Con alguna periodicidad, el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires ha realizado diversas encuestas (una encuesta para traductores, otra para editores, otra para periodistas, otra para libreros, otra para escritores: todas pueden ser consultadas buscando "Una encuesta para..." en la columna de la derecha). En todos los casos, el objeto ha sido tratar de obtener algún tipo de conclusión sobre algún aspecto del mundo de la traducción.
Acaso por la columna de Andrés Ehrenhaus publicada el viernes pasado, nos surgió la necesidad de querér investigar qué es lo que ocurre con los traductores de poesía, que son quienes lidian con la materia más compleja que ofrece la literatura artística y quienes la inmensa mayoría de las veces son los peores pagos de todo el mundo de la traducción.
Para ello, hemos planteado cinco preguntas a traductores de poesía de diversas latitudes. Sus respuestas es lo que se leerá en este blog a lo largo de las próximas dos semanas.
Julia
Azaretto
Traductora de Joaquín O. Giannuzzi y Pedro Mairal, entre otros.
1) ¿Por qué razón traduce
poesía?
Por gusto. Y
porque no creo en la existencia de lo intraducible.
2) ¿Cómo llega a la
traducción? ¿Propone usted misma al autor? ¿Recibe encargos de parte de la
editorial? ¿De quién es la iniciativa?
En general,
propongo proyectos a editoriales. También he tenido algunos (pocos) encargos.
El más insólito fue el de un laboratorio farmacéutico belga que quería traducir
unos versos de Marceline Desbordes para sus tarjetas navideñas. Cuando quiero
traducir a un poeta, para empezar, suelo publicar en revistas algunos textos
para que su nombre empiece a circular en Francia. Claro que en este caso el
trabajo no es pago.
3) ¿Qué criterio emplean
las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
El criterio lo
propongo como yo. Y es de entre 1,50 a 2 euros el verso.
4) ¿Hace usted algo para
mejorar esas condiciones?
Sí, negociar una
mejor tarifa.
5) ¿Conoce las políticas
de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí, las conozco.
No, no los recibo muy a menudo. Solo una vez cobré un subsidio para participar
en la residencia “La Fabrique des traducteurs”, que organizaba ATLAS en el
Collège international des traducteurs littéraires en el 2011.
Kurt Folch
Traductor de William Shakespeare y de George Oppen, entre otros.
1) ¿Por
qué razón traduce poesía?
Me gusta la poesía. Mis escritores favoritos son
poetas. Al traducir intento comprenderlos. Aprendo. Ocurren cosas inesperadas.
2) ¿Cómo
llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte
de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Por mi profesor Miguel Castillo Didier, traductor de
Kavafis, Seferis, Elytis, Ritzos, Kazantzakis. Su bellísimo curso sobre Kavafis
en la Universidad de Chile me hizo visualizar por primera vez el trabajo
de un traductor, un traductor que ama la poesía que traduce. Fue un curso
muy importante. Siempre he traducido autores que me interesan. Han sido
publicadas por amigos, es decir la iniciativa es un poco mutua. De pronto tengo
algo traducido que le muestro a un amigo y a veces sucede que me han propuesto
publicarlo.
3 ¿Qué
criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Lo que sea posible pagar. Salvo excepciones he
traducido para que se publique por editoriales pequeñas. A veces hay dinero
para el traductor, a veces la idea es sacar el libro, compartir algo.
4) ¿Hace
usted algo para mejorar esas condiciones?
Si de mi depende intento que el trabajo de traducción
se pague. Pero la verdad es que no pertenezco a ningúna asociación gremial o
algo así.
5) ¿Conoce
las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo?
¿Los recibe?
Solo sé de la beca que da el gobierno chileno cada
año. Se postula con un autor o autores y dependiendo de los evaluadores y sus
criterios de lo que es no no es importante, algunos proyectos reciben
algún tipo de financiamiento.
Anna
Crowe
Traductora de Joan Margarit, Josep-Lluís Aguiló y Pedro Serrano, entre otros,
1)
¿Por qué razón traduce poesía?
Traduzco
poesía para entender mejor el poema y su lenguaje y, por supuesto, también para
entender mejor al poeta. Me encantan los desafíos que propone la traducción y
la negociación en la tierra de nadie entre idiomas, escuchar la música del
poema original y encontrar, si puedo, equivalentes sonoros y rítmicos en el
idioma de destino. La traducción es para mí, supongo, una especie de escucha
intensa y música a través de las palabras. Ayuda, espero, que ame las palabras
y que sea poeta.
2)
¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe
encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
A menudo, la traducción me llega casi por accidente, a través de circunstancias que están fuera de mi control. Comencé a traducir a Joan Margarit porque la universidad lo había invitado a presentar un nuevo libro aquí en St. Andrews. Coincidió con el Scottish Poetry Festival, StAnza, y me pidieron que tradujera algunos poemas para la lectura que le invitamos a dar. El editor de Bloodaxe, Neil Astley, estuvo presente e inmediatamente nos pidió que hiciéramos un libro. Tugs in the fog se convirtió en una traducción recomendada por la Poetry Book Society, a la que siguieron dos libros más y hay un cuarto está en proceso. De manera similar, Arc quería publicar una antología de poesía catalana, así que se me acercó, y he traducido dos colecciones individuales de obras de poetas para esa antología, Lunarium, de Josep-Lluís Aguiló, y Maps of Desire, de Manuel Forcano, que también resultó traducción recomendada por la PBS. A veces la iniciativa es mía. Pedro Serrano fue el otro poeta que leyó esa tarde con Joan Margarit, y me enamoré de su trabajo, comencé a traducirlo y convencí a Arc para que publicara un libro, Peatlands. Pedro es un excelente traductor y antólogo, un gran favorito del público, y su trabajo ha sido ampliamente antologizado, musicalizado, inspirando asimismo a artistas en otras disciplinas. Tengo listo un segundo libro, pero Arc ya llenó su catálogo por los próximos tres años, por lo que estamos buscando un editor.
A menudo, la traducción me llega casi por accidente, a través de circunstancias que están fuera de mi control. Comencé a traducir a Joan Margarit porque la universidad lo había invitado a presentar un nuevo libro aquí en St. Andrews. Coincidió con el Scottish Poetry Festival, StAnza, y me pidieron que tradujera algunos poemas para la lectura que le invitamos a dar. El editor de Bloodaxe, Neil Astley, estuvo presente e inmediatamente nos pidió que hiciéramos un libro. Tugs in the fog se convirtió en una traducción recomendada por la Poetry Book Society, a la que siguieron dos libros más y hay un cuarto está en proceso. De manera similar, Arc quería publicar una antología de poesía catalana, así que se me acercó, y he traducido dos colecciones individuales de obras de poetas para esa antología, Lunarium, de Josep-Lluís Aguiló, y Maps of Desire, de Manuel Forcano, que también resultó traducción recomendada por la PBS. A veces la iniciativa es mía. Pedro Serrano fue el otro poeta que leyó esa tarde con Joan Margarit, y me enamoré de su trabajo, comencé a traducirlo y convencí a Arc para que publicara un libro, Peatlands. Pedro es un excelente traductor y antólogo, un gran favorito del público, y su trabajo ha sido ampliamente antologizado, musicalizado, inspirando asimismo a artistas en otras disciplinas. Tengo listo un segundo libro, pero Arc ya llenó su catálogo por los próximos tres años, por lo que estamos buscando un editor.
3)
¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
Los editores a menudo dependen de los organismos de financiación en el país del idioma de origen, y tienen que confiar que ellos les vayan a jugar limpio. Esto no siempre sucede. Creo que los editores también consideran los criterios establecidos por la Sociedad de Autores, criterios a los que me refiero cuando estoy de acuerdo en hacer trabajos de traducción de poemas individuales para ser utilizados en talleres internacionales, por ejemplo.
Los editores a menudo dependen de los organismos de financiación en el país del idioma de origen, y tienen que confiar que ellos les vayan a jugar limpio. Esto no siempre sucede. Creo que los editores también consideran los criterios establecidos por la Sociedad de Autores, criterios a los que me refiero cuando estoy de acuerdo en hacer trabajos de traducción de poemas individuales para ser utilizados en talleres internacionales, por ejemplo.
4)
¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Vea
mi respuesta a 3. Las pautas publicadas por SoA son generosas y justas, y no
consideraría socavarlas.
5)
¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del
mundo? ¿Los recibe?
Pedro Serrano me hizo conocer la organización
cultural que en México brinda becas a traductores de poesía mexicana, y ese
dato se le pasó a Arc, la cual recibió un generoso subsidio con el que me pagó.
Desearía tener la misma suerte con alguna organización cultural catalana
respecto de las subvenciones para traducir a Joan Margarit, pero
lamentablemente no la tengo.
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