lunes, 28 de junio de 2021

Los patos no sólo cagan, también vomitan

El Administrador está trabajando sobre una versión anotada de Bouvard y Pécuchet, de Gustave Flaubert. En las primeras páginas del capítulo IV, hay una serie de descripciones de objetos del todo disparatados, a las que tan afecto es el autor de Madame Bovary. En este caso, se trata de lo que hay en las habitaciones que Bouvard y Pécuchet transformaron en museo, amontonando cuanta porquería encontraron por ahí.

En un momento dado se describe la decoración que hay sobre la chimenea y, entre otras cosas, hay un décime, rendu par un canard

Los problemas son varios. En primer lugar, un décime es un décimo –vale decir, una moneda que circuló entre 1793 y 1815, por lo que ya estaba fuera de circulación cuando transcurre la escena. Según los historiadores de la numismática, “El término proviene del sistema decimal, establecido por la Convención Nacional y por la ley del 18 Año Germinal III (7 de abril de 1795) que establece el franco dividido en 100 céntimos.” Dicho de otro modo, un décimo es la décima parte de un franco. Hasta acá, entonces, no habría mayor problema.

Pero ese décimo había sido rendu par un canard, y acá sobran las hipótesis. Entre las distintas traducciones del verbo rendre se cuentan: “restituir”, “devolver”, “poner”, “hacer”, “traducir”, “plasmar”, “rechazar”, etc. Ninguno –salvo, quizás, los dos primeros– parece adecuado. Pero, suponiendo que se pensara que el canard (“pato”) hubiera restituido o devuelto la moneda, habría que tratar de imaginar cómo. 

Consultando el diccionario de Littré se llega a la acepción número 19 (¡son 42!), donde se lee que rendre también significa “desechar por medios naturales o de otro modo”. Y a modo de ejemplo, se ofrece “devolver desde arriba y desde abajo”. “Desde arriba” es vomitar; “desde abajo” es cagar. Y se aclara que hay un sentido popular: rendre gorge, que, simplificado en rendre, es vomitar.

Nada de esto es un problema grave. Son apenas unos diez o quince minutos de búsqueda. Pero comparando algunas traducciones, se plantea el enigma. Por caso, Aurora Bernárdez simplifica “décimo” y traduce “una moneda vomitada por un pato”. Por su parte, José Ramón Monreal escribe “una moneda de diez céntimos evacuada por un pato”. Imaginemos entonces, que a falta de mejor evidencia el pato vomitó o evacuó –verbo que, en una de sus acepciones significa “expeler excrementos u otras secreciones”– la moneda en cuestión. 

Y acá se presenta un enigma de difícil solución: ¿el pato vomitó o cagó? Porque, se sabe, esos palmípedos hacen ambas cosas. Supongamos –eso supongo yo–, que “devolvió”, como se suele decir en la Argentina cuando se busca evitar el verbo “vomitar”. 

En este punto, llamo por Whatasapp y les consulto a mis amigos Jean-Pierre y Pascale, quienes me aclaran que, en francés, rendre (“devolver”) es más delicado que decir vomir (“vomitar”). Sin embargo, sin contexto, poner “un décimo devuelto por un pato” suena raro, así que yo también elijo “vomitar”.

Lo que no es tan evidente es lo que propone Valentín de Pedro en su traducción, donde lo que hay es “un diezmo representado por un pato”.

Llegado a este punto y realizadas todas estas reflexiones, conviene preguntarse si lo que le pagan a uno por traducir tiene algún tipo de relación con el tipo de problemas que es necesario solucionar en esta condenada profesión. Seguramente la AATI, institución que vela por todos los traductores, tiene la respuesta.


2 comentarios:

  1. disculpen la inorancia, pero "rendue" no podría ser "puesto"? o "producido" incluso... tiene que haber un chiste ahí que no se quede en lo meramente escatológico. digo.

    ResponderEliminar
  2. Lo primero es que la frase está en medio de una descripción absolutamente alambicada de objetos amontonados sin ton ni son, como le gusta a Flaubert (cfr. el sombrero de Charles Bovary o su torta de bodas, en Madame Bovary; o el altar donde está el loro embalsamado de Félicité, en "Un corazón sencillo"), de modo que se trata apenas de un detalle. Lo segundo es que Flaubert no le hacía ascos a lo escatológico. Pero no es mala la idea que proponés. Sin embargo, me sorprendería que se le hubiese pasado a todos los traductores anteriores. Voy a investigarla y te digo.

    ResponderEliminar