Jorge
Aulicino, que próximamente publicará su traducción corregida de la Divina Comedia en la editorial chilena
LOM, sigue leyendo y releyendo esa obra, buscando afinar cada vez más su versión.
Aquí se detiene en una mención que, inspirado en Dante, volvió a utilizar T.S.
Eliot para homenajear a su amigo Ezra Pound.
La famosa
cuestión de il miglior fabbro
El
elogio al poeta provenzal Arnaut Daniel que Dante pone en boca de su maestro
Guido Guinizelli en el canto XXVI del Purgatorio fue citado por T.S. Eliot en
homenaje a Ezra Pound, lector y admirador a su vez de Arnaut y de Dante. Desde
entonces, se hizo famoso. En general se lo traduce como “el mejor artesano”,
dulcificación o figura más propia de los traductores que de Dante. Pues
artesano en el italiano actual suele decirse artigiano, mientras que fabbro
significa más concretamente herrero. Se reserva su significado de artífice para
el lenguaje literario: il fabbro dell’universo.
Es dudoso, para mí, que Dante haya fundado esa acepción. Escribía en una lengua
sin antecedentes literarios y debía saber que la primera lectura que harían sus
contemporáneos sería literal. Esto es, que leerían, de arranque, herrero y no
artífice o artesano, para percibir luego su valor metafórico (de esto se trata
la imagen en poesía, tan bien percibida por Dante: la proyección de la idea
abstracta –o de la complejidad de un pensamiento– en lo concreto). La profesión
de herrero era altamente valorada en la Edad Media, sobre todo porque el
herrero era quien forjaba las armas y las herramientas, y no solo el que fundía
las herraduras de los caballos. Dante debió pensar sin duda en un herrero y no
en cualquier artesano para destacar el valor del trabajo de Arnaut. De modo que
la tradición, y no Alighieri, seguramente hicieron de la palabra fabbro una metáfora general del creador.
Las traducciones suelen seguir ese rumbo. Me parece, con todo, más acorde con
el espíritu popular y material de Dante traducir herrero.
La
Real Academia de la Lengua Española admite hasta hoy “fabro”, en castellano,
como artífice, y ese fue el término, en desuso según la RAE, que eligió a su
vez Battistessa para su traducción, con lo que encontró el modo de darle a la
palabra un valor figurado superior y abstracto, manteniendo el sonido.
Para
que se entendiera la contundencia de la figura, Dante –creo yo– pensó en un
herrero, y en que sus contemporáneos verían en él la mejor figura concreta y
cotidiana que podía representar el arte de Arnaut. Por otro lado, el contexto
es este:
(...)
“¡Feliz
tú, que de nuestras comarcas”,
recomenzó
el que primero preguntara,
“para
morir mejor, ganas sapiencia!
“La
gente que no va con nosotros ofendía
con
lo que ya al César, triunfando,
‘reina’
le costó que le gritaran; **
“por
eso se van ‘Sodoma’ clamando,
reprobándose,
como lo has oído,
y
ayudan al ardor avergonzándose.
“Fue
nuestro pecado hermafrodítico,
y
puesto que no honramos ley humana,
como
bestias siguiendo el apetito,
“en
nuestro oprobio al partir decimos,
como
se lee, el nombre de aquella
que
embruteció entre brutos leños.
“Ahora
sabes de nuestros actos y pecados:
si
saber quieres los nombres que tenemos,
no
los sabría, ni es tiempo de decirlos.
“Saber
el mío te haré quererlo menos:
soy
Guido Guinizelli, y aquí me purgo ***
por
haberme dolido ante el extremo”.
Cual
en la tristeza de Licurgo
corrieron
los hijos a ver la madre,
tal
hice yo, pero con menos ansia,
cuando
lo oí nombrarse al padre
mío
y de otros que mejor usaron
rimas
de amor dulces y gallardas;
y
sin oír ni decir, anduve pensativo
un
largo trecho, contemplándolo,
separado
de él por aquel fuego.
Luego
que me complací en mirarlo,
me
ofrecí enteramente a su servicio,
con
la firmeza de seguro juramento.
Y
él me dijo: “Dejas tal vestigio,
por
lo que oigo, en mí, y tan claro,
que
el Leteo no podrá quitármelo.
“Pero
si tus palabras de verdad juraron,
dime
por qué razón tanto demuestras,
en
el mirar y el decir, que te soy caro”.
Y
yo: “Por los dulces dichos tuyos,
que,
cuanto dure el decir moderno,
harán
queridos todos tus escritos”.
“Oh
hermano”, dijo, “este que te muestro
con
el dedo”, y señaló un espíritu delante,
“fue
el mejor herrero del hablar materno.
“Versos
de amor y prosas de romances
las
hizo todas; y deja hablar a los estúpidos
que
aquel de Lemosín creen que lo vence.
“A
voces, más que a verdad, alzan el rostro,
y
se afirman así en sus opiniones,
sin
escuchar bien arte o comentarios.
“Así
lo mismo hicieron con Guittone,
de
grito en grito por él alzando el precio,
hasta
que la verdad de muchos los venciese.
“Ahora,
si tienes tan amplio privilegio,
que
es lícito para ti llegar al Claustro
en
el que es Cristo abad de aquel colegio,
“reza
por mí, ante él, un Padrenuestro,
que
tanto hace falta en este mundo,
donde
el poder de pecar ya no tenemos”.
Luego,
tal vez por dar sitio a un segundo
que
había llegado, se perdió en el fuego,
como
el pez en agua se va al fondo.
Me
adelanté un poco al señalado
y
dije que mi deseo a su nombre
preparaba
gracioso acogimiento.
El
comenzó diciendo libremente:
“Tan
m’abellis vostre cortes deman, ****
qu’ieu
no me puesc ni voill a vos cobrire.
“Ieu sui Arnaut, que plor e vau cantan;
consiros
vei la passada folor,
e
vei jausen lo joi qu’esper, denan.
“Ara
vos prec, per aquella valor
que
vos guida al som de l’escalina,
sovenha vos a temps de ma dolor!”.
Y
se ocultó en el fuego que refina.
Dante
Alighieri, Purg. 26
Versión
Jorge Aulicino
**
Suetonio refiere que, triunfador en las Galias, César oyó que algunos soldados
lo llamaban “reina” por supuestas relaciones carnales con el rey de Bitinia, en
su juventud.
***
Guinizelli, padre adoptado del dolce stil
nuovo, nació en Boloña hacia 1230 y murió en 1276, en Padua. Participó,
como Dante, de la vida política, aunque del lado de los gibelinos. Los
florentinos consideraron su canción Al
cor gentil rempaira sempre amore, en la que proclama la asociación del amor
con la virtud del alma, el manifiesto de la “moderna” escuela. En los versos
siguientes, Guinizelli descalifica a Gerardo de Bornell, poeta de Limoge, y a
Guittone d’Arezzo, después de señalar al miglior
fabbro del parlar materno, el poeta provenzal Arnaut Daniel, muerto un
siglo antes. Donde se entiende que aquel “parlar materno” es, en general, la
lengua vulgar en la que escribieron los trovadores y los poetas del siglo XIII
en Italia.
****
En provenzal en el original. La versión de los comentaristas en italiano permite
esbozar esta: Tanto me place vuestra
cortés demanda / que no puedo ni quiero a vos celarme. / Yo soy Arnaut, que
lloro y voy cantando; / miro afligido la locura pasada / y la dicha que espero
veo ya, delante. / Te ruego ahora por aquel valor / que te guía al sumo de la
escala, / recuerdes atemperar a su tiempo mi dolor.
Muchas gracias por la información muy útil. Saludos.
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