“El nuevo libro de Andrés
Neuman, Barbarismos, es un
irreverente diccionario en el que se replantea radicalmente el idioma español”,
dice la bajada de la nota publicada en Excelsior,
de México, el 31 de mayo pasado.
“A España le queda grande
el español”
Para el escritor argentino Andrés
Neuman, el español es ese “idioma que le queda grande a España”, y Europa es un
“continente separado por la misma moneda”.
Ambas definiciones pertenecen
a su nuevo libro, Barbarismos, un irreverente
diccionario en el que se replantea “radicalmente el lenguaje”.
Este libro “puede leerse como
homenaje, y a la vez como sátira, de los diccionarios. Contiene el mismo amor
por las palabras que un diccionario clásico, pero con la vocación traviesa de
cuestionar la institucionalización del lenguaje, la aspiración museística de
centralizarlo”, afirma el escritor en entrevista.
Neuman (Buenos Aires, 1977)
acaba de pasar una temporada en Estados Unidos, donde presentó la traducción al
inglés de su novela Hablar solos y
dio clases en varias universidades; asimismo viajó a Gran Bretaña para
participar en el Hay Festival de Gales.
Asegura que regresa cansado a
España, el país en el que reside desde los 14 años, pero contento y dispuesto a
promover sus Barbarismos (Páginas
de Espuma), un libro en el que propone “una reinterpretación un tanto salvaje
de la norma lingüística y contradice bárbaramente ciertos eufemismos de la
corrección política”, señala el escritor.
Abundan las definiciones en
las que el autor de Bariloche o El viajero del siglolanza dardos
ácidos contra los sistemas políticos y las instituciones, pero siempre desde
“la autosátira”. “Todos participamos en mayor o menor medida de la barbarie”,
dice Neumann.
Como ejemplos de esos dardos,
pueden valer estas entradas: “Democracia: derecho de todos a elegir el bien de
unos pocos”; “Izquierda: ideología política que parece irreconocible hasta que
gobierna la derecha”; “Monarquía: sistema que garantiza la igualdad entre todos
sus vasallos”.
“Presidente: individuo elegido
entre los diversos candidatos que no representan a sus electores”, es otra de
las definiciones de este “intrépido aventurero del logos” que es Neuman, en
opinión del escritor José María Merino, prologuista del libro.
El ingenio, la poesía, el
humor y la ironía impregnan muchas de las entradas de Barbarismos, un provocador
diccionario en el que Neuman demuestra su facilidad para los aforismos y
redefine las palabras.
“Hay algo fascinante y
fundacional, sutilmente primitivo, en la palabra literaria, que es la posibilidad
de replantearse radicalmente el lenguaje, vocablo por vocablo, como hacen los
niños o la poesía”, considera Neuman, que refleja su amor por la lectura y la
escritura en muchas definiciones.
“Biblioteca: muchedumbre que
espera su turno de palabra”. “Escritor: individuo que fracasa en el intento de
ser exclusivamente lector”. “Libro: Soledad plural”. “Poeta: extranjero de su
lengua materna”.
En este singular diccionario,
que amplía y revisa el glosario que el autor publicó en el suplemento cultural
del periódico ABC, también está presente la
nueva realidad digital con definiciones como las de “Facebook: sistema
inmejorable de espionaje en que los vigilados colaboran activamente con sus
vigilantes” y la de “Internet: éter superpoblado”.
Este escritor, que fue
seleccionado por la revista británica Granta entre los mejores narradores jóvenes
en español y que ha merecido premios como el Nacional de la Crítica , el Alfaguara de
novela y el Hiperión, se pasa media vida viajando y reconoce que ese trajín puede
afectar el proceso de escritura.
“Cambiar de lugar, hora e
idioma te dificulta escribir, pero propicia algo tan o más importante:
distanciarse de lo escrito, cambiar de opinión, sentirse un poco más extranjero
que de costumbre. La costumbre también es una nacionalidad. Y bastante
peligrosa, porque te impide imaginarte siendo otro, que es una de las funciones
más subversivas de la escritura”, afirma el narrador.
La definición de “argentino”
(“extranjero específico”) refleja a la perfección cómo se siente Neuman, “con
familia y memoria en ambas orillas” del océano Atlántico y acostumbrado a
observar a cada uno de sus países “desde el otro”.
“Eso genera dos identidades,
pero también dos extranjerías. Incluso tengo dos acentos, que me resultan
naturales porque ambos fueron adoptados en la infancia. Así que me siento un
poco anfibio. Mi madre nació en Buenos Aires y murió en Granada. ¿Cómo vas a
elegir entre la cuna y la tumba de tu madre?”, señala.
El humor es para Neumann “una
manera de transgredir los límites socialmente aceptados y tiene, por tanto,
cierta vocación crítica. Su efecto ideal sería pensar riendo”.
Y ese humor invade las páginas
de Barbarismos, como lo demuestra,
por ejemplo, la definición de “Gilipollas: célebre insulto que murió al ser
admitido por la Real
Academia de la
Lengua ”.
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