lunes, 30 de septiembre de 2019

Por qué no hay que usar el Diccionario de la Real Academia, prejuicioso, racista y mal redactado (17)


Hace 17 semanas que todos los lunes el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires sube una columna desaconsejando el uso del Diccionario de la Real Academia Española por prejuicioso, racista y mal redactado. Así, cada una de estas calificaciones ha sido demostrada palmariamente en más de una ocasión. En la entrada de hoy vamos a imaginar, por un momento, que el prejuicio no es tal, que el racismo no existe, pero, helas, resulta imposible obviar la mala redacción. ¿Es el resultado de una dificultad para sintetizar, acaso fruto de una educación deficiente? ¿Tiene sentido seguir culpando de ello al franquismo, que en España, al menos por lo que se lee en los diarios, sigue existiendo? ¿Cuarenta años de dictadura le hacen eso a la gente? No es éste el lugar para discernir estas cuestiones, pero sí para ver qué han hecho otros diccionarios a la hora de definir “feminismo” y qué ha hecho el DRAE.

El diccionario estadounidense de la editorial Merrian Webster define “feminismo” como:

1: the theory of the political, economic, and social equality of the sexes
2: organized activity on behalf of women's rights and interests

[1: La  teoría política, económica y social de la igualdad de los sexos.]
[2: Actividad organizada en nombre de los derechos e intereses de las mujeres]

Si uno no se sintiera a gusto, podría entonces consultar el Oxford English Dictionary (OED), que es el principal diccionario histórico del idioma inglés, publicado por Oxford University Press (OUP). Allí se lee que “feminismo” es:

The advocacy of women's rights on the ground of the equality of the sexes.

[La defensa de los derechos de las mujeres sobre la base de la igualdad de los sexos.]

E inmediatamente se aclara:

The issue of rights for women first became prominent during the French and American revolutions in the late 18th century. In Britain it was not until the emergence of the suffragette movement in the late 19th century that there was significant political change. A ‘second wave’ of feminism arose in the 1960s, with an emphasis on unity and sisterhood; seminal figures included Betty Friedan and Germaine Greer. A ‘third wave’ was identified in the late 1980s and 1990s, as a reaction against the perceived lack of focus on class and race issues in earlier movements.

[La cuestión de los derechos de la mujer se hizo prominente durante las revoluciones francesa y estadounidense a fines del siglo XVIII. En Gran Bretaña, no fue sino hasta la aparición del movimiento sufragista a fines del siglo XIX que hubo un cambio político significativo. Una “segunda ola” de feminismo surgió en la década de 1960, con énfasis en la unidad y la hermandad; las figuras fundamentales incluyeron a Betty Friedan y Germaine Greer. Se identificó una “tercera ola” a fines de los años ochenta y noventa, como una reacción contra la percepción de falta de enfoque en los problemas de clase y raza en los movimientos anteriores.]

Habrá seguramente quien, con un cacho de butifarra en la boca, diga: “Hombre, eso no es una definición”. Y probablemente tenga razón, pero a todo el que lea ese párrafo le quedará seguramente en claro algo que en las meras definiciones no se encuentra.

Supongamos por un momento que, animados por la justicia, contempláramos la objeción del baturro de la butifarra y busquemos algo más parecido a esa definición requerida. No hay que ir muy lejos: con más detalle y mayor síntesis que en el caso anterior, el diccionario del CNRTL (Centre National de Ressources Textuelles et Lexicales) define “feminismo” como:

Mouvement social qui a pour objet l'émancipation de la femme, l'extension de ses droits en vue d'égaliser son statut avec celui de l'homme, en particulier dans le domaine juridique, politique, économique; doctrine, idéologie correspondante.

[“Movimiento social que tiene por objeto la emancipación de la mujer, la extensión de sus derechos con vías a igualar su estatus con el del hombre, en particular en el dominio jurídico, político, económico; doctrina, ideología correspondiente.”]

Ahora bien, que nadie vaya a pensar que la Real Academia Española y su DRAE no están actualizados. En la edición de 1970, la palabra “feminismo” ya se definía en estos términos:

feminismo
(Del lat. femĭna 'mujer')
Doctrina social favorable a la condición de la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados hasta ahora a los hombres.

Con todo, andando el tiempo, alguien habrá pensado que eso de “favorable a la condición de la mujer” no estaba del todo bien, sobre todo porque no se aclara cuál era esa condición. Luego, decir la doctrina “concede capacidad y derechos reservados hasta ahora a los hombres” está casi peor. Tal vez por eso, los académicos hicieron el gasto de ponerse a pensar y en la edición del DRAE del Tricentenario (Actualización 2018), dicen esto:

feminismo
Del fr. féminisme, y este del lat. femĭna 'mujer' y el fr. -isme '-ismo'.
1. m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.
2. m. Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo.

Comparativamente, la primera acepción es incompleta y revela, una vez más, las dificultades que tienen los lexicógrafos españoles a la hora de sintetizar una idea medianamente compleja.

En cambio, la segunda definición es tautológica, palabra que el DRAE define como “Perteneciente o relativo a la  tautología.” Si quisiéramos despejar dudas sobre qué es una “tautología”, el DRAE nos recuerda que, se define así:

tautología
Del gr. ταυτολογία tautología, de ταὐτό tautó 'lo mismo' y -λογία -logía 'acción de decir'.
1.f. Ret. Acumulación reiterativa de un significado ya aportado desde el primer término de una enunciación, como en persona humana.

2. f. despect. Repetición inútil y viciosa.

Esperamos que lo de la “repetición inútil y viciosa” no se refiera ni a la manera de definir, ni a la vida privada de los académicos, aunque viendo cómo definen, quién sabe, ¿no?

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