La presente nota,
publicada con firma de Sonia Moreno,
el pasado 24 de febrero, en El Español,
de España, da cuenta de la estafa que Driss
Jebrouni y Mohamed Elkadi (en la foto) vienen llevando a
cabo en contra del Estado español y de los traductores al árabe. También, de la negligencia y falta de
control por parte de las autoridades españolas de la Dirección General del
Libro y del Servicio de Promoción Exterior, lo que no se ve nada bien.
Dos marroquíes timan a España
en miles de euros: sus traducciones
al árabe de clásicos son plagios
La
Dirección General del Libro otorga anualmente ayudas económicas a editoriales
en el extranjero con el objetivo de “fomentar la edición y publicación de obras
del patrimonio cultural del Estado español en otras lenguas”. En
Marruecos, estas ayudas recaen desde hace más de una década en
la misma empresa en Tánger, Litograf, y
en los mismos traductores, los profesores retirados Driss Jebrouni y Mohamed Elkadi.
Con el
dinero del Tesoro Público, ambos docentes han plagiado varios clásicos
españoles y libros de historia de las traducciones ya hechas en otros países
árabes, principalmente traducciones procedentes de Egipto, Siria y Líbano, aunque
han replicado también trabajos de marroquíes. "Las cogen íntegras y
las utilizan sin esfuerzo alguno. Es decir, firman como si fueran suyas, como
si las hubieran elaborado ellos mismos", puntualizan varios traductores.
Platero y yo, de Juan
Ramón Jiménez; Mariana Pineda, de Federico García Lorca; El sentimiento trágico de la vida, de Miguel de Unamuno; El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín, y La estrella de Sevilla, de Lope de Vega, son algunas de las obras copiadas.
También hay ensayos calcados: Historia:
Descripción de África, de Mármol Carvajal, y dos
ejemplares de historia de Guillermo Gozalbes
Busto, Al Mandri,
el granadino fundador de Tetuán, y Los moriscos en Marruecos.
EL
ESPAÑOL ha tenido acceso a la denuncia que envió en 2013 la Asociación de Hispanistas de Marruecos al Ministerio de Cultura
de España. En ella se relataba cómo la distribución de las
ayudas únicamente recaía en esta empresa de Tánger. Ya en aquel entonces la
denuncia revelaba el plagio de los dos traductores marroquíes.
Sin embargo,
la asociación jamás recibió
respuesta por parte de España. Durante los últimos seis años, la
misma editorial y los mismos autores han seguido beneficiándose de estas
partidas públicas españolas. La última subvención, de 8.800 euros, está fechada en el año 2019.
“La comisión
de ayudas, y más por importes que no son elevados, está formada casi en su
totalidad por personal del Ministerio. Es una composición técnica que elige
según el interés puntual que pueda tener la obra”, explican a este periódico
desde el Ministerio de Cultura.
Al contactar
telefónicamente con la jefa de servicio de Promoción Exterior, Rosario López, que recibió la queja
hace seis años, mantiene que “en la convocatoria no incide en que haya ningún
problema en que se adjudique de manera reiterada a la misma empresa”. A pesar
de que en las bases consta que la subvención se convoca en “régimen de
concurrencia competitiva”.
“Da mala imagen de
Marruecos”
El traductor
marroquí Najmi Abdelkhalak se
sintió “alucinado" ("casi lloré”, asegura) cuando descubrió en un
seminario de la Universidad Pablo
de Olavide, en Sevilla, el plagio de esas versiones. Se percató de
que se trataban de copias cuando unos profesores egipcios recomendaban unas
obras y una investigadora comparaba tres traducciones de un libro de García
Lorca hecha por un egipcio en los años 60.
Aquel
hombre se percató de que las tres versiones eran idénticas. Algo que
automáticamente le llamó la atención, debido a que cada una estaba dirigida a
un país concreto con un contexto diferente. “Puede coincidir un párrafo, pero
no los localismos porque los refranes de un país no son iguales a los de otro.
La traducción está impregnada de interculturalidad”, puntualiza el profesional
tangerino en una entrevista telefónica con EL ESPAÑOL.
El nivel de
presunta impunidad de los docentes con respecto a sus presuntos plagios llegó a
ser tal que la traducción de Platero y yo, plagiada por el egipcio Lofti Abdelbadia, la han llegado a presentar públicamente
en Huelva.
“Da mala imagen de Marruecos, hay que erradicarlo. Por eso en España en el ámbito académico no
te toman como un profesional”, lamenta Abdelkhalak.
Este traductor distingue entre las versiones del español al
árabe, que “dan mala imagen”, y los traductores de árabe al español, que “son
serios”. Además, recuerda que “estamos en la era digital" y que "con
internet, si plagias todo queda ahí plasmado”.
La copia se detectó porque los traductores llegaron
incluso a replicar de forma literal el pie de la letra, incluso las notas a pie
de página del traductor original. Es el caso de la
obra de teatro La estrella
de Sevilla, original de
Lope de Vega, que hizo el egipcio Salah Fadl, donde aparece “notas del
traductor” en lugar de “notas de los traductores”, ya que en Marruecos
eran dos.
En 2014 Marruecos fue el país que más
recibió
En 2013,
Litograf recibió 12.200 euros para
la traducción de tres libros, entre ellos Del sentimiento trágico de la vida, de
Miguel de Unamuno. En la convocatoria se solicitó para Khalid Raissouni, y fue
adjudicado y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Sin embargo, finalmente fue traducido por Elkadi y Jebrouni, algo que no está
permitido en las bases del concurso.
El BOE anunció la concesión de este ensayo filosófico a
Khalid Raissouni. “No me dejó hacer la traducción”, explica el traductor. Le
advirtió al editor que existía una traducción anterior, pero “acabó encargando
el trabajo a los mismos traductores, y como resultado tenemos otro plagio”,
denuncia.
Litograf recibió, en 2014, 16.900 euros de los 188.000 euros totales que el
Ministerio otorga a una veintena de países. Marruecos fue el que más dinero consiguió, todo dirigido a esa
editorial, por delante de Japón o países del
este de Europa.
La
traducción al árabe de Los moriscos en Marruecos, de Guillermo Gozálbes Busto, le costó al Ministerio
español 3.337,60 euros en
2015, pero realmente en Marruecos se copió la traducción del egipcio Marwan Mohamed Ibrahim.
Ese mismo
año, Litograf solicitó al Ministerio español 9.000
euros para que Mohamed
Elkadi tradujera La descripción general de África, de Luis del Mármol Carvajal, y recibió 5.400 euros.
Se trata de tres tomos y disponía sólo de dos años para traducirlo, el tiempo
que el ministerio establece. Sin embargo, cinco marroquíes lo habían traducido
antes del francés al árabe. Y esa fue la edición que Elkadi copió en esa
ocasión.
Las irregularidades no se detienen en los plagios, porque
la editorial ha presentado proyectos a nombre de personas no conocidas en el
sector de la traducción. En 2009, Litograf recibió 25.000 euros, 2.000 de ellos para que Boulaid Morad tradujera Niebla, de Miguel de Unamuno, pero firmaron Elkadi y Jebrouni, plagiada de una
traducción siria.
Las irregularidades no se detienen en los plagios, porque
la editorial ha presentado proyectos a nombre de personas no conocidas en el
sector de la traducción. En 2009, Litograf recibió 25.000 euros, 2.000 de ellos para que Boulaid Morad tradujera Niebla, de Miguel de Unamuno, pero firmaron Elkadi y Jebrouni, plagiada de una
traducción siria
No se distribuyen en todo el país
Litograf es la única empresa que recibe
subvenciones de España para la traducción al árabe. Otras dos editoriales que
solían presentar sus propuestas, Ediciones Azzaman, de Rabat, y Ediciones Slaiki, de Tánger,
han desistido de concurrir.
El
responsable de una de ellas, Tarik Slaiki, explica en un encuentro en Tánger
que dejaron de presentarse en 2011 porque no puedo "cargar con la
responsabilidad del traductor". "Algunos no son serios y al final el
que pierdes eres tú como editor”, añade.
Para Slaiki
una solución es lo que hace el Ministerio de Cultura alemán, que propone el
libro y los traductores en las ayudas. “O si el libro ya está traducido en
otros países árabes, se podría pagar los derechos de traducción e imprimirlo y
no dar el dinero a un traductor”, apunta.
Además, a
su juicio “es necesario que el Ministerio de Cultura español se una a
editoriales serias que hagan el trabajo de edición y no de impresión”,
considera Slaiki. En cuanto a la distribución, cree que tendría que ser una
editorial y no una imprenta, de esta manera estarían en el Salón Internacional
de la Edición y el Libro en Casablanca (SIEL) y en todas las ferias del libro
árabes.
Es cierto
que las obras que reciben las ayudas españolas actualmente no se distribuyen en
todo el país, ni un número significativo de ejemplares, pudiendo encontrar solo
algunas copias en las librerías de la región norte.
“Depende.
Si son novelas, que tienen más venta, servimos más cantidad, pero no tenemos
una cantidad fija. Si es poesía, menos, por ejemplo. El Ministerio no entra en
eso, en el número de ejemplares, sino en que se traduzca el libro y salga
publicado. De algunos libros, como se han vendido bien, hemos hecho otra
edición”, manifiesta a EL ESPAÑOL por teléfono Juan
Carlos Sánchez, responsable de Litograf.
De la
distribución, desde Litograf explican que cuentan “con una distribuidora en
Rabat y en el norte se va distribuyendo” porque la propia imprenta realiza esta
labor.
Son las dos
únicas cuestiones que aceptó a contestar Sánchez a este medio, sin responder a nada relacionado con los traductores y los plagios que EL ESPAÑOL le señaló.
El ministerio “iniciará las investigaciones
oportunas”
“Aunque
esta empresa (Litograf) justifica adecuadamente los proyectos, a raíz de la
investigación de EL ESPAÑOL, en el Ministerio se ha abierto un expediente para
iniciar las investigaciones oportunas. Somos los primeros interesados en que si
hay alguien que está haciendo uso fraudulento de las ayudas, pues evidentemente nos las tiene que devolver, para empezar”, aseguran desde Cultura.
Al enterarse de los plagios, el poeta Antonio Gamoneda, traducido en árabe
por Khalid
Raissouni, ha asegurado a EL
ESPAÑOL: “Me parecería mal en cualquier caso porque un plagio es ni más ni menos que un robo, no tiene otra
calificación que pueda mejorarlo”.
Además, explica desde su casa en León: “Es una
desprotección que esto no se vigile, no sólo para los traductores que son
plagiados, sino también para los autores en el idioma original porque son
sometidos a traducciones que no han concertado, que no tienen su aprobación.
Creo que es un asunto francamente serio porque son unos casos que afectan a
Marruecos y a España. Espero que el expediente del ministerio prospere en el
mejor sentido para vigilar y evitar estos plagios”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario