lunes, 16 de septiembre de 2019

Por qué no hay que usar el Diccionario de la Real Academia, prejuicioso, racista y mal redactado (16)


Esta semana vamos a hablar de “sexo”, palabra que ya no define la sexualidad porque, aunque los académicos no se enteren, ateniéndose apenas a la genitalidad, poco a poco está siendo reemplazada por la más abarcativa “género”. El DRAE define “sexo” en estos términos:

sexo
Del lat. sexus.
1. m. Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas.

2. m. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. Sexo masculino, femenino.

3. m. Órganos sexuales.

4. m. Actividad sexual. Está obsesionado con el sexo.

Luego, atento al gracejo que lo caracteriza, el DRAE se descuelga con lindezas de locutor:

bello sexo
1. m. sexo débil.

sexo débil
1. m. Conjunto de las mujeres. U. con intención despect. o discriminatoria.

sexo feo
1. m. sexo fuerte.

sexo fuerte
1. m. Conjunto de los varones. U. en sent. irónico.

Y uno se pregunta si insistir con eso de “bello sexo”, que inmediatamente se define como “sexo débil”, que a su vez, se advierte que es despectivo o discriminatorio, no está un tanto de más. Sobre todo porque, a pesar de existir una expresión similar (“fair sex”) el diccionario Merriam-Webster tiene el buen gusto de omitirla. Otros diccionarios ingleses nombran la expresión, señalándo que es anticuada. En cuanto a los diccionarios franceses, como el Larousse o el Robert mencionan “sexe faible” como forma obsoleta. Para el DRAE, al menos hasta 1970, la expresión no tenía nada de ofensivo y sólo por las protestas de las mujeres, se ha agregado recientemente su condición de expresión despectiva o discriminatoria. Luego, lo del sentido irónico de la expresión “sexo fuerte” es prácticamente un chiste (cfr. Arturo Pérez Reverte).

Ahora bien, si España atrasa en su manera de definir, ¿toda la lengua tiene que tolerarlo? ¿No será mucho?

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