miércoles, 9 de noviembre de 2016

Esto lo publicó El País, el 5 de noviembre pasado. Como se ve, no se salvan ni los santos


Cultura tiene que anular un premio nacional
por saltarse sus reglas.

Teresa de Cepeda y Ahumada, Santa Teresa de Jesús, es una de las escritoras más aclamadas y reputadas de la lengua española. Sus poemas son objeto de estudio en colegios, institutos y universidades dentro de las asignaturas de Lengua y Literatura en castellano. Su valor cultural y literario, considerada el culmen de la mística experimental cristiana, junto a San Juan de la Cruz, es incuestionable, al margen de la apropiación que el franquismo quiso hacer de su figura y obra. Sin embargo, la autora (1515-1582) escribía en “una lengua extranjera”, según se infiere de una decisión oficial del Ministerio de Cultura.

Eso es, al menos, lo que se deduce de la nota de prensa enviada en la tarde del jueves por el departamento que dirige —y lo sigue haciendo en el nuevo Gobierno anunciado ayer mismo— Íñigo Méndez de Vigo, en la que se anunciaba que el premio nacional a la Mejor Traducción 2016 había recaído en el fraile carmelita y académico vasco Luis Baraiazarra, de 76 años, por su traducción al euskera de las obras completas de Santa Teresa. Idazlan guztiak Santa Teresa Jesusena es el título del volumen galardonado. “Es la primera ocasión que una obra traducida del castellano al vasco es distinguida con el Premio Nacional a la Mejor Traducción”, incidía la comunicación oficial.

El fallo de jurado, sin embargo, tuvo que ser anulado deprisa y corriendo la noche del jueves. El error era mayúsculo y nadie se había percatado.

La nota que remitió el ministerio por la tarde decía textualmente lo siguiente en uno de sus párrafos: “El Premio Nacional a la Mejor Traducción tiene por objeto distinguir la traducción de una obra escrita originalmente en lengua extranjera a cualquiera de las lenguas españolas, y que haya sido publicada por primera vez en España en 2015”.

Ante la evidencia del error —o de la posible errata—, EL PAÍS se dirigió al ministerio para pedir una aclaración. En un primer momento, el departamento aludió al contenido de la resolución de la Dirección General de Política e Industrias Culturales y del Libro que convocaba el concurso y que fue publicada el pasado 19 de febrero en el Boletín Oficial del Estado.

La orden establece claramente la normativa: “Al Premio Nacional a la Mejor Traducción optarán las obras literarias traducidas de cualquier lengua extranjera a cualquiera de las lenguas españolas por traductores españoles, editadas en España en su primera edición entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2015, que hayan cumplido los requisitos legales para su difusión”. O Santa Teresa escribía también en otros idiomas sus famosos versos “Vivo sin vivir en mí, / y tan alta vida espero, / que muero porque no muero”, o bien se había producido un desliz garrafal.

Consternación
Confirmado el grave error, Cultura tomó la determinación una hora después de anular el fallo del jurado y volver a convocar al galardón para seleccionar a otro premiado este mismo año, pero que esta vez cumpla las bases de su propia convocatoria. Fuentes del ministerio, que mostraron su consternación por lo sucedido, señalaron que no se anula el premio, sino el fallo del jurado, ya que ayer no se llegó a producir el acto administrativo de su concesión.

El jurado estaba presidido por José Pascual Marco, director general de Política e Industrias Culturales y del Libro, con Mónica Fernández, subdirectora general de Promoción del Libro como vicepresidenta. Lo completaban 10 personas más: representantes de las academias de las diversas lenguas de España, de otras instituciones y dos premiados de la edición anterior.

Cultura atribuyó el error al comité de selección de obras por dejar pasar en el primer corte un volumen que no cumplía las normas. Y después nadie cayó en el error hasta pasado el anuncio. Dos lectoras de EL PAÍS también se percataron y mostraron su extrañeza en los comentarios en la web del diario.

En años precedentes, el mismo premio, dotado con 20.000 euros, recayó en traducciones de autores como el inglés William Shakespeare, el italiano Dante Alighieri o el portugués António Lobo Antunes.



 “Me siento frustrado”

Cerca de las diez de la noche, el carmelita Luis Baraiazarra reconoció a este diario, desde el convento vizcaíno de Markina, donde reside, la frustración que había sentido cuando el director general de Política e Industrias Culturales y del Libro le llamó para transmitirle el error: “Me siento frustrado tras tantas entrevistas y una tarde de felicidad. El presidente me ha dicho que estaba avergonzado y que en ningún momento del proceso se habían dado cuenta [de que contravenían las bases del concurso]”. Con tono compungido, aseguró: “Por lo menos, ha servido para darle algo de propaganda a la obra de santa Teresa de Jesús. Me conformo con que al menos hayan valorado el esfuerzo que he hecho” con su Idazlan guztiak Santa Teresa Jesusena.

Horas antes, al recibir el anuncio, Baraiazarra había declarado a Europa Press: “Puede ser que hasta ahora no se hubiera premiado a una traducción en vasco por un escaso recorrido de la lengua, pero yo creo que esta obra ha sido galardonada por el gancho en toda España de santa Teresa”. Con ese espíritu reivindicativo hablaba horas más tarde, eso sí, ya sin premio.


2 comentarios:

  1. ¿El País de Madrid? ¿El País de Montevideo? ¿Dónde sucedió esto?, disculpe mi ignorancia

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  2. Tiene usted razón, Aulicino. Es El País de Madrid. Debí haberlo aclarado.

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