En principio, el término "epifanía" (del griego, επιφάνεια) significa, literalmente, "manifestación" y "revelación", y sirve para nombrar un acontecimiento de naturaleza religiosa que, bajo diversas denominaciones, implica la aparición o advenimiento de alguna deidad en muchas culturas.
Joyce, sin embargo, lo emplea con una finalidad estética. Para él, según Gamerro en el prólogo, son "pequeñas revelaciones en las que de repente, de modo aparentemente espontáneo, 'vemos' a la otra persona, la situación en la que estamos metidos, a nosotros mismos; los vemos como por primera vez, inundados de un sentido hasta entonces insospechado o escondida". De esos momentos trata este libro que, dividido en 40 fragmentos, recoge fragmentos de Stephen el Heroe, Retrato del artista adolescente y Ulises.
Tanto el prólogo como las versiones (acompañadas por el correspondiente texto en inglés) constituyen una labor valiosísima y una forma de aproximarse a Joyce desde otro lugar.
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