Una
buena manera de empezar este nuevo año del Club
de Traductores Literarios de Buenos Aires es con sendos artículos de la
traductora española María José Furió,
oportunamente publicados en El Trujamán, en diciembre del año pasado. El
primero, para mayores datos, fue subido el 1 de ese mes.
Alegorías de la traducción (1):
El cuerpo esclavo como texto
Con la
emergencia de los estudios poscoloniales, una de las corrientes más
interesantes de pensamiento surgidas recientemente se refiere al diálogo
Sur-Sur, con la introducción de la llamada «World
Literature». Uno de los
estudios más sugestivos sobre el tema que he descubierto es un trabajo
universitario—«The Captives are Translated,
Attached at the Wrists». A study of Antillean Identities in the works of
Édouard Glissant, Maryse Condé and Patrick Chamoiseau, de Amy Wawn, que propone un bien urdido análisis desde
la premisa del cuerpo del esclavo como texto trasladado-traducido— desde África
a los territorios americanos y desarrolla una analogía coherente entre las
distintas fases de la traducción y las del viaje, el período de esclavitud y,
por fin, la liberación del esclavo en sus variadas formas. El cuerpo como texto
extranjero, texto extraño y extrañado, resistente a su traducción, es decir a su
translación al nuevo idioma, el del sometimiento y la esclavitud, el de la
pérdida de la identidad original y de los propios rasgos culturales.
Wawn reflexiona sobre la pervivencia de la cultura oral
africana en una tradición literaria nueva, contemporánea, la de escritores
antillanos que por primera vez abordan el tema de la trata y la esclavitud de
sus antepasados, en los idiomas del colono —inglés, francés, portugués,
español—, centrándose en los mencionados Patrick Chamoiseau, Édouard Glissant y
Maryse Condé.
Arranca del concepto, muy familiar en África, de la
Travesía Intermedia (Middle Passage), el triángulo dibujado por la navegación comercial entre Europa,
África y las Américas y el Caribe. Los barcos negreros salían de Europa y en la
costa oriental de África obtenían esclavos a cambio de productos manufacturados
europeos. Los esclavos eran trasladados en condiciones infrahumanas hasta las
colonias americanas, donde eran vendidos a cambio de productos tropicales,
fruto del trabajo esclavo, principalmente en las plantaciones de azúcar.
La Travesía intermedia, dice, puede entenderse como un
acto de «traslación», de «traducción forzada», tanto en sentido físico como
metafórico, de las identidades africanas a través del océano Atlántico. «El
acto de traslación conlleva tanto una traslación literal de significado o
sentido de una lengua a otra, como una transferencia, o incluso una
transformación, de objetos físicos, conocimiento, cultura e historia —también
de seres humanos— desde una “forma” lingüística, ideológica o física a otra».
La migración forzada de cerca de trece millones de
personas desde África para ser esclavizadas implica el traslado de sus
historias y de su personal noción del pasado desde la tradición oral a la
narrativa histórica escrita de los colonizadores.
La resistencia de los esclavos a su nueva condición
adoptó formas como el cimarronaje —o fuga al bosque, a menudo en solitario—, la décharge, un calambre nervioso que afectaba a todo el
cuerpo, el silencio o el grito. Esta resistencia ha de considerarse en paralelo
a la constante resistencia que opone la historia y la tradición oral antillanas
a su traslación a la narrativa histórica escrita por Occidente, las llamadas
«narrativas vigentes». El reto que tiene ante sí el escritor antillano créole es la imperativa necesidad de trasladar la
cultura ancestral desde su forma oral a la escritura literaria, en el «idioma
opresor del colonizador»; urge hacerlo para evitar que la historia de millones
de esclavos y de sus descendientes se pierda definitivamente por falta de
registros y archivos. En la tradición francesa se echaría en falta una voz de
esclavo —no así en la tradición española, donde tenemos a J.
F. Manzano, el esclavo-poeta, y al cimarrón Esteban Montejo, voz
transcrita por Miguel Barnet—. Lo dijo Walter Benjamin: toda historia del
pasado que no sea reconocida por el presente corre el riesgo de desaparecer de
modo irreparable. Recrear y apropiarse de su historia es el medio que los
antillanos tienen para desarticular unas relaciones desiguales condicionadas
por cuatro siglos de esclavitud.
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