Publicado el 1 de octubre
pasado por el Administrador de este blog en la sección Cultura del diario
digital InfoBAE, el presente artículo recomienda seis ensayos recientemente
distribuidos en la Argentina. Se trata de traducciones y de un libro sobre la
traducción.
Seis ensayos que vale la pena leer
Una de las cosas buenas de
ya casi no leer novelas (o, al menos, novelas nuevas) es el tiempo que uno
tiene para leer ensayos. Y en este sentido, éste está siendo un año excelente
por la cantidad y variedad de libros publicados, cuyos temas y desarrollos, si
se me permite decirlo así, superan con creces las posibilidades de la ficción.
A la cabeza de todo lo
publicado en 2018, hay un libro extraordinario escrito por el prolífico poeta y
ensayista británico Al Alvarez (Londres,
1922). Se trata de Night. An Exploracion of Night Life, Night Language, Sleep and Dreams
(1994; originariamente traducido en 1996 como La noche. Una exploración de
la vida nocturna, el lenguaje de la noche, el sueño y los sueños, por
Marcelo Cohen, para la editorial Norma, de Colombia, ahora reeditado por Fiordo,
Buenos Aires, 2018). Si le sirve de referencia al lector, John Le Carré, J.M.
Coetzee, Johbn Banville y Philip Roth y Robert Stone han coincidido en señalar
que se trata de un volumen excepcional. En él se recorren todos los aspectos
imaginables que se vinculan con la noche: nuestro miedo inmemorial a la
oscuridad, la forma en la que la hemos ido arrinconando a través del tiempo, la
conquista de la noche a través de la luz artificial, los sueños y cómo
transcurrieron a lo largo de los siglos, la noche de los escritores, la de la
policía, los animales nocturnos, etc. La prosa de Álvarez –magníficamente
rescatada por Cohen– es sencillamente deslumbrante. La sencillez de sus
argumentos, siempre basados en documentación precisa o en la propia
experiencia, justifica los elogios. Se trata de un libro que hay que correr a
comprar y leer, y esperar a que alguien continúe publicando los otros ensayos
de Alvarez.
Luego, entre las distintas
especies ensayísticas poco frecuentadas por los escritores del mundo hispánico,
se encuentra la literatura de la naturaleza y de viajes. De larga prosapia en
el mundo anglosajón, uno de sus últimos y más interesantes representantes es el
inglés Robert Macfarlane (Oxford,
1976), auténtica referencia en su país. Macfarlane estudió en Pembroke College,
Cambridge, y en Magdalen College, Oxford, y actualmente es becario en inglés en
el Emmanuel College, Cambridge. Entre sus libros más destacados se cuentan
varios que se ocupan específicamente del paisaje natural: Mountains of the Mind (2003; traducido por Concha Ardeñoso Sáenz de
Miera como Las montañas de la mente, Alba, Barcelona, 2003), por ejemplo,
examina nuestra relación con las montañas y lo que generan en nuestra
imaginación; por su parte, The Wild
Places (2007; traducido por Catalina Martínez Muñoz como Naturaleza
virgen, Barcelona, Alba, 2008) es una crónica de experiencias en zonas
remotas, principalmente de Escocia e Irlanda. Ahora acaba de ser distribuido en
toda Latinoamérica, The Old Ways
(2012; traducido como Las viejas sendas, por Juan de Dios
León Gómez y con introducción de Miguel Ángel Blanco, Valencia, Pre-Textos,
2017). Si bien los tres libros, en opinión del autor, conforman algo así como una “trilogía imprecisa sobre el
paisaje y el corazón humano”, éste último le ha valido unánimes elogios de
escritores como John Banville, Andrew Motion o John Gray, entre otros. Adam
Nicholson se ocupó en su momento de reseñarlo para The Telegraph. Allí decía: “Este no es un libro sobre la historia
del caminar ni del movimiento centrífugo, sino algo conscientemente establecido
mucho más alto que eso: una secuencia de 16 largas meditaciones sobre el lugar que
ocupa la caminata en la conciencia humana, cada una en un tramo diferente del
mundo, brillantemente realizado.” Como en el caso del paleontólogo Stephen Jay
Gould o del psiquiatra Oliver Sacks, acá no sólo cuenta el conocimiento y la
reflexión, sino, sobre todo, la calidad de la escritura.
Las mismas características
pueden encontrarse en Wunderlust. A History of Walking
(2001; traducido como Wanderlust. Una
historia del caminar, Hueders, Santiago de
Chile, 2016) de la ensayista estadouniense Rebecca
Solnit (Bridgeport, Connecticut, 1961), quien, a lo largo de su dilatada
carrera, ha publicado ensayos sobre el medio ambiente, la política, los lugares
y el arte. El volumen, distribuido a fines del año pasado entre nosotros, se
estructura a partir de una serie de preguntas: ¿desde cuándo caminamos? ¿Somos
todos iguales al caminar? ¿Se podría caminar más? ¿Qué implicancia tiene
hacerlo de día o de noche? ¿Cambia el sentido si quien camina es una mujer, o
si se camina en grupo? Las respuestas vienen desde diversos campos: la filosofía, la política, la
biología humana y, fundamentalmente, la literatura. Y hay de todo: desde las
peregrinaciones religiosas hasta las rondas de las prostitutas, pasando por las
excursiones turísticas, las marchas políticas y los desafíos deportivos. La
lectura es amena y, para los caminantes, este es un libro de lectura
obligatoria.
Jean Starobinski (Ginebra,
Suiza, 1920) es un historiador de las ideas y un crítico literario poseedor de
una merecida fama internacional. De su vastísima obra, importa destacar
acá que fue uno de los iniciadores en la segunda mitad del siglo XX de los
estudios médico-culturales sobre la melancolía, que sólo concluyó en 2012. A
este respecto, su trabajo sobre este tema específico fue dado a conocer a
través de diversas obras; entre otras, Histoire
du traitement de la mélancolie, des origines à 1900 (Basilea, Geigy,
1960), La mélancolie au
miroir. Trois lectures de Baudelaire (París,
Julliard, 1989), y L'encre de la
mélancolie, (París, Seuil, 2012). Esta última obra, publicada como La
tinta de la melancolía, fue traducida por el editor y traductor
mexicano Alejandro Merlin (Durango, 1988) y revisada por traductor y revisor
Fausto José Trejo, para su publicación en el Fondo de Cultura Económica, de
México, en 2017, y sólo recientemente acaba de ser distribuida en Argentina,
Chile y Uruguay. Se trata, a no dudarlo, de un trabajo mayor de uno de los
mayores críticos que nos legó el siglo XX y probablemente sea uno de los más
importantes libros que circulen en Latinoamérica este año. El libro, como se
entenderá, recopila medio siglo de investigaciones relacionadas con el tema de
la melancolía, desde su aspecto clínico y su evolución histórica hasta su
relación con la literatura. Starobinski rastrea los orígenes del tratamiento
clínico de la melancolía y examina el concepto en cada una de sus mutaciones:
enfermedad, esencia creativa o explosión del ingenio pesimista. Su análisis
abarca los trabajos de Robert Burton y Søren Kierkegaard, el diagnóstico de la
crisis que sufría Van Gogh, el spleen de
Baudelaire y el relato de la destrucción de Troya, entre otros temas.
Y
ya que mencionamos a Baudelaire, tal vez valga la pena mencionar en esta muy
apretada síntesis, Le siecle de Baudelaire (2014), un volumen del poeta, traductor y crítico francés Yves Bonnefoy (Tours, 1923- París,
2016), que, traducido como El siglo de Baudelaire por Carlos
Riccardo y editado por el Fondo de Cultura Económica, acaba de ser distribuido en
la Argentina. Se trata, en principio, de una serie de artículos publicados en
diversos medios entre 1995 y 2013, que tienen como eje la herencia que
Baudelaire y su siglo legaron a los poetas subsiguientes; esto es el
descreimiento, la pérdida de religiosidad y la consiguiente banalización de las
formas tradicionales de la fe, buscando una trascendencia al margen de la idea
de “Dios”. “Baudelaire –anota Bonnefoy– se plantea la pregunta por la
existencia de Dios, pero debe resignarse a comprender, al menos en momentos que
están en el centro de su atención, que no cree. Ocurrirá lo mismo, de manera
más resuelta, pero no por eso más radical, con Mallarmé, con Rimbaud”. Los diez
capítulos que ocupan este libro
–algunos
de los cuales fueron meras conferencias, participaciones en coloquios o
artículos de revistas– tienen por objeto a Baudelaire, a Stéphane Mallarmé, a
Jules Laforgue, a Paul Valéry y a Hugo von Hofmannsthal. Hay que decir que la
naturaleza abstracta de la lectura se ve por momentos aun más oscurecida por la
traducción, acaso demasiado pegada al original.
Para
terminar, en el año del bicentenario del nacimiento de Karl Marx, no podía
faltar un ensayo que le estuviese dedicado. Sin embargo, vale la pena destacar
un libro que se ocupa menos del pensador alemán que desde su obra, y menos
desde la teoría política y económica que desde la historia de sus traducciones
al castellano. Se trata de La biblia del
proletariado. Traductores y editores de El Capital (Siglo XXI, Buenos
Aires, 2018), un esplendido ensayo de Horacio
Tarcus (Buenos Aires, 1955) que
se ocupa minuciosamente de rastrear el contexto y la trayectoria de quienes tradujeron ese
libro trascendente y de quienes lo editaron en todo el mundo hispanohablante.
Por sus páginas pasan Juan B. Justo, Manuel Pedroso, Wenceslao Roces y Pedro
Scaron, así como las versiones de referencia sobre las que cada uno de ellos
trabajó.
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