El viernes 8 de noviembre, a las 18.30 hs., el SPET convoca a una sesión especial a propósito de la " Ley del traductor". La sesión, que en líneas generales consistirá en una ampliación de lo ya discutido en el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires (ver entrada del 8 de octubre pasado), tendrá lugar en el Salón de Conferencias del IES en Lenguas Vivas “Juan R. Fernández” (Carlos Pellegrini 1515)
Participarán de ésta Estela
Consigli, Lucila Cordone, Andrés Ehrenhaus y Pablo Ingberg, quienes expondrán sobre el proyecto de "Ley nacional de protección de la
traducción y los traductores".
Estela Consigli es traductora
literaria y técnico-científica y profesora de francés (Instituto Superior en
Lenguas Vivas “J.R. Fernández”). Trabaja para clientes particulares, empresas,
editoriales y medios gráficos. Especializada en ciencias sociales, traduce
especialmente artículos y libros de filosofía, sociología y psicoanálisis.
Desde el 2012, colabora como secretaria en la Comisión Directiva
de la Asociación
Argentina de Traductores e Intérpretes - AATI e integra,
dentro de ella, la Comisión
de Derechos de Autor.
Lucila Cordone es
traductora literaria y técnico-científica de inglés (Instituto Superior en
Lenguas Vivas “J. R. Fernández”). Realizó estudios de posgrado en Traductología
en la Universidad
Nacional del Comahue y participó del Programa de Residencia
en Traducción Literaria del British Centre for Literary Translation
(Universidad de East Anglia, Inglaterra). Se desempeña como docente en el
Traductorado de Inglés del Lenguas Vivas "J. R. Fernández" y en
la Escuela Normal
Superior en Lenguas Vivas "S.B. de Spangenberg”. Traduce textos literarios
y de ciencias sociales. Desde 2010, es síndica de la Comisión Directiva
de la Asociación
Argentina de Traductores e Intérpretes (AATI). Integra la Comisión de Derechos de
Autor y colabora con la organización de charlas y actividades para traductores
en dicha asociación.
Andrés Ehrenhaus nació en Buenos Aires y vive en Barcelona desde 1976. Traductor de
inglés, francés e italiano, con más de cincuenta títulos publicados; autor de
tres libros de cuentos cortos y una novela; coeditor de Paradiso Ediciones
(Argentina). Profesor del Posgrado de Traducción Literaria de la Universidad Pompeu
Fabra, Barcelona; durante ocho años formó parte de la junta directiva de ACE
Traductores y durante dos integró la junta directiva de Cedro.
Pablo Ingberg es licenciado en Letras (UBA), escritor (cinco poemarios y una novela
publicados), editor (dirigió edición de Obras completas de Shakespeare y dirige Colección griegos y Latinos de Editorial Losada)
y traductor (más de sesenta libros del griego antiguo, latín e inglés). Ha
dictado conferencias, seminarios y talleres sobre traducción y colaborado con
revistas y suplementos literarios argentinos y extranjeros.
El proyecto está disponible en versión
electrónica, en la fotocopiadora del Lenguas Vivas también en formato papel.
Se señala especialmente la necesidad de asistencia para recibir la mejor información posible sobre el tema y, asimismo, para exponer las dudas y objeciones.
Habría que aclarar, como se discutió en el CTLBA en la reunión a la que se hace referencia, que no se trata de un proyecto de ley de protección de la traducción y los traductores en general, sino de un proyecto de ley mucho más restringido, limitado, de protección de "algunas" traducciones y "algunos" traductores", y que no tiene en cuenta (y eso es intencional, como dijo uno de sus autores en aquella reunión) diversos campos de la traducción. Es, de alguna manera, similar a la ley 20.305, la de la traducción pública, que solo se ocupa de un sector(cito) de la traducción y los traductores. Una ley chiquita que solo visibiliza un quiosquito (el de sus autores, estimo) y, al hacerlo, invisibiliza la problemática general de desprotección de la traducción y los traductores.
ResponderEliminarEn efecto, el título del proyecto de ley, no puesto por nosotros y por suerte todavía revisable, se presta a confusiones, porque no se trata de un proyecto para la “... protección de la traducción y los traductores” en general, sino de la traducción autoral, o de obras con derechos de autor, el sectorcito del que los promotores del proyecto somos mínima muestra representativa. Como dijimos en el Club de Traductores Literarios (no de traductores en general, justamente), nuestra intención original era modificar la Ley de Propiedad Intelectual (LPI), pero abogados especialistas consultados nos mostraron que en ese caso entrarían a tallar tantos campos e industrias (software, cine, etc.) que no tendríamos poder para sacar el proyecto adelante (las cámaras al tratarlo tienen obligación de convocar a los sectores involucrados, y mientras más se agreguen, más se alarga el proceso y más fuerzas contrarias pueden trabarlo y dejarlo en nada, razón por la cual tenemos la vetusta LPI que tenemos). Incluso nos pusieron como ejemplo el cine: en una película intervienen tantas personas que sería inviable una cesión de derechos no definitiva que obligara a negociar con todas esas personas al cabo de un plazo, el plazo que la traducción literaria sí necesita indispensablemente y este proyecto por fin impondría. Por lo tanto, modestamente, avanzamos por donde pudimos, en beneficio de un sectorcito muy vapuleado por las condiciones legales actuales. Si el sectorcito de los traductores audiovisuales dedica tiempo y esfuerzo no remunerados, como dedicamos nosotros en beneficio de nuestro sector, para promover una ley que proteja el suyo, contarán con todo nuestro apoyo. Y ojalá alguien pueda ir todavía más lejos y modificar la LPI en beneficio de todos los sectores, no sólo los diversos de la traducción. Mientras tanto y dentro de nuestras modestas posibilidades, para que nuestro pequeño proyecto llegue a ley todavía necesitamos mucho esfuerzo y, como dijimos en el Club, apoyos y no palos en la rueda.
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