viernes, 27 de marzo de 2020

Una encuesta para traductores de poesía (V)

Quinto día de la encuesta para traductores de poesía.


Jessica Sequeira
Traductora de Winétt de Rokha, Hilda Mundy y Teresa Wilms Montt, entre otros.


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Bien, en primer lugar porque amo la poesía, que puede aparecer en poemas, prosa o incluso subtítulos de películas. Traducir poesía me hace sentir que estoy dentro de la intensidad del lenguaje de una manera profunda, en su matices y sutilezas, incluso más que con la lectura. Traduzco por placer literario, además de querer traer autores latinoamericanos raros y ambiciosos (en su estilo o concepto) a un público angloparlante. La traducción es una forma de lectura pública, a diferencia de las lecturas privadas que normalmente hacemos con un texto, y por eso una se esfuerza en pulir la propia interpretación de una frase y exponerla, un proceso de destilar la belleza que te hace vulnerable a la vez. También traduzco poesía como laboratorio para mi propia escritura. Leí una entrevista con algún escritor, no recuerdo quién, que dijo que siendo joven transcribió a mano páginas de cientos de novelas del pasado, de Kafka, Beckett, Flaubert, lo que sea, con el objetivo de mejorar su estilo, pasando los ritmos de las frases a su pluma (o teclado). La traducción funciona de una manera parecida en mí.

2) ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Depende del proyecto. Yo he trabajado en todas las circunstancias, creo, con editoriales que se me acercan, a pedido de un autor y motivada por mi propio deseo de adentrarme en un texto que me intriga y que me sigue dando vueltas en la cabeza, de modo tal que siento que oculta capas que puedo ir quitando con delicadeza, con las herramientas del lenguaje... Con las obras en verso es mucho menos probable que te busquen, y más probable que el proyecto surja por interés o amistad. Por lo menos eso es mi experiencia.

3)  ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?
De nuevo, depende. Cobro la tarifa que recomiendan los profesionales de la traducción. A veces la editorial te paga directamente (si es grande), a veces ocupa dinero de fondos, a veces solo hay regalías. No necesariamente depende del tamaño de la editorial, ya que algunos independientes son muy listos para conseguir fondos. Dicho eso, hay editoriales con proyectos que no encuadran en el lento y a veces caprichoso panorama de los fondos, y hay que hacerlos igual con los pocos recursos que hay.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
Lo único que puedo hacer es seguir trabajando para construir una base de confianza. Si alguien me pase un texto, voy a mantener al menos su belleza, y eso es más fácil de lograr después de una década que durante mis primeros pasos como traductora. Es más común que se me acerquen ahora con más proyectos. Aparte de eso, intento mantenerme al tanto de lo que dicen los traductores que participan del mismo mundo que yo. A veces el mundo de traducción puede ser muy desconcertante y surrealista, y es bueno saber que una no está sola. 

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí, he recibido algunos subsidios de traducción de Argentina y de algunos otros países, aunque soy muy poca sistemática para postular. Todo es un laberinto que va cambiando cada año, y postular a fondos lleva mucho tiempo y organización. El proceso de buscar subsidios frustra mis impulsos de trabajadora veloz, llevada por el interés del texto. Muchas veces también hago las cosas porque sí, sin pensar en todo el sistema, pero es cierto que la paciencia rinde sus frutos. Quizá porque tengo más experiencia o estoy madurando. Por cierto, ahora los proyectos más largos me atraen más. Tengo mil ideas y mucha suerte de haber podido llevar a cabo algunos, gracias a haberme encontrado con un texto de calidad, contar con apoyo editorial y ubicar los recursos que empujan el pájaro del proyecto fuera de su nido, para que pueda volar.


Pedro Serrano
Traductor de Matthew Sweeney y de la monumental antología de poesía británica contemporánea La generación del cordero

1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Porque es una manera de continuar escribiendo. Porque en los poemas en otras lenguas hay retos y hallazgos que aún no se han resuelto en español. Porque un poema en otra lengua que vale la pena, sea pequeño o extenso, merece estar también en español. Porque es una manera de compartir el pan y la sal.

2)  ¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?
Cuando traduzco un poema individual es porque ese poema conecta con una parte de mi propia necesidad expresiva. Casi no lo distingo de mi propia escritura. Cuando propongo a un autor es porque tengo ganas de sumergirme en esa escritura y hacerla aparecer en español. Entonces soy yo quien lo propone a una editorial. Cuando he traducido por encargo ha sido siempre porque me ha coincidido con lo que estoy traduciendo.

3)¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?

Muy poco criterio. La paga por traducir poesía, en mi caso, resulta siempre simbólica, aunque luego esos símbolos sirvan para pagar algunas necesidades.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?

Soy miembro de la AMETLI, la asociación mexicana de traductores literarios, que está intentando mejorar los tratos económicos entre las editoriales y los traductores.

5)¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?
Sí he recibido alguna vez apoyo del PROTRAD, el organismo que en México apoya la traducción lliteraria. También he sido beneficiado por ellos para algunos libros míos traducidos a otras lenguas.


Silvia Camerotto
Traductora de Ezra Pound, William Carlos Williams, Dylan Thomas y un enorme número de autores de lengua inglesa.


1) ¿Por qué razón traduce poesía?
Traduzco más que nada y sobre todo para difundir la poesía que creo amerita ser leída. También porque muchos textos, indispensables a mi entender, o no están disponibles o fueron traducidos en un lenguaje que ha perdido actualidad, o tienen una gran marca extranjera. Empecé a traducir porque lo que leía en castellano me hacía ruido.


2)¿Cómo llega a la traducción? ¿Propone usted mismo al autor? ¿Recibe encargos de parte de la editorial? ¿De quién es la iniciativa?

Porque me gusta el autor y me interesa su obra o lo que dice en algún poema en particular. No suelo recibir encargos, con alguna excepción. Traduzco lo que quiero y no para alguna editorial en particular. Tengo un extensísimo archivo de traducción. Publico en mi blog: de sibilas y pitias,  a veces en el de Aulicino, Otra Iglesia es Imposible. De mis experiencias, me ocurrió que alguna vez una editorial me pidiera la traducción de un libro que ya tenía traducido. Luego de casi un año, de intercambio de mails con averiguaciones sobre derechos, dicha editorial –que solía responder “luego leeré tu mail atentamente”, me escribió diciéndome que estaban excedidos y que por el momento “no sabían qué hacer con el libro”. No fue un encargo, pero retuvieron el libro durante largo tiempo para nada.


3) ¿Qué criterio emplean las editoriales para considerar la paga que usted recibe?

De esas pocas excepciones de las que hablo en la pregunta anterior, me han pagado un simbólico. Las editoriales. Los particulares pagan el precio que exijo, sin problemas.

4) ¿Hace usted algo para mejorar esas condiciones?
No.

5) ¿Conoce las políticas de subsidios a la traducción que tienen muchos países del mundo? ¿Los recibe?

Conozco uno o dos: Looren, por ejemplo de la que recibo información. En la página del Club de Traductores hay un listado al que se puede acceder. 

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