martes, 22 de mayo de 2018

Hachette creó un Conflicto por Asterix en castellano: ¿quiénes son los auténticos majaretas?

El 20 de febrero pasado, una nota de Cultura InfoBAE informaba que había una polémica por los derechos y la traducción de Asterix en castellano. La bajada de la nota, sin firma, señalaba que “desde la editorial  Libros del Zorzal denuncian que Hachette, la casa francesa que publica la serie en su idioma original, no respetó un acuerdo previo al volver a autorizar a su subsidiaria Salvat la venta en kioscos de la historieta de René Goscinny. Además, difunden grandes inexactitudes de esa primera traducción. Una pelea entre el negocio y la calidad”. En el desarrollo de la nota, Leopoldo Kulesz, director editorial de Libros del Zorzal, comentaba que en 2014 le compraron los derechos a Hachette y por eso pudieron sacar la colección con nueva traducción (coedición de Planeta con Libros del Zorzal). ‘El problema fue que Hachette ahora también le cedió a Salvat los derechos para kioscos. Una operación en kioscos se maneja con un volumen alto y un precio bajo y arrasa con todo lo que encuentra en su camino. Y además, con la traducción anterior que es muy mala y la gente de Hachette lo sabía. En nombre de una operación puntual, Hachette aplasta años de trabajo de instalación de la nueva traducción’”.

Más allá del aspecto económico, se trata de una nueva batalla entre el castellano de Latinoamérica y el de España. Por ello, y para justificar mejor las quejas de Kulesz, se reproduce a continuación parte del artículo incluido en la página web de Libros del Zorzal, donde, con lujo de detalles, se señala el tipo de trabajo realizado en la Argentina y las diferencias con la traducción española.

A Goscinny lo que es de Goscinny

La historieta Asterix el galo fue creada por el guionista René Goscinny y el dibujante Albert Uderzo en 1959. Conoció un éxito inmediato en Francia, luego en el mundo entero y está traducida a más de 100 idiomas. La traducción que más circuló en castellano es la de Jaime Perich y Víctor Mora, que pasó por varias editoriales como Grijalbo y ahora, Salvat. En Argentina se conocieron traducciones de algunos pocos títulos en los años 1970 (Editorial Abril) y la colección nunca se completó.

En 2015, las editoriales Libros del Zorzal y Planeta suman esfuerzos y encaran la edición con una nueva traducción de los 24 primeros álbumes, los guionados por René Goscinny. Se trata de una traducción hecha desde el original francés sin tomar como referencia ninguna traducción previa. La necesidad de retraducir completamente todos los álbumes surge de la constatación de los innumerables problemas de la traducción española, que enumeramos a continuación:

1)      La traducción de los nombres de los personajes no siguen ninguna lógica, cuando Goscinny se imponía a sí mismo reglas implacables.

2)      Una enorme cantidad de galicismos, imprecisiones y errores notorios. Notamos también una marcada pesadez en el lenguaje, en contraposición con el estilo ágil de Goscinny.

3)      Problemas de coherencia en nombres de personajes y giros lingüísticos a lo largo de toda la colección.

4)      Pérdida casi sistemática de los juegos de palabras, bromas y dobles sentidos.

Es legítimo que un lector que amó esta historieta desde su infancia reciba con escepticismo la noticia de una nueva traducción. En efecto, la traducción española no fue un obstáculo para que a niños, adolescentes y adultos nos apasionaran los 24 álbumes. Pretendemos mostrar, sin embargo, que la traducción española sólo preserva una pizca del genio de Goscinny.

Como veremos, la traducción que conocemos, en el mejor de los casos, es decir, cuando no trastoca el sentido –cosa que sucede muy a menudo- sólo deja aparecer una muy pequeña porción del genio de Goscinny. Ocurre que de la misma manera que un segmento tan pequeño como se desee de una recta infinita sigue conteniendo un número infinito de puntos, una pizca de un genio sigue siendo genial.

La actual traducción argentina fue el resultado de un esfuerzo titánico de un grupo de 12 personas (traductores, correctores y revisores) y pretendió devolverle Goscinny a Asterix.

En este sentido, se trata de una primera edición de la colección y no de una reedición. A continuación detallaremos las decisiones tomadas.

1. Galicismos, imprecisiones y errores
Tal como anticipamos, durante toda la obra encontramos que la traducción española contiene una profusión interminable de galicismos inadecuados, imprecisiones, y errores notorios. En lo que sigue, llamo OF al original en francés, TE a la traducción española y SC al sentido correcto (en el contexto de la historia). Los ejemplos expuestos a continuación no pretenden ser exhaustivos, sólo consideran una porción pequeña del álbum Los laureles del César, elegido al azar:

1.1. Galicismos

Entre el francés y el castellano existen “falsos amigos”, es decir, palabras y expresiones que se escriben igual, pero que significan otra cosa. Más abajo, un detalle de la lista de los “falsos amigos” que aparecen en Los laureles del César y que constituyen una porción pequeña de todos los que se pueden encontrar a lo largo de la colección:

OF: Je suis inquiet, Obélix.
TE: Estoy inquieto, Obelix.
SC: Estoy preocupado, Obelix.

OF: Ce n´est pas la peine, maître.
TE: No vale la pena, maestro.
SC: No vale la pena, amo.

OF: Payez-vous.
TE: Páguese.
SC: Cóbrese.

OF: Il fera une bonne affaire.
TE: Hará un buen asunto.
SC: Hará un buen negocio.

OF: Tu crois que ce sera assez?
TE: ¿Crees que será bastante? 
SC: ¿Crees que será suficiente?

OF: C´est émouvant.
TE: Es emocionante.
SC: Es conmovedor.

OF: Je vous offre une tournée.
TE: Les ofreczo una ronda.
SC: Les invito una ronda.

OF: Píèce d´or.
TE: Pieza de oro.
SC: Moneda de oro.

OF: C´est juste ce que tu dis.
TE: Es justo lo que dices.
SC: Es correcto lo que dices.
OF: Attention!
TE: ¡Atención!
SC: ¡Cuidado!

1.2. Imprecisiones, errores e interpretación libre del traductor

Goscinny utiliza muchísimas expresiones del argot, el lunfardo francés, y notamos que la traducción española muchas veces elije la traducción literal, perdiendo por completo el sentido. En algunos casos elegimos la expresión correspondiente en castellano y, en caso de no haberla encontrado o de tratarse de fórmulas porteñas demasiado locales, optamos por preservar el sentido. Por ejemplo:

OF: Je peux en placer une, oui!
TE: ¡Puedo colocar algo, sí!
SC: ¿Me dejan decir algo?

El siguiente, es un ejemplo de imprecisiones y errores de la traducción española (siempre considerando sólo Los laureles del César):

OF: Mendiants et démarcheurs assaillent les passants.
TE: Mendigos y representantes asaltan a los transeúntes.
SC: Mendigos y promotores acosan a los transeúntes.

OF: Numides et helvètes.
TE: Numidas y helvetas.
SC: Numidios y helvecios.

Y las interpretaciones libres…

OF: Pour les menhirs, cést la morte saison.
TE: El negocio de los menhires espera una reactivación.
SC: Para los menhires es la temporada baja.

1.3. Pesadez en el lenguaje

En la traducción española encontramos permanentemente formulaciones intrincadas innecesarias que hacen pesada la lectura. Aquí, algunos ejemplos:

OF: Reprenons le tour de notre histoire.
TE: Volvamos a seguir el curso de nuestra historia.
SC: Retomemos el curso de nuestra historia.

OF: Je crois que j´ai trouvé une idée pour nous introduire dans le palais de César.
TE: Me parece que tengo una idea para que nos introduzcamos en el palacio del César.
SC: Creo que tengo una idea para introducirnos en el palacio del César.

OF: Je suis fatigué.
TE: Yo estoy fatigado.
SC: Estoy cansado.

OF: Allez-y de ma part.
TE: Vayan allá de mi parte.
SC: Vayan de mi parte.

OF: Je vais te dire ce que tu vas faire demain.
TE: Te voy a decir lo que vas a hacer mañana.
SC: Te diré lo que harás mañana.

1.4. La puntuación

En esta nueva traducción, respetamos a rajatabla la puntuación de Goscinny, que es muy obsesivo en este aspecto. No vale la pena detallar caso por caso pero la puntuación de Goscinny se ve alterada fuertemente en la traducción española. Los puntos y coma pasan a ser punto seguido, se agregan y se sacan comas, tres signos de exclamación pasan a ser dos o uno, etc. En nuestra traducción, somos irreductibles con estos detalles.

2. Juegos de palabras

Los juegos de palabras y el doble sentido son el rasgo distintivo de Goscinny en Asterix. No ocurre lo mismo en la traducción española que, por lo general, sólo preserva aquellos que, al traducirse literalmente al castellano, siguen funcionando. La tarea de encarar todos y cada uno de los juegos de palabras fue nuestro mayor desafío. Cuando la traducción literal no funciona, elegimos cambiar el juego de palabras por otro juego de palabras coherente con el contexto.

Veamos de cerca el juego de palabras que más nos costó resolver y que quizás se pueda demostrar matemáticamente que se trata de la frase más difícil de traducir del mundo. En Asterix en Hispania, el César vuelve victorioso de sus batallas con bárbaros reducidos a la esclavitud. Entre ellos se destaca un bárbaro pelirrojo y la multitud le pide a César que tenga clemencia con él. El César lo señala con el dedo dejando claro que lo deja libre. Entre la multitud, dos romanos mantienen el siguiente diálogo:

- Que fair César? (¿Qué hace el César?)
- Il affranchit le rubicond (Libera al rubicundo)
Il affranchit le rubicond” es una frase que se pronuncia exactamente igual que la siguiente: “Il a franchi le Rubicon” que significa: Cruzó el Rubicón.

La traducción española, propone en este caso:

- ¿Qué ha hecho César?
- ¡Quién lo hubiera dicho! ¡Negarse a que el rubicundo sea atravesado!

Por un lado, notemos que si se trata de un juego de palabras, no se entiende ni el sentido directo ni el sentido velado. Además, le cambió el tiempo verbal al primer romano que habló en presente describiendo, justamente, una situación presente. En la traducción española habla en pasado de una situación presente. Mantener el presente no era la parte más complicada. Por otra parte, el primer romano hace una pregunta y el segundo romano le contesta con dos exclamaciones. Con todo derecho, el primer romano podría exigir al segundo romano la respuesta a su pregunta y la postergación de sus reflexiones.

En nuestra traducción, luego de dos semanas dedicadas a evaluar alternativas, nos quedamos con la siguiente:

- ¿Qué ha hecho el César?
- Apuesta al colorado.

Consideramos que, si bien no mantiene el nivel del original, al menos se trata de un juego de palabras digno que responde a la situación y que dos semanas en un juego de palabras es suficiente.

3. Nombres de los personajes

3.1. Reglas que se impone Goscinny

- Todos y cada uno de los nombres de personajes provienen de un juego de palabras o, al menos, tienen un sentido en francés.

- Los galos terminan en “ix”, pero no se construyen de cualquier manera. Provienen principalmente de palabras en francés que terminan con “i”, “ique”, “isque” (en castellano “i”, “ico”, “ica”, “isco”). Del mismo modo, no cualquier palabra sirve para generar un nombre de romano, egipcio, griego, bretón, normando, etc.; sólo aquellas cuya terminación pueda asimilarse naturalmente al objetivo deseado.

La traducción española no respeta casi nunca estas reglas.

Por ejemplo:

- En La hoz de oro, el personaje del gobernador romano de Lutecia, en la edición francesa, se llama Gracchus Pleindastus. Proviene de “Plein d´astuce” que significa “Lleno de astucia”. En la edición española, su nombre es “Gracchus Astutus”, haciendo referencia a “astuto”, cuya terminación en “uto” no habilita, según Goscinny, el nombre “Astutus”. El mismo personaje, en nuestra edición, se llama “Gracus Esunalus”.

- Asimismo, en Asterix y los godos, el godo Passemoilric (los nombres godos terminan en “ic”) proviene de “Passe-moi le riz” (pasame el arroz); en la traducción española se llama Abolladic, que viene de “abollado”, ¡¡¡que termina con “ado”!!! En nuestra traducción, este personaje se llama Neurastenic.

Estos fueron dos ejemplos, pero insistimos: la traducción española casi nunca respeta las reglas que se fija Goscinny, por lo general, a niveles exasperantes. En anexo ofrecemos el listado total de los personajes en tres columnas: original francés, traducción española, traducción argentina.

3.2. Los personajes emblemáticos.

Los derechohabientes nos autorizaron a cambiar todos los nombres, con excepción de Asterix y Obelix. Sin embargo, decidimos hacer algunas concesiones, ya que algunos de los personajes ya pasaron a la inmortalidad. Esta inmortalidad la debemos, lamentablemente, a lo que en nuestra opinión fueron malas decisiones de los traductores originales, pero estimamos igualmente que cualquier cambio sería atentar contra los emblemas.

Aquí la lista exhaustiva de aquellos nombres que no cambian y que rompen la regla de Goscinny, en nombre de esa inmortalidad:

- Abraracurcix, el jefe: Abraracourcix proviene del francés “À bras raccourcis”, que significa “a brazo partido”. Abraracurcix no proviene de ningún conjunto de palabras que cobren sentido en castellano. Notemos que el traductor español tomó la iniciativa de cambiar “ou” por “u” cuando, en lugar de esto, debería haber elegido otro nombre. Por ejemplo, en la traducción al inglés, el jefe se llama “Majestix”. Observemos, también, que el traductor español, en uno de los álbumes, se arrepiente y llama al jefe “Abrazopartidix”. En los siguientes álbumes se vuelve a arrepentir y retoma “Abraracurcix”. Difícil decidir cuál de las dos decisiones es la peor.

- Asuranceturix, el bardo: Assurancetourix proviene de “assurance tous risques”, que significa “Seguro a todo riesgo”. Asuranceturix presenta los mismos problemas que Abraracurcix. También, en algún álbum de la traducción española, el bardo se llama “Seguroatodoriesguix”, iniciativa bastante desgraciada que tampoco se mantuvo y se volvió a reemplazar por la iniciativa desgraciada anterior.

Por fuera de los personajes, tampoco modificamos los nombres de los campamentos romanos Petibonum ni Babaorum por considerarlos también emblemáticos, si bien en castellano no cobran ningún sentido. “Petit bonhomme” significa algo así como “chabón” y “Babá au rhum” es esa factura bañada en alcohol, comúnmente llamada “borrachito”.

3.3. Los personajes importantes que sí cambian.
Es difícil establecer la frontera que separa a los personajes cuyos nombres mantenemos a pesar de romper con las reglas de Goscinny y los que no. El criterio fue conservar la menor cantidad posible de personajes cuyos nombres propios son el resultado de la desidia del traductor anterior. Aquí, algunos ejemplos:

- Edadepiedrix, el anciano: la edición original lo llama Agecanonix, del francés “age canonique” (edad canónica). Proviene obviamente de “edad de piedra” que, también obviamente, termina con “dra”, que no se “declina” naturalmente en “ix” (obviamente). Lo llamamos Geriatrix. Notemos que en la traducción española a veces este personaje se llama Vegestorix, nombre que tampoco respeta las reglas de Goscinny.

- Karabella, la mujer del jefe: la edición original la llama Bonemine, del francés “Bonne mine” (buen aspecto). Preferimos llamarla Buenamina. Su diminutivo cariñoso en francés, “Mimine” pasa a “Mimina”.

- Zebigbos: es el jefe bretón en Asterix en Bretaña. En Francia, el artículo “the” se pronuncia fonéticamente como una “z”. El nombre del jefe bretón proviene de “The big boss”, el gran jefe. El problema es que en castellano “the” no se pronuncia como una “z” sino más bien como una “d”. En nuestra traducción, el jefe bretón se llama “Debigbos”. Fin de la intriga para aquellos que durante décadas se preguntaban de dónde venía Zebigbos, que no tenía ninguna gracia.

3.4. Los personajes secundarios

Encontramos a lo largo de toda la obra una profusión de personajes secundarios. Para poder respetar las reglas implacables de Goscinny, cambian todos. Aquí, algunos ejemplos de los personajes que encontrarán los lectores:

Galos: Malcomix, Dividix, Chimichurrix, Frenetix, Guefiltefix, Gintonix.

Romanos: Espinadecactus, Nodijonimus, Trolebus, Mariobaracus, Futlus, Pipicucus, Quelultimoapaguelalus, Tiramisus, Capitanpilus.

Egipcios: Suigeneris, Ginfis, Epidermis.

Griegos: Simplefas, Secalzoloscortos, Elacabos.

Bretones: Telefax, Mac Iavelix.

Normandos: Garraf, Piltraf, Partedelstaf.

Mujeres galas: Pastafrola, Perinola, Agarratecatalina.

3.5. Excepciones

Goscinny se permite romper sus propias reglas solo en casos contadísimos y siempre en nombre de una causa superior. Damos un ejemplo: en Asterix y los normandos, Frenetix, el sobrino luteciano del jefe Abraracurcix (¡y no Gudurix, que en francés proviene de “Goût du risque” -gusto por el riesgo- y en castellano no quiere decir nada, por Dios!), trata a los habitantes de la aldea gala de “Plix”. Proviene del argot francés “plouc” que significa “Pajuerano”. En este caso usamos “Pajueranix”, y esto sólo porque Goscinny se sintió él mismo autorizado a pasar por alto su regla.

Por nuestra parte, en Asterix y los Godos nos permitimos hacer una excepción a la regla de Goscinny en nombre de un guiño al lector. Los dos romanos que cuidan la frontera entre la Galia y Germania se llaman Tulus y Tacuarembus. Unos dicen que Carlos Gardel nación en Toulouse, otros en Tacuarembó…

3.6. Los acentos

Para pronunciar “Astérix”, en francés se necesita poner un acento en la “e”, si no, se pronunciaría de otra manera ya que la “e´” y la “e” son dos vocales diferentes. Pero esto no quiere decir que el acento tónico esté en la “e”, ¡está en la “i” final! En esta traducción, optamos que Asterix conserve el acento en la “i” para que guarde referencia con “asterisco”, palabra de la que proviene el nombre del héroe. En síntesis, tanto “asterisco” como “obelisco” llevan el acento en la “i”, entonces los protagonistas, en nuestra traducción, se llaman Asterix y Obelix, ¡sin tilde, por Tutatis! Además, es sabido que en galo antiguo todas las palabras tienen su acento tónico en la última sílaba.

Para cerrar

Nuestro objetivo aquí no es descalificar la traducción española. En definitiva, fue gracias a esta traducción que conocimos y disfrutamos Asterix. Pero sí es nuestra responsabilidad explicar detalladamente a los lectores las razones de hacer una nueva traducción como la que llevamos adelante, devolviendo a Goscinny lo que es de Goscinny.

NOTA:
Quienes deseen comparar la lista general de nombres propios en las distintas ediciones, pueden recurrir a los anexos incluidos en la nota de la página web de Libros del Zorzal:
http://www.delzorzal.com/editorial/noticias-de-la-editorial/733-goscinny


3 comentarios:

  1. Hola
    Víctor Mora y Jaume Perich eran dibujantes, ambos catalanes. El primero especialista en humor, el segundo famoso por sus historietas del Capitán Trueno. Aunque esté traducido al castellano, se trata de la típica traducción realizada por no profesionales y además de habla catalana. Creo que los detractores de las "traducciones españolas" deberían haberse informado más. Parece obvio por los ejemplos que no son traducciones muy rigurosas, pero tampoco lo es llamar españoles a quienes se jactan de no serlo y simplemente usan el castellano como idioma práctico, porque Supongo que no saldrá ningún catalán a reivindicar estas traducciones tras demostrarse su escasa calidad. Saludos,

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  2. La pregunta entonces, María José, es si alguien antes, en España, hizo notar que las traducciones no eran buenas. Seguramente tenés la respuesta y, acaso, la cita. Sería de mucha utilidad para no caer en el error de la prensa española, cuando invariablemente habla de las "malas traducciones sudamericanas".

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