Anežka Charvátová |
Hace casi un año, en el sitio de Radio
Praha, se publicaba la siguiente información referida a la publicación de un clásico
de Guillermo Cabrera Infante: “El
glorioso boom de la literatura
hispanoamericana cumple medio siglo de vida estos días mientras algunos de los
títulos indiscutidos de ese período recién empiezan a ser traducidos al checo.
Es el caso de Tres Tristes Tigres,
novela que convirtió el habla más coloquial de La Habana en lenguaje literario
y que en diciembre publica la editorial Fra, con traducción de Anežka Charvátová”.
República Checa paga su deuda
con Guillermo Cabrera Infante
“Yo creo que Cabrera
Infante es un clásico y habría sido mucho mejor traducirlo al checo en los años
60, por supuesto, cuando se publicó el libro en español, en el año 1967. Pero
en aquella época estaba prohibido en Cuba y tampoco se pudo publicar en Checoslovaquia,
por supuesto. Después del 89 llegó el tiempo político bueno, pero tampoco
dinero ni nada y fue un proyecto largo y difícil. Cuando por fin una editorial
decidió publicarlo, la editorial FRA, que lo va a publicar ahora, me dio la
traducción, pero yo estaba llena de otras cosas porque trabajaba en Bolaño.”
Resulta que antes de que Anežka
Charvátová comenzara a trabajar en Tres
Tristes Tigres, apareció en checo la novela póstuma de Cabrera Infante, La
Ninfa Inconstante.
“La tradujo
Petr Zavadil y es una traducción muy buena. Pero tuvimos una pequeña discusión:
si acaso es bueno publicar primero la obra póstuma y solo después la obra
clásica. Yo pensaba que habría sido mejor empezar con Tres Tristes Tigres, pero ya no, creo que fue mucho mejor publicar
primero La Ninfa Inconstante ,
porque es más fácil de ser leída, es más abordable para un lector cualquiera
para conocer a Cabrera Infante. Porque ahora, leyendo y releyendo Tres Tristes Tigres, me doy cuenta de
que es una obra muy difícil y muy moderna en su época de creación, pero no
estoy segura si ahora ya muchos no la van a tomar como algo superado o
envejecido, que no lo creo que sea así, pero la literatura ha evolucionado
mucho mientras tanto.”
De esta manera, enfatiza la
traductora, la
República Checa empieza a pagar la deuda que tiene con
algunos clásicos de la literatura latinoamericana.
“Creo yo que tenemos muchas deudas con los clásicos latinoamericanos.
Entre los cubanos la deuda más grande que teníamos era con este libro de
Cabrera Infante y con Paradiso, de José Lezama
Lima, que es una deuda que no sé si se va a saldar algún día, porque es mucho
más difícil todavía que Tres Tristes Tigres.”
Y a pesar
de su dificultad, ya que muchos críticos la comparan con el Ulises, de James Joyce, cree que hay
lectores en la
República Checa para una novela como Tres Tristes Tigres.
“Sí, espero que los haya, porque no lo traduzco para mí ni para cinco
amigos. Quiero que lo lean los lectores. Hay muchos chistes, mucho juego de
idioma, creo que el lector checo entiende bien este tipo de humor. También
tenemos escritores que utilizan el mismo tipo de humor.”
La traductora de Tres Tristes Tigres comenta que en la República Checa
hay escritores similares a Cabrera Infante, lo que puede facilitar su
aceptación por parte del público. Y da un ejemplo.
“Siempre que quiero comparar a Cabrera Infante con algún escritor checo
pienso en Josef Škvorecký, que en sus novelas ambientadas en los EE.UU. también
trabaja con un checo inglés, chinglés, si se puede llamar
así. Sus personajes hablan un checo muy deformado, muy influido por el inglés,
y también hace muchos chistes fonéticos con el lenguaje. Es más o menos el
mismo tipo de juegos que hace Cabrera Infante entre el español y el inglés, el spanglish. Y además el trabajo con el idioma hablado que hace Cabrera Infante
también lo utiliza Škvorecký en muchas novelas suyas ambientadas en la República Checa.
Y el amor que tienen ambos por el jazz. O sea, hay muchos elementos que los
unen y creo que los lectores de Škvorecký pueden apreciar mucho esta novela de
Cabrera Infante.”
Traducir Tres Tristes Tigres era un desafío demasiado suculento para dejarlo
pasar, ya que los traductores aman los desafíos, agrega.
“Está lo de la deuda, no solo de las editoriales checas, sino también
mía, porque este proyecto de traducción ya lo tengo desde hace mucho tiempo.
Era ahora o nunca. Y está lo del desafío, porque traducir algo que es
intraducible es para un traductor un desafío que es necesario tratar de
hacerlo”.
En ese sentido, no cree que
exista alguna obra que no se pueda traducir.
“Todo se puede traducir, todo. Creo que no hay cosas intraducibles. Hay
que encontrar la manera de cómo traducirlo. Hay cosas que no se pueden traducir
tal cual y hay que rehacerlo un poco. Incluso se tradujo Alicia en el País de las Maravillas, que es un libro que
se parece mucho a Cabrera Infante ya que él es un gran lector de Lewis Caroll.
Y la cita que encabeza Tres Tristes Tigres es de Alicia en el País de las Maravillas.”
Comparado
con el trabajo que le dio Bolaño en las traducciones de 2666 y Los Detectives
Salvajes, Anežka Charvátová sostiene que Tres Tristes Tigres fue mucho más difícil.
“Tres Tristes Tigres es más difícil por los juegos de idioma, por todo, por los
trabalenguas, que no basta con traducir, hay que recrear, hay que reinventar.
Eso es como traducir poesía, que te toma mucho más tiempo. Una cosa es
entenderlo y otra cosa es recrearlo, para que tenga el mismo significado, el
mismo estilo y los chistes. Por eso esta es la novela que más me ha costado
traducir y la sensación, tras terminar la traducción, es de alivio.”
Anežka
Charvátová, que también trabaja en Fra como editora, cree que la novela no
estará lista para salir a competir en el mercado prenavideño, porque falta
afinar algunos detalles, antes de entrar en el proceso de corrección. Pero
tiene que publicarse antes de que termine el año sí o sí, por razones de
contrato.
De esta
manera, la República
Checa empieza a pagar la deuda que tiene con algunos
escritores clásicos de Latinoamérica, empezando con este cubano universal, que
fue perseguido primero por la dictadura de Batista y después por el régimen
castrista y que murió en el exilio en Londres, en febrero de 2005.
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