miércoles, 19 de mayo de 2010

Una encuesta para editores (I) Djament/ Slachevsky/ Sesé

Entre el 24 de marzo y el 5 de abril de presente año, el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires realizó una encuesta entre 29 escritores de lengua castellana procedentes de la Argentina, Colombia, Chile, España, México, Perú, Venezuela y Uruguay, preguntándoles por sus puntos de vista a la hora de juzgar una traducción.

Con el mismo espíritu, pero tratando en esta oportunidad de que los traductores puedan leer y acaso comprender las razones de los editores para poder discutirlas, comienza hoy otra encuesta. Se trata de tres preguntas, formuladas a editores de editoriales que traducen y que, en consecuencia, tratan con traductores y traducciones. Quienes responden son propietarios de sellos, editores generales, editores rasos y responsables del departamento de traducción. Se ha buscado representar el mayor espectro posible para cada país, por lo que la encuesta les fue enviada tanto a las grandes empresas multinacionales como a las medianas y pequeñas editoriales. Por muy diversas razones –algunas confesadas y otras no–, el porcentaje de quienes respondieron es relativamente bajo. Alcanza, no obstante, para fijar tendencias, conocer usos y costumbres, y saber en algunos casos cuánto se paga y por qué. Es esperable, entonces, que esos datos ayuden a fomentar un diálogo y, llegado el caso, a acercar posiciones.

El Administrador de este blog quiere dejar constancia de la ayuda prestada para la realización de este trabajo por Gabriela Adamo (Argentina), Ramón Cote (Colombia), Juan Gabriel López Guix y Andrés Ehrenhaus (España), Pedro Serrano (México) y Gustavo Valle (Venezuela)

Tres preguntas para una encuesta

1. ¿Cómo elige a sus traductores? ¿Cuáles son los criterios de selección?

2. ¿En base a qué cálculo se les paga? ¿Le parece que la remuneración que estos reciben es justa?

3. ¿En qué medida la edición posterior considera a los lectores de uno y otro lado del océano?


Eterna Cadencia
Leonora Djament
Cargo que ocupa: directora editorial desde 2007.
Experiencia profesional: 15 años en el sector; previamente trabajo en Alfaguara y fue directora editorial de la filial argentina de Norma.

1) Intentamos elegir un traductor particular para cada libro. No es lo mismo traducir los libros de ensayo de nuestra colección de música (pronta a salir) que un libro de literatura alemana reciente o un libro de filosofía analítica. El traductor debe poder nadar más o menos cómodamente en las aguas que le toque y, ojalá, tener cierta afinidad o interés en el tema. Muchas veces, son los propios traductores los que proponen libros a ser traducidos y, en ese caso, el entusiasmo por el libro está casi asegurado.

2) La remuneración de los traductores no es justa como no es del todo justa la paga de ninguno de las personas involucradas en el hacer de un libro (por no hablar de otras actividades). Las tarifas de traducción se calculan en base a un tarifario calculado por millar de palabras, que se actualiza cuando es necesario, que es más o menos el que se usa en el sector editorial en este momento, y que varía dependiendo de la dificultad, extensión y otros aspectos de cada libro.

3) Los lectores de ambos lados del Atlántico son tenidos en cuenta en todo momento: desde la compra de los derechos del libro, en el momento de la traducción y en el momento de la edición posterior. Se trata en cada caso, siempre pensado de manera absolutamente particular, de encontrar un tono, un ritmo, un vocabulario, que imite, que mime, al del original y que a su vez contemple las posibilidades de comprensión -o de extrañamiento- en cada uno de los países de habla hispana. Esto siempre recordando que lo que se traduce está traducido, es lengua traducida y eso no debe olvidarse. Hay como un resto que tiene que quedar siempre como resto.


LOM Ediciones
Paulo Slachevsky

Cargo que ocupa: director editorial desde 1990.

1) Como criterios de selecciones buscamos que maneje la disciplina o temática, o mejor aún, que conozca la obra del autor que ha de traducir..Los mecanismos de contacto han sido fundamentalmente la selección de a- personas cercana al equipo editorial, b- traductor que se ha acercado a la editorial, c) recomendación del autor para la traducción de su texto.

2) Nos parece que la traducción es una labor que no se paga correctamente, sobre todo considerando la dedicación y capacidades necesarias para realizarlo correctamente. Pero ello se vincula con la realidad del mundo del libro, el país en que traduce, el contexto. Si uno considera que por la traducción en general se reserva el 3 o 4% de los derechos de autor, y las ventas de parte importante de los libros traducidos por editoriales independientes está por debajo de los mil ejemplares, el traductor recibe mucho mas de ese porcentaje y muchas veces más que el mismo autor. En ese sentido, es muy difícil encontrar por la vía de la publicación del libro el financiamiento al trabajo el traductor, limitando las posibilidades de traducciones y el justo pago. La base de calculo que hemos usado nosotros se construyo a través de consultas a editoriales similares en otros países de cuánto y cómo pagan ( México, Argentina, Uruguay y España) y se llego a una valor por carácter. También usamos como referencia una escala de valores que acordaron traductores y editores en Alemania.

3) Se busca que sea un español lo más universal posible; es decir, hay estar muy consciente de los localismos y evitarlos.


Ediciones Destino
Silvia Sesé
Cargo que ocupa: editora a cargo del programa de ficción de Ediciones Destino desde marzo de 2007.
Experiencia profesional: anteriormente había sido responsable editorial de Círculo de Lectores.

1) Normalmente, los que elegimos son traductores con los que llevamos un tiempo trabajando, así que conocemos bien metodología y nivel. En el caso de nuevos traductores, solemos pedir una prueba de traducción de unas diez páginas, y por supuesto, valoramos los trabajos anteriores.

2) Tenemos tarifas que varían levemente dependiendo de las lenguas, por un tema de oferta. La tarifa habitual va de 10 a 12 euros la página de 2100 espacios. Desde mi punto de vista, el trabajo del traductor literario es esencial y decisivo, y lamentablemente, en muchísimos casos, el esfuerzo y la formación que exige una buena traducción no puede pagarse.

3) Intentamos evitar los términos que pueden generar confusión en Latinoamérica. De todos modos, nuestros colegas en México, Argentina, Chile, Colombia, etc., hacen una revisión del texto ya que imprimen allí

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