Daniel Guebel es un novelista argentino que todos los domingos escribe una columna en el diario Perfil, de Buenos Aires. Nunca antes había pasado por este blog. Hoy debuta con lo que publicó el 5 de noviembre pasado.
Historias de reyes
La pérdida de presencia (no de prestigio) de la Enciclopedia Británica
no es casual: la forma-libro de la biblioteca universal que contiene todos los
estilos y todos los saberes ha sido reemplazada por internet, el sistema
hiperconectivo que Borges prefiguró y a quien (según me reveló Matilde Sánchez)
sus inventores leían cuando concibieron la red. No puede saberse si esta
sustitución es ventajosa: mientras la ilustre Enciclopedia era escrita por las
figuras más prestigiosas y especializadas de cada ámbito científico, estético,
técnico y religioso, la página privilegiada de conocimiento en la red llamada
Wikipedia se construye con la intervención aleatoria de desconocidos, y donde
es altamente dudoso que el resultado en proceso reciba los beneficios de sabios
en conocimiento y control de la información.
En todo caso, eso no afecta mis búsquedas, porque me
preocupa menos la certeza que la narración, y menos el relato de los hechos que
la invención, así que cuando quiero hojear las eternas páginas del saber ajeno
voy a la página de Google y tipeo letras al azar. Hoy tipeé “Ar” (¿por arco,
por arma, por arreciar, por arcano, por artero?) y Google rellenó lo faltante
con dos posibilidades: “Arturo” y “Arturo Sandoval”. El segundo me pareció, no
sé por qué, nombre de bolerista latinoamericano, y me desentendí. Busqué un
Arturo sin apellido y Wikipedia me ofreció al Rey Arturo. ¿Cómo resistirse a la
tentación?
La historia de Arturo es extraordinaria pero me quedan
sólo trescientos caracteres, así que sólo puedo decir esto. Como en los grandes
relatos, la verdad sucumbe al mito y la existencia del héroe se vuelve
improbable, y sólo la sospecha de su inexistencia física lo vuelve objeto de
una leyenda verdadera. En la historia cultural de Occidente, a la vez nos hemos
acostumbrado a dudar de la existencia material de Cristo y a creer en la
Iglesia y en la resurrección. En Argentina, dentro de varios siglos, se dudará
de la de Perón.
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