Cuando
se los acusa de racistas y discriminadores, los miembros de la Real Academia
siempre se escudan en que el diccionario refleja el habla de la gente y no
aquello a lo que el habla debería aspirar. Eso les da carta blanca para incluir
en sus definiciones cuanto prejuicio existe. Luego, a la hora de discutir en los más diversos foros sobre
lo que significan las palabras, se recurre a la “autoridad”
del DRAE y el racismo y la
discriminación se perpetúan. Lo curioso en estas ocasiones es que nadie pone en duda la supuesta idoneidad de los lexicógrafos de la Real Academia y de sus
definiciones y, sin embargo, para desmentirlas, bastaría con recurrir a las
distintas ediciones del DRAE. Éstas,
como una simple comprobación permitiría verlo, presentan una enorme
variabilidad respecto de las definiciones realizadas en ediciones anteriores. Y si bien es
cierto que el sentido de las palabras suele desplazarse a lo largo del tiempo,
también es verdad que bien podría hacerse el esfuerzo para evitar desplazar también
los prejuicios que ese mismo transcurso cuestiona a la luz del progreso de las
sociedades.
Veamos
a continuación un par de definiciones engorrosas para los académicos
en el DRAE on line de 2018 y recurramos a sus definiciones previas para darnos
cuenta de hasta qué punto el problema no está en el uso de las palabras, sino
en la mentalidad de la Real Academia:
Negro
4ta. adj.acepción: Dicho de una persona o de la raza a la que pertenece:
De piel oscura o negra. Apl.
a pers., u.
t. c. s.
5ta.acepción: adj. Perteneciente o relativo a las personas de raza negra.
Ahora
bien, si uno quisiera saber si la definición de “raza” se aplica correctamente
a la palabra “negro”, se encontrará con esto:
Raza
1era. acepción: f. Casta o calidad del origen o linaje.
2da.acepción. f. Cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferenciales se perpetúan por herencia.
El
problema en este caso es que el criterio de "raza" empleado corresponde más al
siglo XIX que al XX o al XXI. Por caso, el perro (canis lupus familiaris) presenta, como otras especies, una gran
variabilidad, pero analizados científicamente, lo único que diferencia a un
gran danés de un chihuahua es el tamaño. En todo lo demás, son iguales. Ambos
son canis lupus familiaris. La “raza”,
si quisiera mantenerse ese concepto es “perro” y ahí termina la cuestión.
Esto mismo ocurre con el ser humano (homo sapiens). Las variaciones no son un índice racial, sino rasgos fenotípicos; es decir, rasgos observables en un organismo en función de un determinado ambiente. Por caso, los españoles también son homo sapiens y de ningún modo les gustaría que se los ubicara como homo hispanicus, etapa intermedia entre el Neaderthal y el homo sapiens
Esto mismo ocurre con el ser humano (homo sapiens). Las variaciones no son un índice racial, sino rasgos fenotípicos; es decir, rasgos observables en un organismo en función de un determinado ambiente. Por caso, los españoles también son homo sapiens y de ningún modo les gustaría que se los ubicara como homo hispanicus, etapa intermedia entre el Neaderthal y el homo sapiens
En
consecuencia, la definición que ofrece el DRAE está desactualizada respecto de lo que piensa la ciencia y,
por lo tanto, es, además de imprecisa, errónea.
Pero hay más. Si regresamos a la definición de la palabra "negro" en el DRAE, ésta es la cereza del postre:
13ava. acepción adj. Infeliz, infausto y desventurado.
(En ediciones anteriores, incluida la de 1970, se verá que el numero de acepciones peyorativas es mucho mayor, con la salvedad que la mayoría de ellas son usos exclusivos de España…)
Volvemos
al principio: es posible que las sociedades en que vivimos hayan incrementado
sus prejuicios y racismo en los últimos años. Convengamos entonces en que, al
menos en términos éticos, no es lícito permitir que el DRAE refleje esos usos y, con su “autoridad”, los valide y les
otorgue la mínima sombra de verdad. Las palabras nunca son meras palabras. Dicho de
otro modo, no son inocentes.
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