquí me purgo ***
por haberme dolido ante el extremo”.

Cual en la tristeza de Licurgo
corrieron los hijos a ver la madre,
tal hice yo, pero con menos ansia,

cuando lo oí nombrarse al padre
mío y de otros que mejor usaron
rimas de amor dulces y gallardas;

y sin oír ni decir, anduve pensativo
un largo trecho, contemplándolo,
separado de él por aquel fuego.

Luego que me complací en mirarlo,
me ofrecí enteramente a su servicio,
con la firmeza de seguro juramento.

Y él me dijo: “Dejas tal vestigio,
por lo que oigo, en mí, y tan claro,
que el Leteo no podrá quitármelo.

“Pero si tus palabras de verdad juraron,
dime por qué razón tanto demuestras,
en el mirar y el decir, que te soy caro”.

Y yo: “Por los dulces dichos tuyos,
que, cuanto dure el decir moderno,
harán queridos todos tus escritos”.

“Oh hermano”, dijo, “este que te muestro
con el dedo”, y señaló un espíritu delante,
“fue el mejor herrero del hablar materno.

“Versos de amor y prosas de romances
las hizo todas; y deja hablar a los estúpidos
que aquel de Lemosín creen que lo vence.

“A voces, más que a verdad, alzan el rostro,
y se afirman así en sus opiniones,
sin escuchar bien arte o comentarios.

“Así lo mismo hicieron con Guittone,
de grito en grito por él alzando el precio,
hasta que la verdad de muchos los venciese.

“Ahora, si tienes tan amplio privilegio,
que es lícito para ti llegar al Claustro
en el que es Cristo abad de aquel colegio,

“reza por mí, ante él, un Padrenuestro,
que tanto hace falta en este mundo,
donde el poder de pecar ya no tenemos”.

Luego, tal vez por dar sitio a un segundo
que había llegado, se perdió en el fuego,
como el pez en agua se va al fondo.

Me adelanté un poco al señalado
y dije que mi deseo a su nombre
preparaba gracioso acogimiento.

El comenzó diciendo libremente:
“Tan m’abellis vostre cortes deman, ****
qu’ieu no me puesc ni voill a vos cobrire.

“Ieu sui Arnaut, que plor e vau cantan;
consiros vei la passada folor,
e vei jausen lo joi qu’esper, denan.

“Ara vos prec, per aquella valor
que vos guida al som de l’escalina,
sovenha vos a temps de ma dolor!”.

Y se ocultó en el fuego que refina.


Dante Alighieri, Purg. 26
Versión Jorge Aulicino


** Suetonio refiere que, triunfador en las Galias, César oyó que algunos soldados lo llamaban “reina” por supuestas relaciones carnales con el rey de Bitinia, en su juventud.

*** Guinizelli, padre adoptado del dolce stil nuovo, nació en Boloña hacia 1230 y murió en 1276, en Padua. Participó, como Dante, de la vida política, aunque del lado de los gibelinos. Los florentinos consideraron su canción Al cor gentil rempaira sempre amore, en la que proclama la asociación del amor con la virtud del alma, el manifiesto de la “moderna” escuela. En los versos siguientes, Guinizelli descalifica a Gerardo de Bornell, poeta de Limoge, y a Guittone d’Arezzo, después de señalar al miglior fabbro del parlar materno, el poeta provenzal Arnaut Daniel, muerto un siglo antes. Donde se entiende que aquel “parlar materno” es, en general, la lengua vulgar en la que escribieron los trovadores y los poetas del siglo XIII en Italia.

**** En provenzal en el original. La versión de los comentaristas en italiano permite esbozar esta: Tanto me place vuestra cortés demanda / que no puedo ni quiero a vos celarme. / Yo soy Arnaut, que lloro y voy cantando; / miro afligido la locura pasada / y la dicha que espero veo ya, delante. / Te ruego ahora por aquel valor / que te guía al sumo de la escala, / recuerdes atemperar a su tiempo mi dolor.

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